Mario Alonso (Auren), de la Movida madrileña al movidón de la IA: «El objetivo no es ganar dinero»

Mario Alonso, presidente de Auren, antiguo miembro del grupo de la Movida Mario Tena y Los Solitarios, asegura que la cultura de su despacho "es humanista"

Mario Alonso, presidente de Auren

Mario Alonso, presidente de Auren, el jueves en las oficinas del despacho en Madrid.

El 9 de febrero de 1980 el grupo Mario Tena y Los Solitarios, liderado por el hoy presidente del despacho Auren, Mario Alonso, participó en un concierto celebrado en Madrid en homenaje a José Enrique Cano, Canito, fallecido en un accidente de tráfico a principios de ese año y batería de Tos, grupo fundado por los hermanos Urquijo (después Los Secretos).

Actuaron en aquel concierto Nacha Pop, Alaska y Los Pegamoides, Paraíso, Mamá, Los Bólidos y los Trastos.

Mario Tena y Los Solitarios -batería, dos guitarras, bajo y saxo- subieron ese día al escenario todos conjuntados, de negro, para ofrecer al público su rock instrumental sesentero, al estilo de los Sirex.

Ninguno de aquellos grupos, integrados prácticamente por adolescentes, sabía entonces que aquel concierto pasaría a la historia como el origen de la Movida madrileña.

Mario Alonso dejaría poco después el grupo para continuar sus estudios de Económicas y Derecho. Pero aquella experiencia inolvidable le ha servido para manejar todo tipo de situaciones.

«Fue increíble», recuerda el presidente de Auren en alusión a la voracidad con la que entonces la juventud española deboraba las nuevas tendencias musicales, en plena apertura política y económica.

«Una vez tocamos en el San Juan Evangelista [el mítico colegio mayor de Madrid donde, a finales de los años sesenta, comenzaron a celebrarse conciertos y actuaciones comprometidas para la época] y la gente intentó colarse colgándose de cuerdas, vino la policía, yo estaba fuera con el bajista, y no nos dejaban entrar de la multitud que había, ¡que nosotros somos los músicos!, les decíamos».

«Otra vez tocamos en la Plaza Mayor de Madrid ante 20.000 personas, era una locura», comenta. Desde entonces, Mario Alonso ha perdido cualquier temor a hablar en público.

«Tengo clarísimo que firmas como Uría o Cuatrecasas también van a dar entrada a fondos en su capital», dice Mario Alonso

El jueves, en la sede de Auren en Madrid, Alonso mostró sus dotes al presentar ante medios de prensa y socios directores del despacho los resultados del ejercicio y las previsiones del bufete para los próximos años, sin un papel, sin una pantalla, sin un momento en blanco.

Quizá imbuido todavía por el espíritu de la Movida, Mario Alonso insistió en que la cultura de Auren «es humanista«. «Nuestro objetivo no es ganar dinero«, aseguró.

Es posible que Waterland Private Equity no comparta al 100% esa consideración.

La sociedad de capital riesgo europea, con fondos recaudados por importe superior a los 14.000 millones de euros, ha adquirido este año el 49% de Auren. Se trata de la primera operación de este tipo en España en el sector de los despachos y servicios profesionales, a la que posiblemente sigan otras.

Los fondos de capital riesgo, el lado más salvaje del capitalismo, tienen evidentemente como primer objetivo ganar dinero. Adquieren una empresa con el propósito de elevar su valor y venderla al cabo de cinco o diez años logrando plusvalías.

«Waterland respeta la cultura humanista de Auren«, afirma Mario Alonso. «Tiene vocación de permanencia, su idea es ir saltando su participación en Auren de un fondo a otro», explica.

«Nuestra cultura es diferente, no es el dinero lo que nos mueve a trabajar, tampoco somos una ONG, pero nuestro objetivo no es el dinero sino que la gente esté bien motivada, que se consolide un proyecto, que haya más formación», contó Alonso el jueves.

«Ahora muchos otros se han subido a este carro, a la cultura humanista; en otros despachos se ponen unos objetivos y si no se cumplen hay despidos; aquí no», subrayó.

De la Movida al movidón

Alonso sostiene que la irrupción de la Inteligencia Artificial está cambiando radicalmente, día a día, el funcionamiento de consultoras y auditoras. Y que para su desarrollo e implantación en los despachos se requieren grandes inversiones, de ahí el acuerdo con Waterland: de la Movida madrileña, al movidón de la IA.

«Obviamente la IA va a tener impacto en las estructuras de los despachos, sobre todo en lo que afecta a las tareas más básicas, la labor de los junior se va sustituir por la IA«, opina el presidente de Auren. «Eso no quiere decir que vaya a haber despidos, no vamos a despedir a nadie, sino que se van a cambiar las tareas».

Mario Alonso, presidente de Auren
Mario Alonso, presidente de Auren, el jueves en las oficinas del despacho en Madrid.

Auren, liderado por Mario Alonso desde finales de los años ochenta, cerró su último ejercicio fiscal, en agosto, con una cifra de facturación de 104 millones de euros, un 8,1% más que en el anterior.

Pero la entrada de Waterland en el capital del bufete con sede en Madrid va a disparar el crecimiento previsto para los próximos años, doblando su facturación, y también la plantilla, integrada ahora por 1.105 profesionales.

El presidente de Auren, autor también de cuatro novelas, cree que la entrada de los fondos de inversión en el capital de los despachos, consultoras o auditoras es imparable. «Han visto el potencial de este sector como antes lo vieron en la Sanidad o en la Educación».

«Ahora hay 800 despachos en el mundo participados por fondos; tengo clarísimo que firmas como Uría o Cuatrecasas también van a dar entrada a fondos», pronostica.

«Todo el mundo canta la felicidad, todo el mundo baila la felicidad, un dos tres y… Por las calles yo voy caminando, todo el mundo sonríe al pasar y mi chica camina cantando, ella lleva un peinado especial ah ah ahhhh…», cantaban Mario Tena y Los Solitarios.

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