Eroski fía a su nuevo plan estratégico calmar a los fondos acreedores

La cadena de supermercados afronta pagos 1.000 millones con la venta de filiales y inmuebles como única posibilidad para hacer frente a los vencimientos

De izquierda a derecha: Agustín Markaide, presidente de Eroski; Rosa Carabel, nueva directora general; y Leire Mugerza, presidenta del Consejo Rector.

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Los supermercados fueron uno de los sectores más beneficiados de la pandemia. Eroski prácticamente dobló sus beneficios en su primer semestre fiscal –hasta el 31 de julio–, pero el boom del negocio no valdrá para hacer frente a la deuda 1.225 millones que arrastra. Las desinversiones, tanto inmobiliarias como en algunas filiales son la principal vía para enjugar el pasivo en el plan estratégico 2021-2024 de la cooperativa vasca.

El pasado viernes, la cadena anunció el nombramiento de Rosa Carabel como nueva directora general. Reportará directamente al presidente, Agustín Markaide, y tendrá como misión principal el cumplimiento de la hoja de ruta que la organización debe seguir en los próximos cuatro años, justo antes de volver a sentarse con sus acreedores para renegociar la deuda.

Eroski verá además como sus interlocutores cambiaron respecto a la última refinanciación. A lo largo de 2020, BBVA, Caixabank, Bankia y Banc Sabadell vendieron 800 millones de deuda a fondos como Sculptor Capital o Davidson Kempner, que compartirán mesa con los acreedores españoles que todavía restan, como Banco SantanderKutxabank y Caja Laboral. No se espera que los recién llegados tengan una actitud tan comprensiva como la banca tradicional.

«No conozco una empresa de España que haya bajado más su deuda que nosotros», presume Agustín Markaide, presidente de Eroski

En la organización lo asumen. Y la primera prueba será a finales de 2021, cuando debe hacer frente a un pago de 347 millones euros, el principal obstáculo hasta los 720 millones que tendrá que abonar en 2024. El primer vencimiento llegará probablemente con la venta de Caprabo –está por ver si una parte minoritaria o la totalidad–, pero el grupo deberá realizar más desinversiones para satisfacer a los fondos en 2024, más propensos a ejecutar su deuda si no se cumplen los compromisos.

Fuentes del sector señalan que el plan estratégico se presentará durante las próximas semanas de manera interna. «No implicará grandes cambios», admiten. La empresa mantendrá su apuesta por el norte de España e insistirá en la venta online que tan bien lo funcionó durante los primeros meses de la pandemia.

No obstante, reducir el perímetro será fundamental, pues el beneficio no llega para recortar la deuda. En 2019, las ganancias fueron de 45 millones. A este ritmo, se necesitarían el resultado de más de 20 años para pagar los 1.225 millones de pasivo. Habrá que hacer más esfuerzos. «No conozco una empresa de España que haya bajado más su deuda que nosotros. La hemos reducido en cerca de 2.000 millones, a la mitad, en 10 años», decía Markaide en verano.

Los encargados de las desinversiones también ganan peso en el organigrama de la cadena de supermercados. Se integraron al consejo de dirección José Ramón Anduaga, director económico-financiero, y Javier España, director de desarrollo. El primero es el referente del cumplimiento con los fondos y el segundo el principal responsable de las ventas de supermercados que afrontará la organización.

Eroski dobla ganancias con el coronavirus

La cadena vasca hizo públicos sus resultados en el primer semestre fiscal de 2020 –hasta el 31 de julio– en octubre. Tras años de contracción por el cierre de locales y el auge de marcas como Mercadona y Lidl, volvió a crecer e incrementó la facturación un 7,19% hasta los 2.412 millones de euros frente a los 2.250 millones del mismo periodo de 2019.

El dato podría parecer menor, pero hay que matizar que el grupo también tiene una agencia de viajes y gasolineras, dos negocios especialmente afectados por la pandemia. De tener en cuenta solo la división alimentaria, la subida de las ventas es del 9% y se focaliza en País VascoCataluña y Galicia. Por el contrario, Baleares sufre por la ausencia de turistas y repite cifras.

Si el grupo vasco pudo revertir el descenso de su tamaño, también logró disparar su rentabilidad. En las mismas cuentas la empresa celebró un beneficio operativo de 126,1 millones de euros, prácticamente el doble de los 65 millones registrados en el mismo semestre del año pasado. “El avance se explica principalmente por el importante incremento de la actividad derivado de las medidas tomadas frente al coronavirus”, admitió la organización. 

No obstante, el beneficio final de Eroski se quedó en 47,9 millones de euros frente a los 85,7 millones de los primeros seis meses del ejercicio anterior. La razón: un incremento de los gastos financieros motivado por la refinanciación de deuda firmada en 2019 con la banca.

Carles Huguet

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