Esta conocida marca de coches consigue esquivar la quiebra (por ahora) tras conseguir 5.000 millones
El programa "Re:Nissan" es una hoja de ruta realista y de corte radical, la meta es volver a beneficios operativos y a generar caja positiva para el año fiscal 2026
Coches. Concurso de acreedores. Nissan
La japonesa Nissan atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia reciente. Tras encadenar pérdidas históricas y la sombra de la quiebra planeando sobre sus operaciones globales, la compañía ha logrado un balón de oxígeno crucial: la exitosa emisión de bonos de deuda por valor de 860.000 millones de yenes, unos 4.990 millones de euros.
La inyección permitirá atender vencimientos inminentes y, sobre todo, ganar tiempo para reestructurar a fondo su modelo de negocio y retomar la senda de la rentabilidad.
La situación financiera de Nissan ha ido deteriorándose en los últimos ejercicios. En su año fiscal más reciente (cerrado el 31 de marzo de 2025) la marca perdió 670.900 millones de yenes (4.082 millones de euros), obligando a directivos y accionistas a tomar decisiones excepcionales.
Hasta 20.000 despidos, el 15% de la plantilla mundial, y el cierre de siete de sus diecisiete fábricas a nivel global para 2027. Estas medidas buscan un ahorro de costes drástico (500.000 millones de yenes entre costes fijos y variables) y una reducción del 30% de la producción mundial, exceptuando China, país donde Nissan mantiene aún buena cuota de mercado.
El nuevo timón de la empresa recae en Iván Espinosa, primer CEO mexicano de Nissan, tras la salida del anterior directivo Makoto Uchida.
Espinosa se ha mostrado transparente ante la prensa: “Necesitamos una reestructuración más rápida y ambiciosa; esto es una cuestión de supervivencia”.
Los recortes afectarán tanto a personal de fábrica como a áreas de ventas, administración e innovación I+D. No se han detallado aún las plantas concretas afectadas, aunque ya está confirmada la cancelación de la futura fábrica de baterías de Kitakyushu y el cese de producción en Argentina, junto con otras fusiones y trasladados de SUV y camionetas en México y Asia.
Nissan: confianza de los inversores y estrategias de futuro
La emisión de bonos ha sido recibida con una demanda que superó las expectativas.Nissan pretendía recaudar 725.000 millones de yenes (4.200 millones de euros) pero la cifra final fue un 17% superior.
El síntoma de confianza del mercado se interpreta como un respaldo al plan de recuperación “Re:Nissan”, que prevé sanear las finanzas mediante la amortización de deuda, inversiones en electrificación y digitalización, y una racionalización de la oferta de productos.
En detalle, 660.000 millones de yenes se han conseguido con bonos denominados en dólares y euros, y otros 200.000 millones en bonos convertibles.
El calendario de devolución se alarga de 4 a 10 años, lo que otorga a Nissan cierta flexibilidad para reordenar su estructura. Buena parte de los fondos se destinarán a pagar la deuda de 700.000 millones de yenes que vence este mismo año fiscal, pero Espinosa ha asegurado que también habrá inversión estratégica en electrificación y nuevos vehículos definidos por software como parte fundamental del futuro de la marca.
El plan Re:Nissan
El programa Re:Nissan es una hoja de ruta realista y de corte radical. La meta es volver a beneficios operativos y a generar caja positiva en el negocio de automoción para el año fiscal 2026.
Aspira a ahorrar 500.000 millones de yenes entre costes fijos y variables, revisar la red global de proveedores y potenciar sinergias con socios como Renault, Mitsubishi y Honda; estas alianzas permitirán acelerar lanzamientos eléctricos y proyectos avanzados de digitalización y conectividad.
En el lado productivo, Nissan focalizará inversiones en mercados estratégicos y en gamas de modelos con alta rentabilidad, apartándose de la doctrina de volumen a cualquier precio del pasado.
Además, planea una completa renovación de su cartera eléctrica. El Nissan Leaf será el abanderado de una nueva generación de vehículos impulsados por baterías más eficientes y capaces de recibir actualizaciones de software por aire, una tendencia clave ya avanzada por otros fabricantes como Tesla y BYD.