La herencia de Georgio Armani: una empresa y 13.000 millones de euros
El consejo de administración queda en manos de herederos directos y colaboradores históricos, entre ellos la hermana menor Rosanna Armani
Archivo – Giorgio Armani
Giorgio Armani dejó un plan sucesorio meticulosamente diseñado para asegurar la continuidad y la protección del estilo, la filosofía y el imperio empresarial que creó durante cincuenta años.
El proceso de reparto de su herencia, estimada entre los 11.000 y los 13.000 millones de euros, se ha convertido en un referente de gestión en la industria del lujo, con cláusulas y estructuras pensadas para evitar conflictos y garantizar el legado del diseñador italiano.
El plan estructurado por Giorgio Armani contempla una estructura societaria singular, con seis categorías de acciones (de la A a la F) que otorgan diferentes derechos de voto y representatividad en el consejo de administración.
Las acciones tipo A y F representan el 40% del capital pero concentran más del 53% de los votos, concediendo a la Fundación Armani y los herederos de confianza el control decisorio. Esta arquitectura impide movimientos bruscos, como la venta o salida a bolsa de la compañía, durante al menos cinco años desde el fallecimiento de Armani, exigiendo para cualquier cambio estratégico el respaldo del 75% de los votos en junta extraordinaria.
El consejo de administración queda en manos de herederos directos y colaboradores históricos. Entre ellos destacan la hermana menor Rosanna Armani, sus sobrinas Silvana y Roberta (hijas de Sergio, hermano fallecido), y el sobrino Andrea Camerana, todos con larga trayectoria dentro de la empresa.
También figura Pantaleo (Leo) Dell’Orco, mano derecha y responsable de la línea masculina, consolidado como figura clave en la transición gradual de responsabilidades. La Fundación Giorgio Armani pasa a jugar un papel central, incrementando su participación y garantizando la custodia del legado industrial y los principios éticos fundacionales.
Fortuna: su herencia
La fortuna de Armani, valorada en torno a 13.000 millones de euros, abarca desde participaciones empresariales, propiedades inmobiliarias, marcas de moda, hoteles y restaurantes, hasta un club de baloncesto.
El grupo, con 8.700 empleados y ingresos anuales superiores a 2.400 millones, permanece independiente, fuera de los grandes hóldings como LVMH o Kering, fiel al espíritu emprendedor de su fundador.
Durante los últimos cuatro años el grupo generó casi 600 millones de euros en beneficios, parte de los cuales serán distribuidos como dividendos entre los herederos. Europa aporta el 49% de la facturación, mientras América y Asia Pacífico suponen el 21% cada una, con una clara apuesta por la diversificación y segmentación de marcas.
La Fundación Armani garantiza que una proporción relevante de los beneficios empresariales se destine a fines filantrópicos y estratégicos, evitando fracturas familiares y dilapidación del patrimonio.
La protección del empleo, la reinversión y el desarrollo global del nombre Armani figuran como principios inquebrantables, recogidos en los estatutos y en el libro autobiográfico Per Amore.
Un futuro blindado
El testamento de Giorgio Armani establece una sucesión progresiva sin rupturas abruptas. «Mis planes de sucesión consisten en una transición gradual de las responsabilidades hacia mis seres más cercanos», declaró en entrevista con Financial Times y plasmó en los estatutos societarios desde 2016.
La voluntad del diseñador apunta a preservar el carácter exclusivo, la independencia y la coherencia estilística, evitando la dispersión del legado que podría acarrear una venta del grupo o la entrada de inversores externos en corto plazo.
Las directrices exigen mantener la inversión en innovación, calidad, excelencia y sofisticación de producto, así como una cautelosa política de adquisiciones.
El estilo inconfundible y el liderazgo de la marca constituyen el centro del legado moral e industrial de Armani. Los criterios para nombrar directores y la remuneración de los ejecutivos también han sido blindados, garantizando así la continuidad creativa y estratégica