La venta de balizas V16 convierte a Correos de Pedro Saura en un negocio más rentable: gana 19 euros por cada una
Baliza V16 de emergencia para vehículos, a 21 de noviembre de 2025, en Madrid (España). La baliza V16 conectada será obligatoria a partir del 1 de enero de 2026 para señalizar averías o situaciones de emergencia en carretera, en sustitución de los triángu
La comercialización de las balizas V16 se ha convertido en una de las líneas de negocio más lucrativas para Correos en los últimos tiempos, hasta el punto de situarse como uno de los productos con mayor margen dentro del catálogo del operador postal público. Bajo la presidencia de Pedro Saura, la compañía ha encontrado en este dispositivo obligatorio para los conductores una fuente de ingresos estable y muy rentable, con un beneficio cercano a 19 euros por unidad vendida.
La baliza V16 es un elemento de señalización de emergencias que sustituirá definitivamente a los tradicionales triángulos, y cuya obligatoriedad en España ha abierto un mercado millonario. Correos ha apostado con fuerza por su venta desde principios de 2024, integrándola en su red de oficinas y promocionándola activamente entre su plantilla, conscientes del elevado margen comercial que ofrece.
El precio de venta al público ronda los 49,90 euros, una cifra que contrasta con el coste real del dispositivo y con los precios a los que puede encontrarse en otros canales de venta. Esta diferencia explica por qué, dentro de la estrategia comercial de Correos, la baliza V16 se ha consolidado como uno de los productos más atractivos para mejorar la rentabilidad del grupo en un contexto de transformación del negocio postal tradicional.
Un producto estrella en la nueva estrategia comercial de Correos
La venta de balizas V16 destaca como el modelo que mayor beneficio deja por unidad, según información interna del propio operador. Este margen supera al de otros productos comercializados en oficinas, lo que ha llevado a la empresa a incentivar su distribución entre los empleados, convirtiéndola en una prioridad dentro de la oferta de servicios no postales.
Correos ha reforzado su apuesta justo antes de la fecha clave del 22 de diciembre, momento a partir del cual la comercialización de dispositivos no homologados dejará de cumplir la normativa vigente. Esta circunstancia ha acelerado las ventas y ha permitido a la compañía maximizar ingresos en un periodo limitado, aprovechando la urgencia de muchos conductores por adaptarse a la regulación.
Desde la dirección se insiste en que las balizas vendidas cumplen todos los requisitos exigidos por la DGT, incluyendo el número de identificación homologado y la conectividad garantizada durante 12 años. Estos elementos son fundamentales para que el dispositivo sea válido y para justificar su comercialización dentro de un canal oficial como el de Correos.
La polémica por el precio y el origen de las balizas
La controversia no ha tardado en surgir debido a la notable diferencia de precios respecto a otros mercados, especialmente plataformas de comercio electrónico asiáticas. El mismo modelo de baliza que Correos vende por casi 50 euros puede encontrarse en portales internacionales por poco más de la mitad, lo que ha generado críticas entre consumidores y asociaciones.
Correos ha defendido el precio alegando que las condiciones de comercialización no son comparables, aunque no ha detallado públicamente los motivos que justifican un margen tan elevado. Tampoco ha aclarado por qué este producto concreto se sitúa entre los que más beneficio generan dentro de su catálogo.
La empresa fabricante de las balizas, con sede en Asia, opera bajo distintos nombres comerciales, lo que apunta a un modelo de producción en marca blanca. Muchos de los dispositivos homologados por la DGT presentan características prácticamente idénticas, lo que refuerza la percepción de que el sobrecoste responde más a la estrategia de distribución que a diferencias técnicas reales.

Un mercado regulado que mueve miles de millones
España es el único país europeo que ha impuesto por ley el uso obligatorio de las balizas V16, lo que ha creado un mercado cautivo de enormes dimensiones. Con cerca de 30 millones de vehículos en circulación, el potencial de ventas se sitúa en cifras que superan ampliamente los 1.300 millones de euros.
El precio medio del dispositivo ronda los 50 euros, lo que convierte a este producto en una fuente de ingresos masiva tanto para fabricantes como para distribuidores. Además, se trata de un negocio recurrente, ya que cada nuevo vehículo deberá contar con una baliza homologada para evitar sanciones.
El impacto fiscal tampoco es menor, ya que el Estado ingresará al menos 300 millones de euros en concepto de IVA. A ello se suma el beneficio indirecto para las empresas extranjeras, principalmente chinas, que concentran cerca del 90% de la producción y se quedarán con la mayor parte del volumen de negocio.
Correos, Hacienda y un nuevo equilibrio de intereses
Para Correos, la venta de balizas V16 representa una vía clara para diversificar ingresos en un momento en el que el correo tradicional pierde peso. Bajo la gestión de Pedro Saura, la compañía ha intensificado la búsqueda de productos de alto margen que puedan aprovechar su extensa red de oficinas y su capilaridad territorial.
Hacienda también sale beneficiada de este modelo, gracias a la recaudación fiscal asociada a un producto de compra prácticamente obligatoria. Este flujo de ingresos refuerza las arcas públicas sin necesidad de nuevas figuras impositivas, apoyándose en una regulación específica de tráfico.
El debate, sin embargo, sigue abierto sobre el impacto real para los consumidores, que deben asumir un coste elevado por un dispositivo fabricado a bajo precio y disponible mucho más barato en otros mercados. Mientras tanto, Correos consolida la baliza V16 como uno de sus negocios más rentables, en un ejemplo claro de cómo la regulación puede transformar un simple accesorio en una fuente millonaria de ingresos.