La fusión de Orange y MásMóvil obligará a Bruselas a tomar medidas inéditas

Cesión de infraestructura, redes; algunas marcas, gestión de clientes; acceso prioritario mayorista... el abanico es muy amplio

Orange

CEO de Orange, Jean François-Fallacher

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El personal técnico que trabaja en la Comisión Europea tiene exceso de trabajo gracias a España. Al trabajo añadido por el caso energético que ha supuesto la petición de la ‘excepción ibérica’ para intervenir el mercado eléctrico en nuestro país y Portugal, en los próximos meses se encontrarán el expediente de la fusión entre Orange y MásMóvil. Bruselas deberá regular en consecuencia, asumiendo que junto a Telefónica la compañía resultante creará un oligopolio ‘de facto‘.

Y no se trata de una expresión. La suma de Telefónica y Orange-MásMóvil creará una situación de mercado donde estas dos compañías cubrirán el 69% de los ingresos de la banda ancha fija dentro del sector; y tanto en el negocio móvil como en fibra fija tendrán una cuota conjunta de más del 70%. Algo a lo que Bruselas no se había enfrentado hasta ahora: tener que regular en una fusión que provoca una concentración de mercado tan grande.

Aunque la toma de decisiones vendrá por partes. En primer lugar deberán abordar el encaje de Orange y MásMóvil. Acto seguido tendrán que revisar, en ese momento ya sí, cómo queda el mercado español. Y la foto muestra los datos antes expuestos: una concentración histórica.

Ante esta panorama, ¿qué soluciones se puede adoptar en Bruselas para que todo tenga un encaje normativo? Y, lo más importante, ¿cómo van a maniobrar en la Comisión para que en último lugar no se produzca una subida de precios debido a la mejor competencia que habrá en España a partir de 2023?

Las decisiones de Bruselas

Uno de los ejemplos más cercanos tiene que ver con la fusión de Orange y Jazztel, donde la compañía resultante tuvo que ceder una red independiente de fibra al hogar (FTTH) que abarcaba entre 700.000 y 800.000 unidades inmobiliarias y que era similar al tamaño de la red en ese momento de FTTH de Orange en España. Asimismo, también tuvo que dar acceso preferente a la red de cobre durante un periodo de ocho años.

Ahora, por la tipología de fusión, la cuestión puede centrarse no solo en activos, sino en la propia capacidad y gestión comercial (usuarios) y sus marcas. Esta sería una decisión muy extraña y que no se ha tomado hasta ahora en Europa, pero no quedaría más remedio ante la concentración que se provocaría.

En concreto, según el reglamento de la Comisión Europea, «las cesiones de una actividad empresarial parecen por lo general preferibles a la concesión de licencias sobre derechos de propiedad intelectual, ya que la concesión de una licencia implica una mayor incertidumbre, no permite al licenciatario competir inmediatamente en el mercado, implica el mantenimiento de una relación entre las partes que puede permitir al licenciante influenciar al licenciatario en su comportamiento competitivo y dar lugar a conflictos entre ambos en relación con el alcance y las condiciones de la licencia».

«(…) Por lo tanto, la concesión de una licencia no se considerará por lo general apropiada cuando parezca posible la cesión de una actividad empresarial. En caso de que surjan problemas de competencia como consecuencia de la posición de mercado mantenida por dicha tecnología o dichos derechos de propiedad intelectual, una cesión de la tecnología o de los derechos de propiedad intelectual es la solución preferible, ya que elimina una relación duradera entre la entidad procedente de la concentración y sus competidores. Sin embargo, la Comisión podrá aceptar acuerdos de concesión de licencias como alternativa a la cesión, cuando, por ejemplo, una cesión obstaculizaría una investigación eficaz y en curso, o cuando una cesión sería imposible debido a la naturaleza de la actividad empresarial».

La traducción de esto podría tener diversas implicaciones, desde la cesión de infraestructura, redes, torres; algunas marcas, gestión de clientes; acceso prioritario mayorista…. Y es que la duración del proceso determinará hasta qué punto se puede ejecutar. También servirá para tener una base teórica a nivel de regulación en otros mercados.

Las empresas que hay detrás de esto

Al acecho de todos estos movimientos se encuentran, principalmente, Digi, Finetwork y Avatel; puesto que parece poco probable que Vodafone España, por su peso en el mercado, tenga la necesidad de acudir a estos ‘remedies’ que se dispondrán de la fusión.

Por lo tanto, en ese trío de empresas se gestará el próximo cuarto o, incluso, tercer operador. Puesto que depende de los exigentes que se ponga Bruselas para conseguir una competencia efectiva en España con Telefónica y Orange-MásMóvil, puede que haya tantos activos en el mercado a un precio asequible que se genere una compañía con un peso relevante.

Raúl Masa

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