CaixaBank y Sabadell ganan terreno en hipotecas mientras BBVA pierde peso por sus precios
CaixaBank ha logrado una cuota del 27% en nuevas hipotecas concediendo 9.700 millones de euros en crédito hipotecario en el semestre, lo que representa un aumento del 46% respecto al año anterior
Archivo – Fachada de la sede de CaixaBank en la Avenida Diagonal de Barcelona.
El primer semestre de 2025 ha supuesto un repunte en la demanda de hipotecas en España, motivado en gran medida por la bajada de los tipos de interés oficiales por parte del Banco Central Europeo (BCE), actualmente en el 2,15%.
Gracias a este contexto, los principales bancos han intensificado su competencia, con precios que llegan a situarse por debajo del 2% en algunas hipotecas fijas.
Este fenómeno es especialmente relevante en un entorno donde el precio de la vivienda sigue elevado, presionando a las familias y aumentando la relevancia de los tipos de interés para los nuevos compradores.
En este entorno ultra-competitivo, CaixaBank y Sabadell se han situado en cabeza, desplegando ofertas muy agresivas y liderando la captación de nueva producción hipotecaria.
CaixaBank ha logrado una cuota del 27% en nuevas hipotecas, concediendo 9.700 millones de euros en crédito hipotecario en el semestre, lo que representa un aumento del 46% respecto al año anterior.
Por su parte, Sabadell firmó hipotecas por valor de 3.462 millones de euros, experimentando un incremento del 43,8%. Esta estrategia, que pasa por estrechar márgenes y facilitar el acceso a la vivienda, ha permitido a ambas entidades reinar en un sector particularmente dinámico entre abril y junio, cuando la producción hipotecaria se aceleró aún más.
No solamente estos dos grandes bancos han aumentado su participación. Unicaja y Bankinter también mejoraron sus cifras, con incrementos del 25% y del 21% respectivamente, aunque a menor escala total.
Condiciones favorables y nuevos retos
El inicio de 2025 ha traído un repunte notable en la demanda de crédito hipotecario debido a la reducción de los tipos de interés oficiales por parte del Banco Central Europeo, que actualmente se sitúan en torno al 2,15%, y la esperada bajada progresiva del Euríbor, que podría quedar cerca del 1,5% a finales del año.
Esto ha favorecido un aumento en el número de hipotecas constituidas, con una subida anual del 54,4% en viviendas hipotecadas y un importe medio de la hipoteca que alcanzó los 158.153 euros en mayo de 2025.
Expertos apuntan que esta coyuntura es propicia para compradores, ya que las condiciones actuales y previstas permiten acceder a hipotecas con cuotas más bajas y plazos atractivos, especialmente en hipotecas fijas que han ganado protagonismo por su seguridad ante posibles sorpresas en los tipos variables. Asimismo, la digitalización ha simplificado los trámites, permitiendo simulaciones rápidas y una comparación más transparente de ofertas, mejorando la toma de decisiones de los consumidores.
No obstante, el mercado sigue enfrentando desafíos estructurales. La diferencia territorial en precios de la vivienda, el endurecimiento de las condiciones financieras para colectivos jóvenes o con menor solvencia, y la persistente tensión sobre los márgenes bancarios plantean interrogantes sobre la sostenibilidad del ritmo actual de concesión hipotecaria.
Mientras CaixaBank y Sabadell apuestan por crecer a toda costa, entidades como BBVA y Banco Santander han decidido bajar el ritmo en la guerra de precios hipotecarios, priorizando la rentabilidad sobre la captación masiva. BBVA, que firmó hipotecas por un importe de poco más de 4.000 millones de euros en el primer semestre, ha manifestado que competir agresivamente a precios muy bajos no es sostenible para su modelo de negocio.
Santander, por su parte, no ha hecho públicos datos recientes de producción hipotecaria, aunque fuentes internas confirman que mantienen un perfil conservador, con un saldo hipotecario total en España alrededor de 60.300 millones de euros y un importe medio por préstamo cercano a 200.000 euros.
Su enfoque busca evitar presión sobre márgenes y la concesión de créditos con bajo rendimiento, como reconocen sus directivos, que consideran la actual batalla de precios “irracional”.