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Cierre de la central nuclear de Almaraz: despoblación y un ‘apagón’ de la comarca
Expertos y representantes políticos debaten en el foro sobre las repercusiones laborales y sociales del cierre de las centrales nucleares
Los ponentes y el moderador del segundo debate de ‘La energía nuclear, a debate’. Foto: Economía Digital
«La energía nuclear, a debate» fue el foro organizado por Economía Digital, en el que se analizó el impacto social y laboral del cierre de las centrales nucleares en España, con especial atención a la planta de Almaraz.
El debate contó con la participación de César Franco, presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Ingenieros Industriales; Fernando Sánchez, presidente de la plataforma ‘Sí Almaraz, sí al futuro’; y Elena Nevado del Campo, europarlamentaria del Partido Popular Europeo; y fue moderado por Joel Calero Sánchez, periodista de Economía Digital.
Durante el debate, Elena Nevado advirtió que el cierre de Almaraz supone mucho más que un aumento en la factura de la luz para Extremadura. En sus palabras, es «condenar a una comarca a un apagón«, al dejar sin suministro energético a 200 empresas y sin empleo a cientos de familias.
Señaló que el impacto es de gran magnitud, especialmente en el entorno rural, donde, según afirmó, obligaría a una nueva ola migratoria desde la región.
Fernando Sánchez subrayó que se perderían 3.800 empleos directos vinculados a la central y hasta 30.000 a nivel nacional.
Defendió que infraestructuras como la de Almaraz contribuyen a fijar población en territorios faltos de ella, a través de convenios educativos con institutos locales, donde el 80% de los alumnos de Formación Profesional terminan trabajando en la planta. Sánchez advirtió que algunos de los pueblos cercanos a la central podrían desaparecer.
César Franco, por su parte, rechazó la idea de enfrentar la energía nuclear con las renovables.
Destacó que Extremadura ya es una potencia en renovables, pero advirtió que la politización del debate energético ha contribuido a la situación actual.
Según Franco, desde el punto de vista técnico, Almaraz está por encima de otras plantas como Garoña, y los plazos actuales no permiten cumplir los planes de cierre sin riesgos.
Añadió que el sistema eléctrico está cada vez más tensionado, y que la energía nuclear, por su precio estable, permite a la industria planificar inversiones, mientras que las renovables ayudan a bajar el precio de la electricidad, aunque generan excedentes que no pueden almacenarse.
Franco insistió en que la reforma del sistema energético debe abordarse con urgencia, ya que no se llegarán a cumplir los objetivos de descarbonización fijados, como los de la Agenda 2030, y apuntó que otros países europeos están adoptando medidas contrarias a las de España.
La nuclear como arma en el conflicto político
Nevado señaló que la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, ha advertido de nuevas restricciones a la compra de gas ruso, en un contexto donde, según la eurodiputada, el debate energético se ha politizado. Defendió la postura de María Guardiola, presidenta de la Junta de Extremadura, quien, dijo, se ha visto obligada a alzar la voz para evitar la desaparición de una zona entera de la región.
También criticó la falta de claridad del Gobierno de España sobre las razones del cierre nuclear, afirmando que ni el Ejecutivo ni las eléctricas han explicado de forma transparente la decisión, que en algunos casos se justifica como un ahorro fiscal.
Sánchez añadió que no se puede premiar a unas tecnologías energéticas y castigar a otras. Recordó el caso del cierre de las minas de carbón, donde los proyectos industriales que iban a sustituirlas no llegaron a concretarse.
Cuestionó si existe realmente una voluntad de reindustrializar regiones como la afectada por Almaraz, y citó al CEO de Merlín Properties, Ismael Clemente, quien le trasladó que si se cierra la central, es muy probable que los centros de datos previstos para la zona no lleguen nunca a instalarse.