Merlin se replantea presentarse al concurso de la reindustrialización de Nissan

La socimi continúa interesada en gestionar la antigua fábrica de la automovilística en Barcelona, pero aún no tiene una propuesta final

Merlin

El CEO de Merlin, Ismael Clemente

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Si no hay una tercera prórroga, en menos de dos semanas finaliza el plazo para presentarse al concurso por la reindustrialización de Nissan en la Zona Franca de Barcelona. Con la fecha límire a la vuelta de la esquina, Merlin Properties no solo no se ha presentado aun a la adjudicación de los antiguos terrenos de la automovilística sino que duda de si hacerlo finalmente.

Desde el minuto uno, se ha hablado de la socimi como uno de los principales candidatas a optar a las naves, pero por ahora, siguen valorando el proyecto, según fuentes de la empresa. La compañía optaría a los terrenos desde Cilsa, la participada que comparte con El Port de Barcelona. De hecho, es la administración portuaria quien está gestionando mayoritariamente la redacción de su propuesta.

Sin embargo, estas fuentes se han mostrado críticas con la organización del concurso y la forma en con la que está redactado. De hecho, no es la primera vez que un inmologístico considera que los pliegues del concurso otorgan un limitado espacio al uso logístico, más lucrativo, en beneficio al terreno industrial. Concretamente, los documentos dividen esta superficie en diferentes parcelas, que atribuyen unos 309.737 metros cuadrados para uso industrial y 108.765 más al uso logístico. 

Si finalmente deciden enviar una solicitud al Consorci de la Zona Franca (CZFB), el propietario de los terrenos, se presentarían al concurso de la mano de Mecalux, una compañía catalana que, de ganar la adjudicación, gestionaría el espacio destinado al uso industrial donde antes se fabricaban modelos de Nissan. Con sede en Cornellà de Llobregat (Barcelona), se encarga del diseño, la fabricación, la comercialización y la prestación de servicios relacionados con las estanterías metálicas y los almacenes automáticos, entre otros.

A parte de la distribución de la superficie, la adjudicación está redactada de forma que da prioridad al proyecto industrial respecto a la actividad logística. Adjudicará 60 de los 100 puntos atendiendo a factores de esta índole, posicionando la fabricación de coches como la actividad más bien valorada, seguido de proyectos de movilidad eléctrica, de inversión y aquellos relacionados con la sostenibilidad y la transición energética.

En este sentido, su mayor competidor es la alianza entre el gigante australiano Goodman y el hub de la descarbonización, el consorcio de empresas encabezado por las catalanas QEV y BTech. Si resultan los ganadores, esperan aprovechar los activos de la automovilística japonesa para fabricar unos 100.000 vehículos eléctricos de diferentes tipos a tres años vista.

La logística es una de las líneas de negocio clave para Merlin Properties. Desde apenas unos kilómetros de distancia de la antigua planta de Nissan, el CEO de la compañía, Ismael Clemente, ha explicado esta semana en una conferencia en el congreso Barcelona New Economy Week que la socimi está cerca de obtener volúmenes de contratación históricos en este sector en 2022. En los primeros meses del año, la superficie logística impulsó el valor bruto de los activos (GAV), creciendo un 3,6% respecto al mismo periodo de 2021.

La recesión tardará en llegar a las inmobiliarias

Para el directivo, los terrenos logísticos serán sus activos más fiables en los próximos años, aunque acabe llegando la recesión. Clemente asegura que solo un desplome del consumo electrónico por la inflación podría hacer retroceder el crecimiento del sector.

También podría empezar a retroceder el alquiler de los centros comerciales si la inflación provoca una reducción masiva del consumo porqué los españoles apuestan por ahorrar. Durante el covid, las diferenates ayudas a los administradores de los grandes almacenes ayudaron a evitar roturas de contratos. Por ahora, este colchón no existirá en la nueva crisis.

Otro aspecto que preocupa a Merlin es como la bajada del empleo puede llegar a afectar al alquiler de oficinas. Sin embargo, para el CEO, la crisis va a tardar en impactar al sector inmobiliario. Dado que se dedican al arrendamiento de espacios, y la inflación está originada por el aumento de las materias primas; Clemente mantiene que no van a empezar a notar sus efectos hasta 2023. «Estamos preparados. Llegará, tiene un factor psicológico y si todos piensan que llega, llegará», ha añadido.

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