Cellnex salta al aparador: el mercado ve la opa

La subida en bolsa de Cellnex tras los rumores de opa de American Tower muestra que la compañía española es una de las grandes candidatas a cambiar de propietarios a corto plazo

El presidente de Cellnex, Bertrand Kan.

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Cellnex está en el aparador. El cambio de ciclo en la compañía de infraestructuras de telecomunicaciones, su bajada en bolsa –del 40% el año pasado y el 50% desde máximos, aunque en la sesión de ayer recuperó casi un 10% por los rumores de opa–, la pérdida de fuerza de los Benetton y un accionariado muy atomizado la convierten en una de las grandes candidatas entre las cotizadas españolas a cambiar de manos en los próximos meses, como se ha visto este viernes.

Las informaciones acerca de un supuesto interés de American Tower, competidora de Cellnex, junto con el fondo Brookfield por lanzar una opa sobre la compañía española, difundidas por Okdiario, han disparado sus acciones en bolsa un 9,8%, hasta los 36,50 euros. Esa es la muestra más que evidente de que el mercado cree que la operación es plausible o, al menos, Cellnex es un caramelo en el mercado de valores español.

Fuentes financieras aseguran a Economía Digital que el interés del gigante estadounidense les ha cogido por sorpresa: no parece sonar esa operación entre la banca de inversión. Además, Cellnex no ha tenido que remitir información a la CNMV, lo que indica que o bien está muy verde o no termina de dársele credibilidad. Pero lo cierto es que los inversores sí han reaccionado. ¿Por qué lo han hecho?

Por un lado, porque la compañía volvía a estar a un precio atractivo: tras tocar techo por encima de los 60 euros en 2021, el año pasado perdió un 40% de su valor. Pero también porque ven una opción realista que haya una opa sobre la compañía que dirige aun Tobías Martínez. Todo apunta, aseguran las mismas fuentes, a que es candidata a ser opada, sea por American Tower –parece la opción más plausible– o algún fondo de inversión.

Las señales son numerosas. La primera de ellas es el momento que vive Cellnex. Tras siete años de crecimiento casi ininterrumpido, pasando de ser una filial de Abertis con sus torres en España a ser líder europeo con presencia en una decena de países, sus accionistas han decidido que ha llegado el momento de digerir las compras y empezar a ganar dinero y repartir dividendo. Ha concluido la expansión, ya se ha engordado la vaca, llega el momento de sacarle rendimiento.

La segunda es su situación accionarial. La opa sobre Abertis dejó a la familia Benetton como accionistas de referencia con el 29,99% de la compañía. Y probablemente aun seguiría siendo así, pues la saga italiana estaba encantada con esta inversión, si no hubiera sido por el accidente de Ponte Morandi, propiedad de otra de sus participadas, Atlantia, que obligó a la familia a hacer desinversiones para hacer frente a indemnizaciones y pérdidas en su principal negocio.

Por ello, los Benetton dieron entrada a algunos fondos, primero con la mitad de su participación, pero posteriormente fueron vendieron más hasta quedarse con el 8,5% actual. Siguen siendo los primeros accionistas de Cellnex pero ya no son fuertes, no pueden hacer frente a una opa –acaban de culminar una sobre Atlantia–, y el resto de socios tampoco: el accionariado está atomizado y cada fondo mira por su interés.

El precio, ventaja para compradores y vendedores

Esta atomización y el hecho de que no cuente con un núcleo duro de accionistas facilita el cambio de manos de la compañía. Al ser difícil que algún accionista pueda plantar batalla y presentar una contraopa, los posibles interesados se lo pensarán menos a la hora de interesarse por Cellnex. Además, es más fácil superar el 50% en la opa si la oferta es atractiva. De hecho, está casi garantizado en una compañía que salió a bolsa a 14 euros por acción y cotiza a más del doble de ese precio.

De hecho el precio y su trayectoria desde el salto al parqué es otro factor que lo ponen en el aparador. A 60 euros quizá era caro, pero su caída hasta los 32 euros la colocaban en una buena situación, pues ya no solo era una compañía en condiciones de empezar a dar resultados y poca oposición para ser opada, sino que además tenía un precio atractivo.

Luciano Benetton (derecha), patriarca de la familia propietaria de Atlantia, Abertis, Cellnex y la famosa firma de moda, con su hijo Alessandro. GETTY

Pero a su vez, y aunque parezca contradictorio, el precio es bueno para el que compra pero también para el que vende. No para todos pero sí para muchos. Los Benetton entraron a 21,5 euros, el fondo GIC (7%) también, mientras que Criteria (4,77%) tiene la mayoría de acciones desde la salida a bolsa. Todos ellos venderían con grandes plusvalías, por lo que pueden estar interesados en la venta.

Otros fondos, como los de pensiones de Canadá (4,97%), Blackrock (4,95%) o The Children’s Investment Master Fund (7,09%) pagaron precios más altos y podrían salir perdiendo, si bien depende del precio final de la opa, si se presenta. También podrían optar por seguir como socios y esperar los dividendos antes de abandonar el barco.

La opción de que sea American Tower quien dé el paso por Cellnex ya había sonado y parece la más razonable: es la única empresa del sector que puede hacerlo, pues aunque en Europa tiene menos mercado que Cellnex, es mucho más grande por su negocio en América y vale en bolsa más de 100.000 millones de dólares, cuatro veces más que la compañía española. Además, acudiría de la mano de un fondo de inversión.

Xavier Alegret

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