La venta de Ficosa divide de nuevo a los Pujol y a los Tarragó

La posibilidad de trocear la compañía crea cierto malestar e intranquilidad en la planta de Viladecavalls

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La venta de Ficosa, su división en partes y el interés de varios inversores asiáticos ha sentado como un jarro de agua fría entre la plantilla de la compañía. Los actuales gestores, el clan de los Pujol con Josep Maria (padre) y Xavier (hijo) a la cabeza, se han apresurado a desmentir que éste sea el futuro de la firma para calmar los ánimos, tal y como ha revelado Economía Digital.

El desconcierto y malestar en la planta de Viladecavalls ha obligado a la dirección de Ficosa a enviar un comunicado a todos los trabajadores. “La noticia es rotundamente falsa”, asegura para acallar la información que ha avanzado este diario.

Arrinconamiento y desinformación

Sin embargo, mientras los Pujol niegan cualquier negociación y la posibilidad de venta, los Tarragó subrayan el arrinconamiento al que han sido sometidos en la empresa de la que todavía son socios, a pesar del divorcio que protagonizaron hace dos años con la salida de Josep Maria Tarragó de la vicepresidencia.

Acudieron recientemente a un consejo de Ficosa Inversión y no fueron informados de los planes de los actuales propietarios. Han conocido la hoja de ruta por otras fuentes distintas a las oficiales. Con todo, el distanciamiento entre estas dos familias catalanas ha aumentado.

Necesidad de cambios

Los Pujol han llegado incluso a insinuar a los representantes laborales que sus socios podrían haber dado la información sobre la venta. Por su parte, los Tarragó disipan cualquier duda al respecto y ponen de relieve la desinformación a la que han sido sometidos. Piden que la gestión de Ficosa pase a manos de una persona externa a las familias.

Optan por la entrada de un inversor e insisten en que nunca se han planteado trocear la compañía, sino que abogan por la venta de activos no estratégicos. Pero, confiesan que son conscientes de que Ficosa necesita una recapitalización urgente.

Intranquilidad en la fábrica

En paralelo, los trabajadores de Viladecavalls están intranquilos. Los comités que integran a 1.200 trabajadores se han reunido in extremis este jueves para pedir explicaciones a los gerentes.

“No sabemos nada y ellos lo desmienten todo. La dirección nos ha dado a entender que podían ser los Tarragó, pero hemos hablado con ellos y dicen que están intentando ver qué parte de verdad hay en todo esto”, explican angustiados varios trabajadores.

Economía Digital

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