Más de 700 empleados perderán su trabajo por la quiebra de esta importante cadena de farmacias
La quiebra es un momento decisivo en la trayectoria de una empresa que podría significar su cierre total
La quiebra es la situación que atraviesa una farmacia con más de 60 años de historia
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La quiebra ha sido la última solución de una cadena de farmacias en Estados Unidos. Cuando una compañía entra en bancarrota, significa que no puede hacer frente a sus obligaciones financieras debido a la falta de liquidez o activos suficientes. Este proceso, también conocido como insolvencia, puede ser provocado por múltiples factores: mala gestión administrativa, deudas acumuladas, reducción de ingresos, crisis económicas…
En este caso, hablamos de Rite Aid, conocida cadena de farmacias en Estados Unidos. Fue fundada en 1962 en Scranton, Pensilvania, consolidándose como una de las mayores redes de farmacias minoristas del país, compitiendo con gigantes del sector. Su modelo de negocio combina la venta de medicamentos con receta, productos de salud y belleza, y artículos de consumo diario.
En España, las farmacias suelen pertenecen a personas autónomas o familias que crean el establecimiento. Aun así, con la llegada del comercio online han llegado diversas compañías como Sanifarma, XarxaFarma, Redfarma, Farmactiva, Farmacias Trébol y Farmàcies Ecoceutics. Si alguna de estas entidades entrara en quiebra, afectaría a un gran número de personas, como ha sucedido con Rite Aid.
Lo cierto es que Rite Aid experimentó durante décadas un gran crecimiento, expandiéndose a través de adquisiciones estratégicas. Pero, en los últimos años se ha enfrentado a situaciones financieras críticas que han afectado gravemente en su estabilidad. Entre los principales problemas destacan el aumento de la competencia, cambios en la regulación del sector farmacéutico y una acumulación de deudas.
700 empleados afectados por la quiebra
En el año 2018, la compañía intentó fusionarse con Albertsons, una importante cadena de supermercados americana, pero no llegó finalmente a ningún acuerdo. Desde entonces, ha tratado de reinventarse mediante la modernización de sus tiendas y apostando por otros canales de venta. Aun así, no fue suficiente.
Ante una situación límite, la compañía anunció hace unos días el cierre de 68 de sus tiendas en el oeste del estado de Nueva York, lo que afectará a más de 700 empleados. La decisión forma parte de su proceso de reestructuración bajo el Capítulo 11 de la Ley de Quiebra, iniciado a principios de este mes por segundo año consecutivo.
Las farmacias que colgarán el cartel de «cerrado» están ubicadas en los condados de Erie, Niagara, Chautauqua, Cattaraugus, Genesee y Wyoming. Los cierres comenzarán el próximo 4 de junio. Este ajuste se encuentra dentro de la estrategia para salir de la quiebra. El objetivo de la compañía es mantenerse operativa mientras explora nuevas condiciones financieras, reduciendo los costes.
Estos cierres no solo afectarán a los empleados, sino también a comunidades que dependen de estos establecimientos para acceder a medicamentos y atención básica. Aunque Rite Aid ha señalado que está en conversaciones con otras cadenas minoristas para asegurar la continuidad del servicio, no se ha confirmado si podrán mantener el empleo.
Aunque la quiebra suena a golpe mortal, no siempre implica el final definitivo, que es lo que podría pasarle a Rite Aid. En algunos casos, las empresas pueden resurgir tras una buena reestructuración con nuevos inversores o cambios en el modelo de negocio. La clave está en actuar a tiempo, contar con asesoramiento financiero y legal adecuado, y mantener una gestión responsable.
