Las ayudas de 3.400 M€ para rehabilitar edificios están en peligro por la complejidad administrativa

Conseguir que los edificios sean más eficientes a nivel energético es una realidad; pero ni siquiera con los fondos europeos será sencillo

La construcción es uno de los sectores más afectados | EFE/ J. Diges

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El maná de los fondos europeos ha abierto el grifo de las ayudas públicas para empresas y ciudadanos. El problema es que, según apuntan desde diversos sectores, este dinero puede tener problemas en su aterrizaje. Un caso concreto tiene que ver con el ‘Programa de ayudas para la rehabilitación integral de edificios residenciales y viviendas’ que, debido a su gestión, puede haber gran parte de esas ayudas que no lleguen a su destino final

El programa de rehabilitación para la recuperación económica y social en entornos residenciales pretende impulsar la rehabilitación de edificios residenciales, viviendas y barrios; y su objetivo global de las actuaciones es reducir al menos un 30% el consumo de energía no renovable en los hogares, y descarbonizar y bajar la demanda de calefacción y refrigeración como mínimo un 7%. Para ello se ha dotado, en esta parte de la actuación a nivel privado, de más de 3.400 millones de euros. Además, también existen planes de exenciones fiscales para afrontar la tarea. 

¿Pero por qué hay miedo a que sea una oportunidad perdida? Durante muchos años se ha discutido en foros de todo nivel sobre la necesidad de afrontar rehabilitaciones de vivienda para mejorar la eficiencia energética. Aunque por falta de dinero o dudas, siempre se ha postergado. Y ahora, gracias a los fondos europeos, una parte de la ecuación está resuelta. La otra, con la crisis energética que vive Europa, y que España la siente, también ha quedado clara la necesidad de ser más eficientes en el consumo energético, con todos los beneficios que eso aporta.  

¿Por qué es tan importante? El cofundador de Kokono, Pelayo Muñoz, asegura a ECONOMÍA DIGITAL que «la gente va tomando conciencia porque se trata de un ahorro que se amortiza»; aunque queda por hacer. Desde la plataforma digital orientada a asesorar a propietarios, aseguran que «falta divulgación, y que la gente entienda que no está tirando el dinero, sino mejorando su patrimonio». 

En este sentido, y donde empieza a crecer el miedo, como explica Pelayo Muñoz, es que «los propietarios tienen incentivos, pero les falta las herramientas adecuadas; falta conocimiento técnico«. Asume que «hay muchas ayudas, pero una incomprensión a la hora de saber cómo acceder a ellas. Y los grandes tenedores de viviendas, tampoco saben muy bien cómo enfrentarse a la valoración de sus activos». 

Un marco muy favorable 

Los principales expertos del sector en materia de rehabilitación coinciden en que no se puede desperdiciar el momento. El director general de IESA, Enrique Sánchez, insiste a ECONOMÍA DIGITAL en que «estamos ante una oportunidad única e irrepetible». 

En la empresa especializada en aplicaciones y soluciones tecnológicas para administradores de fincas asumen que «es la primera vez que se pueden llevar a cabo grandes modificaciones en comunidades con un marco económico muy beneficioso. -Además, recuerda que- las ventajas fiscales también son muy sustanciales«. 

Sobre los potenciales problemas que pueda existir debido a la complejidad administrativa para acceder a las ayudas, Enrique Sánchez pone especial énfasis: «Tenemos que hacer entre todos que sea viable«. 

En este sentido, el cofundador de Kokono es muy claro al respecto: «Sería el peor de los escenarios, quedarnos sin gastar el dinero«. Uno de los problemas, como suele suceder con las cuestiones administrativas, es que «España se divide en 17, y cada comunidad quiere implementar sus propios marcos legislativos; eso añade otra piedra en el camino». 

Aunque hay más escollos que salvar. Por ejemplo, explican los expertos que «el nivel de requisitos no es sencillo; hay que justificar todo, pero habría que hacerlo de una manera más dinámica«. Y el resumen es demoledor: «Hay un miedo a que no seamos capaces de gastarnos ese dinero». 

Raúl Masa

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