Nacho Abia entra en Grifols con la misión de recuperar la confianza de los mercados tras los ataques de Gotham

El nuevo consejero delegado de la farmacéutica aterriza en la empresa en medio de la tormenta bursátil

Nacho Abia entrará en Grifols como CEO en abril. Foto Olympus

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Grifols inicia este lunes una nueva etapa. La farmacéutica catalana incorpora oficialmente a Nacho Abia como consejero delegado, mientras hace efectiva la separación entre la familia fundadora y la gestión de la empresa. El nuevo ejecutivo llega en medio de una de las peores crisis sufridas en la larga historia de la empresa por las duras acusaciones lanzadas por Gotham City Research sobre su contabilidad y gobernanza, por lo que su principal misión será recuperar la confianza de los inversores.

La multinacional especializada en la fabricación de medicamentos a base de plasma anunció el fichaje de Abia y la pérdida de funciones ejecutivas de Raimon Grifols y Víctor Grifols Deu, hasta ahora director general corporativo y director de operaciones, el 5 de febrero. Grifols llevaba un año cocinando el fichaje de un consejero delegado, desde la dimisión de Steven Mayer, el primer presidente ejecutivo del grupo ajeno a la familia fundadora. Con la salida de Mayer, la compañía nombro a Thomas Glanzmann primer ejecutivo, que también asumió el cargo de CEO, hasta entonces compartido por Raimon Grifols y Víctor Grifols Deu.

La entrada de Abia culmina el proceso de profesionalización del grupo iniciado entonces, aunque no hay duda de que los informes de Gotham, que ponen en el ojo del huracán a la familia y toda una serie de supuestas operaciones entre sus sociedades inversoras y la farmacéutica, ha acelerado la transición.

Recuperar a los mercados tras perder un 40% del valor en bolsa

De hecho, la principal misión del nuevo consejero delegado será limpiar la reputación de la compañía y convencer a los mercados de que es una empresa moderna concienciada con la transparencia y el buen gobierno. Desde el 9 de enero, el día en que la firma bajista publicó su primer informe en el que le acusa de maquillar sus cuentas, la farmacéutica se ha dejado un 41% de su valor en bolsa, pasando de cotizar en 14,24 euros por acción, a los 8,34 euros anotados al cierre del pasado jueves, último día hábil en España.

La empresa lleva desde entonces tratando de defender la veracidad de sus informes financieros, a la vez que Glanzmann aseguró que el grupo pondría punto final a las señaladas operaciones vinculadas con Scranton, la sociedad participada por los Grifols que posee el 8% de la farmacéutica. En este sentido, la salida de la familia de la gestión debería de simbolizar una pérdida de su poder de decisión.

Grifols incluso llegó a demandar a la firma bajista ante la justicia americana, pero por ahora no ha conseguido recuperar su valor en bolsa. La cotización más alta lograda desde ese día rozó los 12 euros por acción a finales de febrero, antes de la presentación de los resultados del año 2023, que dejó a los inversores con la sensación de que la compañía generaría poca caja este 2024 para hacer frente a los primeros vencimientos de deuda, de casi 2.000 millones de euros en 2025, algo que volvió a hundir su cotización.

En este sentido, más allá de la imagen del grupo farmacéutico, Abia deberá de trabajar en impulsar los resultados, pero sobre todo en reducir la abultada deuda de la compañía, de 9.420 millones de euros a 31 de diciembre de 2023 y su principal talón de Aquiles. Grifols se comprometió a rebajar su ratio de apalancamiento hasta 4x este 2024, frente al 6,3x reportado a cierre del pasado ejercicio.

La venta de Shanghái Raas

Para ello, la empresa espera impulsar el resultado de forma orgánica, con una previsión de anotar un ebitda ajustado superior a los 1.800 millones de euros, aunque la principal palanca será la venta del 20% de Shanghái Raas.

La biofarmacéutica anunció a finales de 2023 la venta de su filial china el grupo Haier, en una operación que le reportaría 1.600 millones de euros en ingresos extraordinarios, que destinará en su totalidad en reducir la deuda neta. La empresa con sede en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) ya ha cumplido con la due diligence de la operación y solamente necesita la aprobación final de las autoridades y los organismos de competencia. Abia será el encargado de dar la puntilla a la desinversión cono primer ejecutivo, con el objetivo es cerrar la operación en el primer semestre del año.

El presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzmann, durante la Junta General de Accionistas del año 2023. EFE/Andreu Dalmau Gotham City
El presidente ejecutivo de Grifols, Thomas Glanzmann, junto a algunos miembros del consejo de administración. EFE/Andreu Dalmau

Nacho Abia aterriza en Grifols después de desarrollar prácticamente toda su carrera en Olympus Corporation, una compañía japonesa especializada en tecnología médica, líder mundial en diagnóstico y en tratamientos poco invasivos. Inició su trayectoria profesional encabezando el negocio español, pero desde 2013 preside la división americana de la compañía, donde ya tuvo que lidiar con una crisis reputacional.

El directivo de origen catalán se enfrentó en 2016 a una multa de 634 millones de dólares interpuesta por el Gobierno de los Estados Unidos a las filiales estadunidenses y brasileñas de la empresa japonesa, por presuntos casos de soborno y comisiones ilegales pagadas a médicos entre 2006 y 2011. Pesé a que su vinculación con el negocio estadounidense de Olympus es posterior, Abia fue uno de los encargados de lidiar con las consecuencias de este caso y de negociar el acuerdo con la justicia norteamericana para evitar un procedimiento judicial.

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