Contratiempo en Naturgy con su plan de escisión por el futuro de 500M de deuda

Los próximos meses serán claves para la gasista y su 'Proyecto Géminis', aunque no está teniendo un camino nada sencillo

El presidente de Naturgy, Francisco Reynés. EFE

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El ‘Proyecto Géminis’ se ha convertido en un reto muy complejo para Naturgy. El plan de escindir la compañía en dos empresas, por un lado, el negocio regulado de redes, y, por otro, los activos comerciales de clientes, está teniendo más complicaciones de las previstas. Crisis energética, rumores entre los accionistas y para colofón: una decisión financiera fundamental.

La situación actual del ‘Proyecto Géminis’, según explicó hace unos días el presidente Francisco Reynés, es que se sigue trabajando en la escisión de la compañía, pero que todo está determinado por la coyuntura económica actual que, en gran medida, la sigue marcando el conflicto militar de Ucrania. Por lo tanto, todo sigue igual, pero sin fecha.  

Esto supone un problema porque hay decisiones que se deben tomar en el contexto corporativo y que afectan directamente a este plan, así como a la valoración financiera de las sociedades resultantes y su futura exposición en los mercados de deuda y bursátiles. 

En los próximos días Naturgy debe resolver qué hace con una emisión de deuda híbrida que lanzó en noviembre de 2021 por valor de 500 M€ con una rentabilidad anual del 2,375%. La decisión se debe tomar antes del 18 de noviembre, pero un mes antes ya se debe comunicar al mercado de manera pública el movimiento en caso de refinanciar dicha deuda.  

Aunque existen otras dos opciones: pagar el cupón renunciando a la amortización; o, en el caso contrario, haciendo efectiva la amortización de la emisión de deuda y, por lo tanto, teniendo un impacto en el capital de la compañía.    

¿Qué opciones tiene Naturgy? 

El mejor escenario de cara al futuro del ‘Proyecto Géminis’ sería la refinanciación de la deuda. Pero esto se encuentra con dos problemas. El primero, de fechas. Fuentes del mercado explican a ECONOMÍA DIGITAL que, de no haberse abierto la ventana a estas alturas, parece poco probable que pueda ejecutarse esta opción. 

Sin embargo, estiman que se trataría de una alternativa interesante pese a los altos tipos que tiene el mercado en estos momentos. Lo mejor de esta opción es que no afecta al capital de la compañía y, por lo tanto, no se vería afectada la valoración de la compañía. 

Ante este escenario, Naturgy tomaría la decisión de amortizar la emisión, algo que sí afectaría en el capital y, por lo tanto, podría ver cómo las agencias de ‘rating’ pueden verse tentadas de modificar su valoración, en concreto S&P. 

Según explican los analistas de Bloomberg, en caso de que la ejecución de la deuda híbrida termine impactando sobre el capital, dicho ratio sobre Ebitda pasaría del x3,3 a x3,5, lo que supondría un desafío para lograr calificaciones BBB en ambas sociedades una vez se llevase a cabo la tan ansiada escisión.  

Y con el Gobierno encima 

Por si fuera poco, el otro día la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, explico en rueda de prensa tras consejo de ministros que se siguen de cerca los pasos de la compañía con todo lo que respecta al ‘Proyecto Géminis’. 

El Gobierno velará «con particular atención» ante una posible escisión de Naturgy, ya que la compañía es un actor «particularmente importante» en un contexto como el actual donde «lo importante es dar seguridad y estabilidad al sistema gasista español», según indicó la vicepresidenta tercera. 

Ribera afirmó que actualmente se está en «un momento particularmente importante y sensible en el ámbito del gas», por lo que aseguró que es «relevante e importante preservar el comportamiento y la capacidad de las empresas para operar en unas circunstancias así y, en la medida en la que resulte posible, evitar tensiones en los mercados». 

Asimismo, recordó que la última operación corporativa sobre la gasista, con el lanzamiento de una OPA parcial a principios de 2021 por el fondo australiano IFM que acabó con su desembarco en el capital de la compañía con una participación que actualmente ronda el 14%, el Gobierno ya puso condiciones. 

«Si se produjera una división, eso supondría que ese nuevo actor se incorporaría a dos consejos distintos y por tanto habría que vigilar si se están cumpliendo las condiciones que se fijaron por el Consejo de Ministros o no«, añadió Ribera. 

Raúl Masa

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