Duro Felguera, al límite: ocho acreedores bloquean su plan de rescate y ponen en riesgo su futuro

La impugnación de ocho acreedores amenaza con frustrar la homologación del plan de reestructuración y empuja a Duro Felguera hacia un posible concurso de acreedores

Ocho acreedores cuestionan el plan de rescate y reavivan las dudas sobre la continuidad de Duro Felguera en plena fase crítica de su reestructuración

Ocho acreedores cuestionan el plan de rescate y reavivan las dudas sobre la continuidad de Duro Felguera en plena fase crítica de su reestructuración

La histórica asturiana Duro Felguera vuelve a situarse en el epicentro de la incertidumbre empresarial. Ocho acreedores de la compañía han presentado formalmente impugnaciones contra el plan de reestructuración que la dirección sometió a homologación judicial, abriendo así un frente que amenaza con frustrar su última oportunidad de evitar el concurso de acreedores. Según Europa Press, el Juzgado de lo Mercantil nº 3 de Gijón analizará ahora los escritos para decidir si admite a trámite las reclamaciones, un paso que podría determinar el futuro inmediato de la firma.

El plan tenía como objetivo asegurar la continuidad operativa de la compañía tras varios años de tensiones financieras y preconcurso. Sin embargo, el rechazo de estos acreedores introduce un elemento de inestabilidad, según los compañeros de El Español, que pone en riesgo la viabilidad económica de una de las empresas más emblemáticas del sector industrial español.

Un plan ambicioso que divide a los acreedores

El plan de reestructuración contemplaba medidas de gran calado. Según desvelaba El Confidencial, entre ellas destacan una reducción del capital social para compensar pérdidas, una quita del 100% de la deuda a bancos acreedores, la venta de activos no estratégicos, incluida la sede corporativa en Gijón, así como un recorte sustancial de plantilla que afectaría a cientos de trabajadores. Además, implicaba la entrada de nuevos fondos por parte de los socios de control y una reestructuración del préstamo de 120 millones concedido por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) durante la pandemia.

Para la dirección de Duro Felguera, estas medidas eran imprescindibles para estabilizar la tesorería y afrontar los compromisos pendientes. Sin embargo, parte de los acreedores entiende que el esfuerzo exigido es desproporcionado e insuficientemente equilibrado tal y como detallaban a Europa Press. La quita del 100% de la deuda es el elemento más controvertido, tal y como avanzaban los compañeros de El Comercio. Esta supone que ciertos acreedores pueden perder completamente su derecho de cobro.

Los impugnantes, según La Nueva España, consideran que la propuesta no garantiza suficientemente la viabilidad futura de la compañía y creen que las medidas podrían resultar ineficaces si no se acompasan con cambios operativos más profundos o con una renegociación de las deudas internacionales que arrastra la empresa.

Oficinas Duro Felguera. I Foto: Europa Press.
Oficinas Duro Felguera. I Foto: Europa Press.

Deuda internacional y tensiones con Argelia

Uno de los factores que más pesa sobre la evolución de Duro Felguera es la reclamación presentada desde Argelia por valor de más de 400 millones de euros tal y como advertía El País. El conflicto deriva del proyecto de la central eléctrica de Djelfa y se ha intensificado en los últimos meses, especialmente después de la ejecución de un aval de 54,8 millones depositado por la compañía. Una información que destapaban los compañeros de El Confidencial. La adjudicataria argelina ha mostrado una posición inflexible, lo que genera dudas sobre el impacto que ese litigio puede tener en la capacidad financiera de la empresa española.

La dirección de Duro Felguera reconoce que las obligaciones derivadas de este proyecto son actualmente “excesivamente onerosas”, un mensaje que ha sido interpretado por parte de los acreedores como una señal alarmante sobre la capacidad real de la compañía para asumir compromisos presentes y futuro, tal y como recogían en Lavanguardia.

El peso del rescate público

La SEPI concedió a Duro Felguera un rescate de 120 millones de euros durante la crisis sanitaria, estructurado en varios tramos según OkDiario. El plan de reestructuración actual contempla convertir parte de esa deuda en ordinaria y aplazar su vencimiento hasta 2035. Sin embargo, cualquier modificación sustancial de los intereses o de las condiciones requiere el visto bueno de Bruselas, cuyas normas sobre ayudas de Estado son estrictas y limitan la capacidad de maniobra del Gobierno tal y como adelantaba Europa Press.

Para algunos analistas consultados por OKDiario, este elemento añade una nueva capa de dificultad. Esto pasa por averiguar si las condiciones del rescate no se suavizan, la carga financiera podría lastrar la operatividad futura de la empresa. Si se suavizan demasiado, podrían vulnerarse los requisitos comunitarios. Desde finales de 2024, tal y como reflejaba EFE, Duro Felguera encadena varias prórrogas del preconcurso de acreedores mientras intentaba cerrar un plan de viabilidad aceptado por todas las partes. A finales de 2025, el juzgado rechazó conceder más ampliaciones, exigiendo una decisión definitiva: presentar un plan formal o entrar en concurso.

La empresa reaccionó acelerando negociaciones y logrando que sus accionistas aprobaran la reestructuración en una junta extraordinaria celebrada en noviembre, una información que confirmaba El Confidencial. A partir de ese momento, la homologación judicial se convirtió en el paso clave para ejecutar las medidas propuestas. No obstante, la impugnación de ocho acreedores vuelve a situar a la empresa ante un escenario de máxima tensión.

Un futuro incierto para Duro Felguera

Si el juzgado admite las impugnaciones, tal y como advertía Europa Press, el plan de reestructuración quedaría bloqueado y Duro Felguera podría verse abocada al concurso de acreedores. Si no las admite, la empresa podría seguir adelante con su hoja de ruta, aunque seguiría enfrentándose a desafíos importantes, especialmente en el ámbito internacional.

Mientras tanto, trabajadores, proveedores, administraciones e inversores siguen con atención el desarrollo de un proceso que marcará el futuro de una compañía con más de 150 años de historia y que ha sido, durante décadas, un referente de la ingeniería industrial española.

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