Nissan anuncia medidas radicales por pérdidas: llevará a cabo 10.000 despidos
El fabricante japonés toma decisiones drásticas para intentar revertir pérdidas millonarias y garantizar su supervivencia
Vista de la planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. EFE/Alejandro García
Nissan, uno de los gigantes de la industria automotriz japonesa, ha anunciado una medida radical para enfrentar su crisis financiera: despedirá a 10.000 empleados en todo el mundo. La decisión forma parte de un ambicioso plan de reestructuración con el que la compañía espera hacer frente a las pérdidas de 4.040 millones de euros registradas en el último ejercicio fiscal.
La noticia ha caído como un balde de agua fría para la plantilla global de Nissan, que supera los 133.500 empleados, lo que significa que esta medida afectará a cerca del 7,5% del total de su fuerza laboral. Los despidos se llevarán a cabo de manera progresiva en los próximos meses, y aunque la empresa no ha especificado qué regiones se verán más afectadas, todo apunta a que se tratará de un recorte global.
Una crisis que se profundiza desde hace años
Los problemas financieros de Nissan no son nuevos. Desde 2024, la empresa ha experimentado una caída continua en sus beneficios, alcanzando en el último ejercicio una pérdida histórica. El impacto de la pandemia, el aumento de los costos de producción y las dificultades para competir en el mercado de los vehículos eléctricos han sido factores clave que han llevado a la compañía a esta situación.
Además, Nissan ha enfrentado desafíos internos, como la fallida fusión con Honda y el reciente cambio en su liderazgo. El nuevo CEO, Iván Espinosa, ha dejado claro que la empresa debe adoptar medidas drásticas para recuperar su rentabilidad. «Estamos tomando decisiones difíciles, pero necesarias para garantizar el futuro de Nissan», afirmó Espinosa en una reciente rueda de prensa.
Los 10.000 despidos no serán la única medida que Nissan implementará para tratar de salir de su crisis. La compañía también ha confirmado que reducirá su capacidad de producción global en un 30%, lo que implicará el cierre de siete fábricas a nivel mundial. Aunque aún no se ha especificado qué plantas se verán afectadas, la noticia ha generado preocupación entre los empleados de las distintas sedes de Nissan.
Esta reducción de producción es una apuesta por hacer que la compañía sea más eficiente y se adapte mejor a la demanda actual del mercado, que ha cambiado rápidamente hacia los vehículos eléctricos y sostenibles. Sin embargo, la decisión también ha generado críticas, ya que se considera que la empresa podría estar sacrificando demasiado para intentar sanear sus finanzas.
La apuesta por los vehículos eléctricos como tabla de salvación
A pesar de la dureza de las medidas anunciadas, Nissan no se ha rendido en su intento de recuperar su posición en el mercado. Como parte de su estrategia para superar la crisis, la compañía ha decidido apostar fuerte por la electrificación de su catálogo de productos.
En los próximos meses, Nissan lanzará la tercera generación del Nissan Leaf, su modelo eléctrico más emblemático, y un nuevo Nissan Micra, basado en el popular Renault 5 E-Tech. Además, se espera la llegada de un modelo eléctrico compacto que podría revivir el nombre de Nissan Pixo.
Iván Espinosa ha asegurado que estos nuevos modelos serán clave para reposicionar a Nissan como un referente en movilidad eléctrica. «Queremos ser líderes en sostenibilidad y ofrecer a nuestros clientes productos innovadores y competitivos», afirmó el CEO.
Nissan España: entre la preocupación y el optimismo
En medio de la crisis global, la filial de Nissan en España ha optado por un mensaje de relativa tranquilidad. Fuentes de la empresa en el país han reconocido la gravedad de la situación, pero se han mostrado confiadas en que la compañía podrá revertir la situación gracias a sus «recursos financieros sólidos y un catálogo de productos atractivo».
Sin embargo, entre los trabajadores de Nissan en España también crece la preocupación, especialmente después de que la empresa no haya descartado que los despidos puedan afectar a las plantas del país. En este contexto, los sindicatos han comenzado a organizarse y a exigir garantías para el empleo, mientras que los empleados esperan obtener más información en las próximas semanas.
El desafío de recuperar la confianza
El anuncio de los 10.000 despidos y el cierre de fábricas ha impactado negativamente en la imagen de Nissan. En las últimas horas, las acciones de la compañía han registrado caídas en los mercados bursátiles, reflejando la desconfianza de los inversores ante la capacidad de la empresa para superar esta crisis.
Para Nissan, el gran reto será no solo recuperar su solidez financiera, sino también su reputación como fabricante líder. La competencia en el sector automotriz, especialmente en el ámbito de los vehículos eléctricos, es cada vez más feroz, y la empresa debe demostrar que puede adaptarse a las nuevas demandas del mercado.
Un futuro incierto, pero con esperanza
A pesar del difícil momento que atraviesa, Nissan se muestra decidida a luchar por su supervivencia. La combinación de recortes drásticos, inversión en vehículos eléctricos y un nuevo liderazgo podría permitirle recuperar la senda del crecimiento en los próximos años.
El CEO Iván Espinosa ha prometido que la empresa «no se rendirá» y que seguirá trabajando para ofrecer a sus clientes productos innovadores y de alta calidad. Sin embargo, el éxito de este plan dependerá de la capacidad de Nissan para gestionar correctamente la transición y minimizar el impacto social de sus decisiones.
Por ahora, para los 10.000 empleados afectados, el anuncio de los despidos supone un futuro lleno de incertidumbre, mientras que para la empresa, representa una apuesta arriesgada, pero quizás necesaria, para intentar sobrevivir.