Nissan solo fabricó 6.000 coches en Barcelona desde el estallido de la pandemia

La automovilística encadenó el cierre por el estado de alarma con la huelga de su plantilla, el enfrentamiento con proveedores y la retirada de modelos

Interior de la fábrica de Nissan Motor Ibérica en la Zona Franca de Barcelona. /Toni Albir

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El 2020 horribilis de Nissan en España le ha llevado a fabricar solamente 6.087 coches en el país desde el inicio de su año fiscal, el 1 de abril. La automovilística japonesa encara así el cierre de su planta en Barcelona, previsto para este mes de diciembre, con la actividad bajo mínimos después de encadenar el cierre por el estado de alarma con la huelga de sus trabajadores y el conflicto con Acciona.

La compañía nipona hizo públicos este martes sus resultados del tercer trimestre, hasta el mes de diciembre. Entre sus cifras de producción destacó el desplome del 84,2% de la instalación catalana en su penúltimo ejercicio fiscal de vida. En los tres primeros trimestres del año 2019/2020, cuando el adiós todavía no era oficial pero la crisis ya era palpable, el centro sacó a la carretera 38.551 vehículos.

Durante la campaña actual, la mayor parte de la producción se concentró entre noviembre y diciembre, cuando la empresa zanjó el enfrentamiento con Acciona, proveedor de la automovilística. Durante los últimos tres meses, la fábrica de Zona Franca ensambló 5.491 coches. Entre los seis meses anteriores el número se quedo en solamente 596 unidades.

La actividad en la instalación barcelonesa fue la que más cayó de toda la red de plantas de Nissan. La producción total de la compañía japonesa bajó el 32,4% hasta los 2,43 millones de coches.

El 2020 de Nissan en Barcelona

Antes del estallido del coronavirus, Nissan ya había anunciado la retirada de las pick up y un descenso de la fabricación de furgonetas, pero incluso las perspectivas más pesimistas saltaron por los aires con la llegada de la pandemia, que obligó a cerrar la planta durante semanas. Al contrario que el resto de los centros de automoción españoles no reabrió cuando se relajó el estado de alarma. Los trabajadores se declararon en huelga indefinida hasta que no se aclarase el futuro de la instalación. El paro no sirvió para salvar el negocio, pero sí para obtener un acuerdo que facilite la reindustrialización de la plaza.

El cese de actividad se encadenó con las vacaciones veraniegas del mes de agosto. No fue el último contratiempo. Cuando parecía que se iba a reanudar la producción, la huelga de la plantilla de la principal subcontrata, Acciona, impidió que volviera a sonar el ruido de motores. Durante más de un mes, la falta de empleados que prestasen servicios complementarios bloqueó la fabricación.

No se encontró remedio hasta mediados de octubre, cuando Nissan incorporó a varios temporales y formó a parte de sus trabajadores para que realizasen las funciones de Acciona.

Nissan pierde 2.900 millones

A escala global, el 2020 del fabricante tampoco fue para tirar cohetes. Según los datos presentados este martes, la automovilística perdió 2.900 millones de euros hasta diciembre frente a las ganancias de 310 millones del mismo periodo del año anterior. La previsión es que la campaña termine con unos números rojos de 4.190 millones.

Los ingresos se rebajaron el 29,1% hasta los 41.994 millones por culpa de la crisis del coronavirus, que se dejó notar especialmente durante su primer trimestre fiscal.

Carles Huguet

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