Roberto Vicente (Grupo Nido): «El inmobiliario se enfrenta a una concentración imparable de promotoras»
El CEO de Grupo Nido analiza cómo la concentración de promotoras, la industrialización de la construcción y la expansión territorial están reconfigurando el panorama inmobiliario en España

Roberto Vicente, nuevo CEO del Grupo Nido.
En un despacho luminoso de Madrid, Roberto Vicente, recientemente nombrado nuevo CEO de Grupo Nido, se muestra claro y certero. La industria inmobiliaria, según su visión, atraviesa una etapa de transformación radical. No solo por los retos inherentes al ciclo económico o la falta de mano de obra, sino por un fenómeno que está marcando la pauta del futuro: la concentración imparable de promotoras.
La primera frase que lanza, sin rodeos, sintetiza su postura: «Estamos ante un momento crucial en el sector inmobiliario. La concentración de promotoras es inevitable y quien no lo vea está perdiendo una oportunidad enorme».
Con su mirada directa y firme, Vicente traza un panorama donde los gigantes del sector se están fusionando, consolidando, y creciendo a través de economías de escala, mientras pequeños actores se ven obligados a adaptarse o desaparecer.
El Grupo Nido no es ajeno a este fenómeno. De hecho, Vicente lo considera una oportunidad. «Las grandes concentraciones tienen un componente lógico y saludable para el mercado. En Nido, tenemos claro que el futuro está en diversificarnos, pero también en ampliar nuestras capacidades y recursos», explica.
Vicente lleva años en el sector y se ha visto envuelto en todo tipo de movimientos empresariales. Antes de llegar a Grupo Nido, donde el grupo promotor constructor CHR, fundado por la familia Riesgo, se vendió a Urbas, lo que permitió a los fundadores del Grupo Nido lanzar su propio proyecto, buscando replicar el modelo de éxito.
Ahora, tres años después, en su nuevo rol, Vicente observa cómo las grandes promotoras se siguen fusionando para competir con los colosos del mercado. «La concentración es una cuestión de supervivencia. El volumen de suelo que deben manejar los grandes promotores requiere un respaldo de capital importante. El dinero manda, y si no tienes el músculo financiero adecuado, estás en desventaja«.
Para Vicente, la absorción de empresas en el sector no es una moda, sino una necesidad. «Lo que estamos viendo ahora no es una simple tendencia. Es el futuro del sector inmobiliario. Las empresas que no sean capaces de mantener una estructura sólida, una capacidad de adquisición y crecimiento constante, quedarán atrás».
Este panorama, más allá de alarmar, lo motiva. Lo ve como una oportunidad para posicionar a Nido entre las diez principales promotoras del país. «Es un reto ambicioso, pero es alcanzable. El sector se está reconfigurando y debemos estar preparados para aprovecharlo», dice con convicción.
Vicente no solo habla de concentración. También habla de modernización. La industria inmobiliaria se enfrenta a retos imponentes: escasez de mano de obra, subidas de precios en los materiales, incertidumbre legislativa… Sin embargo, Vicente tiene claro que la clave del futuro está en la industrialización de la construcción.
«Lo que está ocurriendo en el sector inmobiliario, más allá de las fusiones, es que necesitamos adaptarnos a las nuevas realidades del mercado. El sistema de construcción industrializada es la respuesta a la falta de mano de obra, y en Nido estamos apostando por ella con firmeza».
Lo dice sin titubear, mientras menciona con orgullo la creación de Modutec, la empresa de construcción modular del grupo, que ya está operando en Miranda de Ebro.
Esta firma se dedica a producir viviendas unifamiliares modulares, pero el objetivo de Vicente es claro: «No nos vamos a quedar ahí. El futuro es aplicar esta tecnología a unidades en altura, a grandes promociones. La construcción industrializada es el camino a seguir«.
Vicente está convencido de que el sector debe hacer un giro. Y lo tiene claro: «La falta de mano de obra está limitando nuestro crecimiento. Si no implementamos sistemas más avanzados, nos va a costar seguir el ritmo del mercado. Y no solo eso, los costes se incrementan, las entregas se demoran. La industrialización es lo único que nos puede garantizar una producción eficiente y de calidad«.
En su análisis de la situación, Vicente también observa que la mirada del Grupo Nido no está centrada exclusivamente en España. La internacionalización es una carta que, sin duda, tienen sobre la mesa.
Ya cuentan con una delegación en México, y aunque no es el foco inmediato, el CEO del Grupo Nido no descarta ampliar su presencia en Latinoamérica en el futuro.
«Tenemos que tener los ojos abiertos a nuevos mercados. Si Latinoamérica ofrece una oportunidad, ¿por qué no aprovecharla? De hecho, ya tenemos proyectos en marcha en México, pero siempre con cautela. Primero tenemos que consolidarnos aquí en España».
Por supuesto, dentro del territorio nacional, Madrid sigue siendo la joya de la corona. «Madrid sigue siendo el motor del sector inmobiliario. Pero no solo Madrid. Estamos apostando también por otras zonas que tienen un enorme potencial, como Castilla y León, la Costa del Sol, o incluso Valencia y Zaragoza. Buscamos rentabilidad en cada operación, y si encontramos un nicho en el que nos podamos expandir, lo aprovecharemos».
Lo que más resalta de Vicente es su enfoque hacia la diversificación. Si bien la promoción inmobiliaria sigue siendo la columna vertebral de Grupo Nido, la firma se ha lanzado a otros segmentos como la consultoría, donde ya tienen un pie firme.
Pero Vicente no se detiene ahí. «Nuestro objetivo es crear un modelo robusto y versátil. Queremos estar presentes en la consultoría, la promoción inmobiliaria, la rehabilitación, y sobre todo, en la construcción industrializada. La diversificación nos da la estabilidad necesaria para seguir creciendo«.
Sin embargo, a pesar de su ambición, Vicente es consciente de los obstáculos. Los problemas legales, como la inseguridad jurídica en proyectos urbanísticos, siguen siendo una barrera significativa.
«La nueva ley de suelo que propone la Comunidad de Madrid es un paso positivo. Necesitamos desburocratizar y agilizar el proceso urbanístico. Esto no solo beneficia a las promotoras, sino a la sociedad en su conjunto. La emergencia habitacional es real, y tenemos que encontrar soluciones rápidas y eficientes», explica.
Grupo Nido, mirada al futuro
El futuro del sector, según Vicente, está marcado por la capacidad de adaptación y la visión estratégica. «Creo que el sector inmobiliario tiene un futuro brillante, pero no todos podrán aprovechar las oportunidades. Las promotoras que no inviertan en tecnología, que no apuesten por la industrialización, que no se adapten a los cambios del mercado, van a quedar atrás«. Su tono no es de alerta, sino de desafío.
Vicente no solo está jugando a ser un líder del presente. Está pensando en el mañana. En un futuro en el que Grupo Nido no solo sea uno de los grandes actores del mercado, sino también un referente en la transformación de un sector que, por fin, se está modernizando.
Su visión es clara: la concentración de promotoras es imparable, pero en ese proceso de cambio y consolidación, hay espacio para los que apuesten por la innovación y la industrialización. Y Nido, sin duda, está listo para el reto.