Blackstone y los Lara despertaron (de nuevo) el inmobiliario en BCN

La compra de la sede de Planeta por 210 millones de euros en julio desató el mejor semestre de la última década en el sector tras meses atonía

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Entre enero y junio apenas se cerraron tres grandes operaciones inmobiliarias en el mercado de oficinas barcelonés. El sector andaba alicaído, todavía inquieto por el impacto que la crisis política desatada con el referéndum del 1-O podía tener sobre la actividad económica y la carpeta de la capital catalana se guardaba en la montaña de proyectos en stand-by. No obstante, una sola operación disipó las dudas existentes: la compra de la sede de Planeta por parte de Blackstone el pasado mes de julio.

“Cuando un líder, con sobrada capacidad de análisis de los mercado cierra una operación así, por 210 millones de euros, el resto de actores le siguen”, explica Anna Gener, consejera delegada de Savills Aguirre Newman en Barcelona. Así, al pago del fondo de inversión a la familia Lara le siguió el mejor semestre de la última década en la ciudad.

“La compra-venta se normalizó y daba la sensación que hubo el afán de recuperar el tiempo perdido”, añade la directiva. Y eso que las rentabilidades cada vez se contraen más, pues la del edificio será de apenas el 3,5% tras las inversiones necesarias para actualizarlo.

Tras Blackstone, Hines firmó la compra de la sede de Mediapro por alrdededor de 90 millones de euros ese mismo mes de julio y la coreana IGIS adquirió el cuartel general de Nestlé en Esplugues de Llobregat por otros 87 millones.

El volumen total de compra-ventas alcanzó los 885 millones de euros en 2018, casi todos en el segundo semestre

De este modo, si en los primeros seis meses se movieron poco más de 25 millones, en la segunda mitad la cifra se disparó hasta los 635 millones de euros. Junto con las operaciones corporativas –como la compra de Axiare por Colonial–, el volumen total alcanzó los 885 millones de euros.

“Entraron incluso los fondos alemanes, señal de que el mercado es maduro, pues son los que más aversión tiene al riesgo”, añade Hipólito Sánchez, director de mercados de inversión en Barcelona. Prácticamente dos tercios de la inversión procede de manos extranjeros.

Si el comprador habla inglés, el vendedor volvió a ser mayoritariamente español, en su mayoría inversores privados. Otros, comienzan a despertar: «Las socimis ya empiezan a vender parte de sus activos al haber cumplido su ciclo en cartera para que se revaloricen», señalan desde la consultora. Y en 2019 la tendencia seguirá: «Las grandes socimis también tendrán un importante papel vendedor».

¿Y el alquiler?

El alquiler de oficinas volvió a estar marcado por la escasez. En la capital catalana la disponibilidad fue sólo del 5,44%, la más baja desde 2001, y sólo se crearon 140.000 metros cuadrados más en todo el año –el stock total supera por poco los seis millones–, casi todo en zonas como el 22@.

Ante la falta de oferta y las nuevas compañías interesadas en asentarse en Barcelona, el precio sigue al alza: en las zonas prime y el 22@ el coste del metro cuadrado creció a doble dígito hasta los 22,8 euros y los 17,4 euros, respectivamente.

Carles Huguet

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