Bruselas suspende las reglas de déficit y deuda también en 2022

La Comisión Europea prevé recuperar las reglas fiscales en 2023 y pide "prudencia" a España ante su elevado endeudamiento

Los comisarios de Economía Valdis Dombrovskis y Paolo Gentiloni y el comisario de Trabajo, Nicolas Schmit, EFE

Los comisarios de Economía Valdis Dombrovskis y Paolo Gentiloni y el comisario de Trabajo, Nicolas Schmit, EFE

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La política fiscal «debe seguir siendo de estímulo en 2021 y 2022 y los Estados miembros deben evitar una retirada prematura del apoyo y hacer un uso completo de la financiación del Fondo de Recuperación y Resiliencia». Este es el claro y previsible mensaje lanzado este miércoles por la Comisión Europea con motivo de la publicación del paquete semestral de primavera.

Sobre la base de las previsiones económicas de primavera de 2021 de la Comisión, la institución ha comunicado formalmente que la cláusula de escape general del Pacto de Estabilidad y Crecimiento seguirá aplicándose en 2022 y se espera que se desactive a partir de 2023, por lo que las reglas de déficit y deuda continuarán un año más suspendidas. Esta propuesta de la Comisión Europea será con casi total seguridad refrendada por el Consejo Europeo, órgano que tendrá la última decisión .

En la práctica supone que los límites del 3% del PIB para el déficit, nivel a partir del cual se fija el protocolo de déficit excesivo y se requieren de ajustes para reconducir el desequilibrio, y del 60% del PIB para la deuda pública seguirán congelados y no aplicarán a los Estados miembros al menos hasta el año 2023, con lo que el Ejecutivo comunitario da vía libre a que los Estados miembros continúen con sus políticas de estímulo, en línea con la monetaria implementada por el Banco Central Europeo (BCE).

La ministra de Hacienda y portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, ya había manifestado su confianza en que Bruselas mantenga la suspensión de las reglas fiscales también en 2022 para seguir revitalizando la economía y no recurrir a políticas de ajuste que retraigan el consumo y la inversión pública. 

Bruselas cree que la implementación de inversiones y reformas dentro del Fondo de Recuperación y Resiliencia ayudará a apoyar la recuperación económica, fomentar un mayor crecimiento potencial y empleo, reducir los desequilibrios y mejorar las finanzas públicas.

Política de estímulo para la recuperación pero reglas desde 2023

El objetivo del mantenimiento de la suspensión de las reglas fiscales, iniciado en 2020 por la pandemia, hasta el término de 2022 es impulsar la recuperación y continuar con los estímulos de apoyo hasta que el nivel de actividad económica en la UE retorne a los niveles anteriores a la crisis como «criterio cuantitativo clave».

Así lo han señalado en la rueda de prensa para presentar el paquete semestral de primavera el vicepresidente ejecutivo para Una Economía al Servicio de las Personas, Valdis Dombrovskis; el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, y el comisario de Empleo y Derechos Sociales, Nicolas Schmit.

Dombrovskis ha explicado que la UE en su conjunto retornará a los niveles económicos precrisis este año pero la recuperación será «desigual» entre los Estados miembros, lo que aconseja la suspensión de las reglas fiscales, ya que se prevé la recuperación de todos los países de hasta niveles previos a la crisis para finales del próximo ejercicio (2022).

En este sentido, Gentiloni ha destacado que la economía europea va recuperando el pulso y se aproxima a la salida de la crisis, con una previsión de que el crecimiento económico de la UE supere 4% en los dos próximos años.

Solo tres Estados tienen el déficit controlado

Bruselas considera que en 2022 todos los Estados miembros deberían preservar las inversiones para apoyar la recuperación pero «una vez que las condiciones lo permitan, los Estados miembros deberían aplicar políticas para garantizar la sostenibilidad fiscal a medio plazo».

El análisis realizado por la UE muestra que Bulgaria, Dinamarca y Suecia cumplen el criterio de déficit y que no lo cumplen todos los demás Estados miembros. En detalle, el criterio de la deuda no lo cumplen 13 Estados miembros (Bélgica, Alemania, Grecia, España, Francia, Croacia, Italia, Chipre, Hungría, Austria, Portugal, Eslovenia y Finlandia).

La Comisión considera que, en esta fase, no debería tomarse una decisión sobre si someter a los Estados miembros al procedimiento de déficit excesivo. En el caso de Rumanía, la Comisión recomienda actualizar su trayectoria de ajuste fiscal, con el objetivo de corregir su déficit excesivo en 2024.

Pide «prudencia» fiscal a España: limitar gastos

En cualquier caso, en su informe el Ejecutivo comunitario subraya que «los Estados miembros con una deuda elevada deben usar el fondo de recuperación para financiar inversiones adicionales que apoyen la recuperación y al mismo tiempo mantener una política fiscal prudente», como es el caso de España, que acumula una deuda superior al 125% del PIB.

En un documento específico sobre España vuelve a subrayar que España presenta «desequilibrios» y hace alusión a sus «vulnerabilidades» relativas al elevado endeudamiento público y su alto desempleo, en paralelo al impacto de la crisis en el turismo, uno de los principales motores económicos del país.

Lo cierto es que la suspensión de las reglas fiscales dio margen a España para acometer una política de estímulo para hacer frente a los efectos de la pandemia y acometer medidas como los ERTE o la prestación por cese de actividad de los autónomos, lo que unido a la crisis y la caída de los ingresos condujo el déficit público del 2,8% del PIB en 2019 al 10,9% el año pasado y la deuda pública del 95,5% al 120% (tras añadir en el cómputo a la Sareb).

Destinar fondos europeos a financiar inversiones adicionales

La Comisión Europea apunta en su informe sobre España que la mayor parte de los indicadores económicos empezarán a mejorar en el segundo semestre del año. Así, cree que el endeudamiento público empezará a disminuir «más significativamente» en 2022, así como el nivel de desempleo.

Sin embargo, incide en el problema del endeudamiento e insta a controlar los gastos ordinarios cuando se den las condiciones económicas, al ver necesario una «política fiscal prudente» que limite el aumento de los gastos corrientes. Al igual que para el resto de Estados miembros con un alto nivel de endeudamiento, Bruselas considera que los fondos europeos se deben destinar íntegramente a financiar inversiones que propicien el crecimiento.

«Los Estados miembros con una deuda elevada deben usar el fondo de recuperación para financiar inversiones adicionales que apoyen la recuperación y al mismo tiempo mantener una política fiscal prudente», enfatiza en el informe.


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