Botín defiende sus ocho años al frente del Santander, pero pide más tiempo para reducir la brecha de género

Los accionistas se mostraron muy críticos con el salario de la ejecutiva, de más de 12 millones, mientras la acción sigue perdiendo valor y el dividendo no mejora

La presidenta del Santander, Ana Botín. EFE/Zipi

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Ana Botín, que preside el Banco Santander desde 2014, ha defendido su buen hacer durante estos ocho años de manera insistente durante la junta de accionistas celebrada el viernes en Madrid. Los inversores se mostraron muy críticos con el salario de la ejecutiva, que el año pasado percibió una remuneración de más de 12 millones de euros, porque el precio de la acción y el dividendo no han acompañado en los últimos años.  

Los accionistas reprocharon los salarios de toda la cúpula en general, y hubo hasta quién pidió “el cese y la dimisión de todo el consejo de administración”. Sin embargo, Ana Botín explicó que Santander es un banco internacional, con presencia en diez mercados, y como empresa cotizada, las remuneraciones del CEO y presidenta “están alineadas con Europa y España”. 

De hecho, aseguraba que sus salarios están por debajo de otros mercados si se compara con entidades del mismo tamaño. Y recordaba que desde que asumió la presidencia que antes ostentaba su padre, Emilio Botín, «el coste de la alta dirección ha bajado un 33%, los altos cargos se han reducido de 27 a 15” y entre tanto, los resultados se han disparado. De hecho, en 2021 han conseguido el mayor beneficio en una década, apuntaba. 

La ejecutiva reconoce que el precio de la acción no está valorado como debería (ha perdido un 44% de su valor en ocho años) pero explicaba que ni el consejo ni la alta dirección puede controlar el precio. “Lo que si podemos controlar habla por sí solo, y es el beneficio” insistía, 5.816 millones de euros en 2014 frente a 8.124 millones el año pasado. 

Botín destacaba de nuevo que, desde que llegó a la presidencia se han doblado beneficios en Norteamérica y Europa, se ha reforzado la solvencia, el número de clientes ha crecido un 31% hasta los 153 millones “y 5 de ellos en el último año”, los ingresos también han crecido un 35%, y el ratio de capital CET1 Fully-loaded se ha incrementado 380 puntos básicos, hasta el 12,14%. “Esto significa que el capital aumenta en 34.700 millones en ese periodo” presumía.  

Donde no se pudo defender la número uno del banco cántabro fue ante las quejas de la plantilla. Durante el turno de preguntas, los sindicatos expusieron su malestar con la dirección por la elevada presión comercial que se vive en las oficinas, donde se tiene que atender a los clientes de cara al público, pero a la vez cumplir objetivos, y todo esto contando con menos plantilla después de un ERE que ha afectado a más de 3.000 personas y con menos oficinas tras el cierre de unas 1.000, que está obligando a muchos trabajadores a emplear más tiempo para llegar al trabajo. 

Así, desde CCOO, el sindicato mayoritario del Santander, expresaban que ahora “dan servicio al mismo número de clientes o más, pero menos personal”. Sobre la digitalización garantizaba que los datos aportados por el banco para justificar la reestructuración que han llevado a cabo “no eran reales” porque los clientes no utilizan los canales remotos por voluntad propia “sino porque nosotros les dirigimos a ellos”. 

En cuanto a las reducciones de plantilla de los últimos años, la presidenta del Santander afirmaba que el sector bancario “está en transformación permanente por la digitalización” y que son los clientes quienes lo demandan, así que deben adaptarse. Además, todos los ajustes se han llevado a cabo por razones estructurales y “siempre han sido previo acuerdo con los sindicatos”, añadía.  

En cuanto a la carga de trabajo y los objetivos comerciales, Botín se comprometía a promover este 2022 una ayuda a la plantilla haciendo los procesos más simples para clientes y también para los equipos.  

Botín reconoce que llevará tiempo reducir la brecha de género 

Los sindicatos también llamaron la atención del consejo para mejorar la presencia de la mujer en el ámbito laboral, porque a pesar de los planes de igualdad, “la mujer esta infrarrepresentada, pedimos medidas, para que haya una plantilla equilibrada”.  

El banco reconoce que a nivel grupo “la brecha salarial ha experimentado un ligero aumento con respecto al año pasado” del 31,7% en 2020 al 32,3% en 2021. En este sentido, Botín confesaba que siguen invirtiendo en tener un equipo más diverso. Aunque el 54% de la plantilla son mujeres, solo el 26,3% está en la alta dirección, “sin duda no es suficiente” y trabajan en planes de sucesión y equilibrio.

“Queremos ir más rápido, tenemos un 40% de mujeres en el consejo administración, pero nos llevara más tiempo en plantilla”, concluía.

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