El Banco de España rechaza el plan del Gobierno para impulsar el efectivo en la España rural 

El supervisor advierte de que las medidas promovidas por el Gobierno para facilitar el efectivo, como las alianzas con Correos, no pueden reemplazar la de los cajeros y oficinas

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El Banco de España cree que las medidas adoptadas por el Gobierno de Pedro Sánchez para garantizar el acceso al efectivo no son suficientes. De hecho, advierte de que la aparición de soluciones alternativas como cashback o la distribución de efectivo a través de las oficinas de Correos, sirven para complementar el acceso tradicional, “pero no para reemplazarlo por completo”. 

El Gobierno quiere promover acuerdos de colaboración entre la banca y Correos para facilitar el acceso al efectivo y combatir la exclusión financiera, sobre todo en la España rural. Actualmente el Banco Santander, Ibercaja y EVO banco tienen firmados acuerdos en este sentido. En total, ya son seis entidades españolas las que permiten a sus clientes sacar dinero o hacer ingresos en las más de 4.600 oficinas que la empresa de correo postal tiene por el país.   

Además de las mencionadas, Correos ha cerrado alianzas en los últimos años con Banco Mediolanum, Triodos Bank y Bancofar. Pero el Ejecutivo quiere que esta fórmula se extienda por todo el sistema bancario. Asimismo, apoya las soluciones de cashback que ya han emprendido algunas entidades. Mediante este sistema, el cliente realiza una compra en un establecimiento (como supermercados y gasolineras) y pude retirar efectivo de manera gratuita. 

El supervisor valora estas medidas, pero insiste en que no pueden remplazar el servicio que hasta ahora ofrecía la banca en sus oficinas y cajeros. Así lo expresaba este martes la directora general de efectivo y sucursales del BdE, Concepción Jiménez, durante una intervención en la que recordaba que la pandemia “ha acelerado el cierre de sucursales bancarias y cajeros automáticos, que representan las tradicionales fuentes de acceso al efectivo”, por lo que el problema ha empeorado en solo dos años.  

Y en este sentido, destacaba la importancia de que el Gobierno legisle para garantizar que quienes deseen utilizar dinero en efectivo puedan seguir haciéndolo en los próximos años. Jiménez recordaba que un reciente estudio del Banco de España demuestra que aproximadamente 1,3 millones de personas en España (el 3% de la población) se encuentran en una situación que podría considerarse vulnerable en mayor o menor grado respecto al acceso al efectivo. 

Según el mapa elaborado por el BdE, las dos Castillas (Castilla- La Mancha y Castilla y León) además de Asturias y Cantabria, están siendo las regiones más afectadas. En el informe se apunta además a que un perfil claro de ciudadano afectado es anciano, vive en la zona rural y tiene que viajar de media 7 kilómetros a su cajero automático o sucursal bancaria más cercana para poder sacar dinero. 

Durante la pandemia, concretamente los primeros meses de la crisis sanitaria, muchos comercios e incluso las autoridades públicas recomendaron pagar con medios electrónicos en lugar de dinero en efectivo en un intento de detener la transmisión del virus. Aunque la Organización Mundial de la Salud aclaró enseguida que las posibilidades de contagio a través de este canal son remotas, la actividad no se ha vuelto a reanudar igual. 

Y en ocasiones, “el riesgo de la salud se ha exagerado y ha servido como excusa para implementar los pagos electrónicos”, explica la directora general de efectivo y sucursales del BdE. Por eso entiende que es importante legislar para garantizar que quienes deseen utilizar efectivo puedan seguir haciéndolo en los próximos años.  

A tal efecto, el RDL aprobado el 3 de noviembre de 2021 introdujo una modificación en la legislación sobre consumidores y usuarios, por la que no se puede negar a un consumidor el derecho a pagar en efectivo, dentro de los límites establecidos en la legislación fiscal. En la práctica, esto prohíbe a las empresas que exijan el pago con tarjeta de manera exclusiva. 

“Esta es una buena noticia”, señala, pero por otro lado se ha aprobado una Ley para prevenir y combatir el fraude fiscal que ha reducido el límite de los pagos en efectivo a 1.000 euros, una medida que hasta el Banco Central Europeo ha calificado de “desproporcionada”, también la multa del 25% del importe pagado que conlleva para quien se exceda.

Recientemente entró en vigor la Ley de 25 de febrero de 2022 sobre protección de los consumidores y usuarios en situación de vulnerabilidad social y económica, donde se establece que las políticas públicas deben garantizar los derechos en igualdad de condiciones de acuerdo con la situación específica de vulnerabilidad, recuerda.  

Aquí, el Gobierno, en coordinación con el Banco de España y las instituciones de crédito deberán adoptar medidas antes de junio de 2022 para favorecer la inclusión de la las personas más vulnerables y, en especial, las personas mayores. Adicionalmente, las entidades bancarias españolas firmaron un Protocolo para el fomento de la inclusión de las personas mayores hace dos meses.  

Entre las medidas, los bancos han decidido ampliar el horario de atención en caja o reforzar el personal dedicado a atender a las personas mayores, además de hacer los cajeros automáticos y los canales digitales más fáciles de usar. Pero el Banco de España recuerda, que si estas resultan insuficientes “habrá que impulsar y desplegar otras medidas que garanticen el acceso a los servicios bancarios para todos los ciudadanos”. 

El efectivo recupera su uso pero con menor nivel que en 2020 

El Banco de España reconoce que los hábitos de pago de los consumidores en España ya estaban cambiando y la pandemia solo ha acelerado ese proceso. Pero esto no quiere decir que vaya a desaparecer el efectivo, apunta. Según la última encuesta anual del Banco de España, en 2020 el efectivo ya no fue el medio de pago más común para los consumidores, quedó por detrás de la tarjeta de débito.  

No obstante, todavía el 36% de las personas afirma que el efectivo es su medio de pago más habitual. Y teniendo en cuenta este dato, el supervisor entiende que el efectivo sigue siendo un medio de pago clave para gran parte de la población en España y aunque su uso se redujo drásticamente tras el estallido de la pandemia, las últimas estadísticas muestran una cierta recuperación en su uso, aunque no a los niveles observados antes de 2020. 

En opinión de la directora, España debe garantizar que el efectivo siga siendo un medio de pago accesible y universalmente aceptado. Aunque prevén que a futuro exista una combinación de opciones de pago, entre el efectivo y los pagos digitales.  
 

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