Fedea advierte del aumento del ‘paro efectivo’ tras la reforma laboral: 650.000 personas buscan empleo pese a tener trabajo

Según BBVA Research y Fedea, España habría registrado en enero 3,6 millones de parados efectivos frente a los 2,9 del paro registrado por efecto de los fijos discontinuos inactivos

Una trabajadora de hostelería. EFE/Luis Tejido

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El número de personas con relación laboral que se apuntan a los Servicios Públicos de Empleo Estatal (SEPE) crece por cuarto mes consecutivo y suma ya en enero a 651.112 personas que no cuentan como paradas a pesar de ser demandantes de empleo. Esta era una situación residual antes de la reforma laboral, pero que va ganando peso con el paso de los meses debido al auge de los contratos fijos discontinuos.

Según han explicado Fedea y BBVA Research este miércoles durante la presentación de la nueva publicación de su Observatorio trimestral del mercado de trabajo, esta situación produce una distorsión de las cifras de paro. «El paro registrado ya no nos sirve para tener una medida de coyuntura», ha explicado el investigador asociado de Fedea Florentino Felgueroso. Lo cual les ha llevado a elaborar un indicador de ‘paro efectivo’ con la intención de exponer una visión del desempleo más cercana a la realidad del mercado de trabajo.

Este indicador del ‘paro efectivo’ se obtiene al sumar la cifra de paro registrado y las personas que demandan empleo pese a tener una relación laboral. Personas que pueden estar hasta en tres situaciones laborales distintas, pero que, según los académicos, son «esencialmente trabajadores fijos discontinuos en situación de inactividad». Los fijos discontinuos que se encuentran en un parón de sus trabajos no cuentan como parados debido a que tienen vigente un contrato laboral.

Según su indicador, España habría registrado en enero 3.559.509 parados efectivos, más de medio millón por encima de los contemplados en el paro registrado (2.908.397) que publica el SEPE. Con este cálculo, el número de parados de enero de 2023 superaría al de abril de 2022, mes en el que entró en vigor la totalidad de la reforma laboral impulsada por Yolanda Díaz.

No obstante, hasta que el Ministerio de Trabajo no entregue datos desglosados, no es posible saber en qué medida engrosan la cifra de demandantes de empleo con relación laboral las personas en una o en otra situación (ERTE, fijos-discontinuos o adscritos a colaboración social), algo que han vuelto a reclamar este miércoles BBVA Research y Fedea.

Fijos discontinuos: el «eslabón más débil»

El informe señala que la evolución de los fijos discontinuos es «sorprendente», ya que la afiliación de estos contratos apenas ha variado, mientras que «se han registrado más de 2 millones de contratos nuevos». Fedea explica que esto se debe a las «elevadas tasas de baja» de los fijos discontinuos que pasan, fundamentalmente, a situaciones de inactividad.

Por otra parte, el número de fijos discontinuos beneficiarios de prestaciones por desempleo ha crecido a finales de 2022, pero se mantiene reducido en relación con los demandantes con relación laboral totales. Esto podría indicar que ciertos fijos discontinuos inactivos no tienen derecho a cobrar la prestación por desempleo por no haber trabajado el tiempo suficiente. También se puede deber a que, mientras se encuentran en inactividad en un empleo, inician otra actividad.

Por etas razones, Felgueroso ha considerado que los fijos discontinuos representan el «eslabón más débil» del mercado de trabajo y ha criticado que la reforma laboral no actúe en reducir los periodos de inactividad ni en definir qué sucede durante esos periodos, llegando a afirmar que esta reforma laboral «no combate el trabajo intermitente».

Temporalidad contractual en mínimos

A pesar de que la temporalidad y la precariedad se han podido trasladar a las contrataciones fijas discontinuas, los académicos han señalado que, en términos generales, la reforma laboral ha reducido la temporalidad contractual. De esta manera, la tasa de temporalidad ha alcanzado el 17,9%, su nivel mínimo de los últimos 35 años.

Esto ha ido acompañado de transiciones de empleo a la contratación indefinida ordinaria desde contratos temporales y desde situaciones de paro o inactividad. De abril 2022 a enero 2023, el número de contratos indefinidos ordinarios se ha multiplicado por 3,6 y el de fijos discontinuos por 10,4. Los contratos de obra y servicio se han suprimido y los de circunstancias de producción se han reducido un 27%.

La mayor temporalidad, superior al 25%, se concentra en 12 ocupaciones que son de menor cualificación y en otras en las que el sector público tiene un peso relevante, como es la sanidad y la educación.

Cristina Dolz

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