La familia García Azpiroz escinde su negocio hotelero de Pescaderías Coruñesas para entrar a todo lujo en Canalejas
La familia crea Agallas Inversiones para poner en marcha Madrid Teatro, un complejo de lujo gestionado por Universal Music en tres edificios históricos de Canalejas

Conjunto de edificios que formarán el futuro hotel de lujo frente a Canalejas.
La familia García Azpiroz, propietaria de la centenaria Pescaderías Coruñesas, ha decidido separar su rama hotelera del histórico negocio pesquero para dar un salto estratégico hacia el lujo. La escisión cristaliza en la Plaza de Canalejas, donde levantarán un complejo único de la mano de Universal Music Hotels, con el que aspiran a convertir tres históricos edificios en el nuevo icono cultural y turístico de Madrid.
El movimiento se ha articulado a través de Agallas Inversiones, sociedad de nueva factura pero con un nombre que es toda una declaración de intenciones.
La firma será la encargada de pilotar el negocio hotelero y de ocio-cultural escindido de Pescaderías Coruñesas, un bloque patrimonial que incluye los tres edificios de Canalejas destinados a conformar el proyecto Madrid Teatro.
La segregación, aprobada por unanimidad este septiembre, supone la transmisión en bloque de activos, pasivos y del personal vinculado a esta nueva aventura.
Pescaderías Coruñesas conservará su histórica actividad pesquera y de restauración, mientras Agallas Inversiones navegará sola, con timón propio, hacia el mar abierto del lujo internacional.
El nuevo proyecto, bautizado como Madrid Teatro, trasciende la idea clásica de hotel. Con casi 10.000 metros cuadrados, se erige como un espacio donde dormir será apenas una parte de la experiencia.
Universal Music Hotels, operador elegido tras meses de búsqueda, ha firmado un contrato de 25 años con la familia para gestionar un complejo que quiere conjugar historia, música y gastronomía en una misma partitura.
La inversión prevista asciende a 35 millones de euros, en lo que los García Azpiroz consideran la joya de su corona inmobiliaria.
El complejo integrará tres inmuebles singulares: el Teatro Reina Victoria, el Edificio Meneses y la Casa Allende.
Tres piezas de principios del siglo XX que, como instrumentos de una orquesta, se afinarán para sonar juntas bajo una misma batuta: un hotel de 70 habitaciones de gran lujo, con restaurantes de altura y un teatro rehabilitado para volver a brillar con espectáculos privados de talla internacional.
El gesto no es solo empresarial. Tiene algo de narrativa familiar: dejar atrás la dependencia del pescado —un negocio noble pero volátil— para apostar por activos patrimoniales capaces de generar valor estable a largo plazo.
Y hacerlo en Canalejas, epicentro del lujo madrileño tras la apertura del Four Seasons, la galería comercial y la inminente llegada del Hotel W, de Millenium Socimi.
Durante más de medio siglo, los García Azpiroz surtieron a sus propios restaurantes: Filandón, El Pescador y O’Pazo, entre otros, con producto impecable.
Hoy, su ambición se traduce en un servicio de hospitalidad global, donde el cliente ya no se lleva una merluza, sino una experiencia de cinco estrellas con música en directo y gastronomía de autor.
Pescaderías Coruñesas, a por el negocio del lujo hotelero
Con la creación de Agallas Inversiones, la familia García Azpiroz no solo escinde, sino que redibuja su futuro. La compañía seguirá fiel a sus raíces, mientras la nueva sociedad se adentra en un terreno distinto: el de los hoteles de lujo, la cultura internacional y el turismo premium.
De los muelles gallegos a los palcos del Reina Victoria, la familia demuestra una vez más que sabe leer los tiempos. Y que, para conquistar el futuro, hay que tener —como reza el nombre de su nueva sociedad— agallas.