El batacazo de Puig un año después de salir a bolsa: pierde más de un 30% de su valor
Puig acumula una caída superior al 30% en bolsa y lucha por recuperar la confianza del mercado pese a sus buenos resultados operativos
Archivo – El presidente y consejero delegado de Puig, Marc Puig, durante el toque de campana de la empresa Puig en su salida a Bolsa
Hace justo un año, Puig daba uno de los pasos más ambiciosos de su historia: su salida a bolsa. El 3 de mayo de 2024 marcó el debut de la firma catalana de belleza en el parqué, con una valoración inicial que rozaba los 13.900 millones de euros. La operación, que se convirtió en la mayor salida a bolsa de Europa ese año, fue recibida con entusiasmo por los mercados. Sin embargo, doce meses después, la situación dista mucho de aquel entusiasmo inicial.
La cotización de Puig ha caído más de un 30% desde su estreno bursátil. Las acciones que comenzaron cotizando a 24,50 euros se sitúan ahora por debajo de los 16,70 euros, lo que supone una pérdida de más de 4.400 millones de euros en capitalización bursátil. En su peor momento, los títulos llegaron a caer por debajo de los 14,50 euros. A día de hoy, el valor de mercado de la compañía ni siquiera alcanza los 9.500 millones.
Una valoración inicial cuestionada desde el principio
El deterioro del valor de la acción refleja la desconfianza creciente de los inversores en el precio con el que Puig salió al mercado. Aunque la empresa logró incorporarse rápidamente al Ibex 35, sustituyendo a Meliá, el entusiasmo inicial se desinfló. Para muchos analistas, el precio de salida fue excesivamente optimista, lo que ha penalizado a la acción desde sus primeras semanas en el mercado.
Los primeros informes de los grandes bancos de inversión situaban el potencial de Puig incluso por encima de los 30 euros por acción, lo que habría supuesto una capitalización cercana a los 17.000 millones de euros. Hoy, las valoraciones más realistas sitúan el precio objetivo en una media de 23,97 euros, aunque son pocos los que creen que pueda recuperar esos niveles en el corto plazo.
A pesar del castigo, los analistas ven una oportunidad
Curiosamente, el desplome ha colocado a Puig entre las recomendaciones de compra más sólidas del Ibex 35. Según la clasificación “La Liga Ibex”, elaborada con datos de Bloomberg y FactSet, la firma ocupa el cuarto lugar en atractivo para los inversores, y muchos analistas consideran que la caída representa una oportunidad de entrada.
Se estima un potencial alcista del 44%, lo que significa que, de cumplirse las proyecciones, las acciones podrían volver a rozar los 24 euros. Esta visión optimista se basa en la fortaleza operativa del grupo y en su capacidad de mantener el crecimiento incluso en un entorno macroeconómico complejo.
Resultados que invitan al optimismo
En cuanto a sus resultados financieros, Puig cerró 2024 con un beneficio de 530,6 millones de euros, un 14% más que el año anterior, pese al impacto financiero que supuso su salto a bolsa. Durante el primer semestre, el beneficio había llegado a caer un 27%, lo que generó preocupación entre los inversores, aunque la segunda mitad del año logró compensar ese bache inicial.
En lo que va de 2025, la firma ha presentado sus cuentas trimestrales, mostrando un aumento de las ventas del 7,5% hasta alcanzar los 1.206 millones de euros. El segmento de Fragancias y Moda continúa siendo el motor del grupo, con un crecimiento interanual del 10%.
“Nuestro portfolio demuestra resiliencia y atractivo en un entorno exigente”, señaló Marc Puig, presidente ejecutivo, quien ratificó los objetivos de crecimiento de la compañía para el resto del ejercicio.
Previsiones para el año: crecimiento con matices
Puig mantiene sus previsiones de crecimiento de ventas de entre el 6% y el 8% para 2025, así como una ligera mejora de su margen de ebitda ajustado. Todo ello, incorporando factores como los aranceles en Estados Unidos y el impacto del tipo de cambio.
Sin embargo, desde Citi advierten que es posible que se produzcan revisiones a la baja en las estimaciones del Beneficio por Acción (BPA), debido principalmente a la evolución del euro frente al dólar. “Este factor ya debería estar reflejado en el precio actual de la acción”, apuntan desde el banco estadounidense.
Puig se enfrenta ahora al reto de reconquistar la confianza del mercado. Aunque sus cifras operativas siguen mostrando solidez, el mal arranque bursátil ha lastrado su imagen entre los inversores. La clave estará en su capacidad de mantener un crecimiento sostenido, corregir su percepción de sobrevaloración inicial y responder con agilidad a los desafíos internacionales.
En definitiva, un año después de su aclamado debut, Puig ya no brilla como antes en el parqué, pero mantiene los ingredientes necesarios para volver a perfumarse de optimismo. ¿Será suficiente con buenos resultados, o el mercado exigirá algo más?