Los sindicatos exigen a Marc Murtra una rebaja del 10% de las salidas en el ERE de Telefónica

La representación laboral cree que reducir 600 salidas es la única vía para garantizar la voluntariedad total

Archivo – El presidente de Telefónica, Marc Murtra, presenta el nuevo plan estratégico de Telefónica, a 4 de noviembre de 2025, en Madrid (España). Telefónica reducirá a la mitad el dividendo que abonará con cargo a los resultados de 2026, hasta 0,15 euro

Los sindicatos de Telefónica han endurecido su postura en la negociación del nuevo ERE y reclaman al presidente de la compañía, Marc Murtra, una reducción del 10% en el número de salidas para poder firmar un acuerdo antes de final de año. Esta bajada, que equivaldría a unas 600 personas, se ha convertido en el punto clave que definiría si el proceso avanza hacia un pacto equilibrado o si se enquista a las puertas del cierre del ejercicio.

Según fuentes consultadas por OKDIARIO, la plantilla solo aceptará el ajuste si se garantiza la voluntariedad de todas las bajas y si las condiciones económicas se asemejan a las del proceso pactado en 2023. Las organizaciones sindicales recuerdan que aquel expediente fue un ejemplo de cómo gestionar un plan ordenado y sin despidos traumáticos, gracias a que la oferta de adhesiones superó con creces el número de plazas previstas.

Cinco puntos de diferencia que pueden decidir el futuro del ERE

Telefónica lleva más de dos semanas negociando con los sindicatos, pero su última propuesta solo contempla una rebaja del 5% en las salidas planteadas inicialmente. Este ajuste permitiría reducir parcialmente la presión sobre las plantillas, pero los representantes laborales lo consideran insuficiente para evitar despidos obligatorios en las áreas menos demandadas.

Los sindicatos insisten en que una reducción del 10% sería la única fórmula que permitiría que todos los ceses fueran voluntarios o, en el peor de los casos, que los despidos forzosos fueran residuales. Ese es el terreno mínimo para avanzar en un pacto amplio y estable.

Las fuentes consultadas señalan que, de hecho, en la dirección de la compañía existe cierta disposición a aceptar esa cifra del 10%, siempre que ello desbloquee el acuerdo y permita cerrar el expediente antes del 31 de diciembre. Un objetivo que el propio Murtra tiene marcado en rojo.

Murtra quiere cerrar el acuerdo antes de fin de año

El presidente de Telefónica pretende acelerar las conversaciones para firmar el pacto antes de que termine el año y así cargar el coste del ERE en las cuentas de 2025, junto a las pérdidas generadas por la venta de filiales latinoamericanas. Este movimiento contable, según explican fuentes del sector, permitiría iniciar 2026 con un balance saneado y centrado en el nuevo plan estratégico que Murtra quiere poner en marcha.

La idea de “limpiar” los resultados de 2025 y empezar 2026 con una estructura organizativa renovada es clave para la hoja de ruta del grupo. De ahí la insistencia en firmar cuanto antes un acuerdo que deje el terreno despejado para los próximos meses. Todo ello apunta a que el pacto se alcanzará en cuestión de días, especialmente si la compañía termina aceptando la rebaja del 10% y mantiene unas condiciones semejantes a las del último ERE. Aquel precedente, pactado en 2023, se saldó sin un solo despido forzoso.

En el proceso anterior, cerca de 4.000 empleados se presentaron voluntariamente para acogerse a las condiciones del ERE, superando ampliamente las vacantes previstas. Ese exceso de adhesiones permitió que no se ejecutara ningún despido no deseado.

Sin embargo, los sindicatos recuerdan que Telefónica rechazó la salida de varios cientos de trabajadores por considerar que pertenecían a áreas con necesidades operativas o que pertenecían a los llamados “perfiles críticos”. Ese conflicto puntual demostró que, aunque la voluntariedad es posible, no garantiza que la empresa apruebe todas las solicitudes.

Por eso insisten en que el ajuste debe ser del 10%, para evitar que se repita el escenario en el que trabajadores que quieren marcharse no encajan en la planificación interna de la compañía.

Archivo – Fachada de la sede de Telefónica, en Madrid (España)

Las causas del ERE: tecnología, red y estructura sobrante

Una de las razones que justifican el ERE, según fuentes consultadas por OKDIARIO, es la transformación tecnológica derivada de la inteligencia artificial, que está rediseñando la estructura laboral de empresas altamente tecnificadas como Telefónica. La automatización de procesos y la integración de herramientas de IA generativa han reducido la necesidad de determinados perfiles administrativos y operativos.

Los sindicatos reconocen el impacto de estas tecnologías, aunque denuncian que esta transición debe gestionarse con responsabilidad social, sin usar la innovación como excusa para recortar plantilla de forma masiva.

Otro motivo del ajuste proviene del menor mantenimiento de redes, especialmente tras la venta de parte de las infraestructuras y el apagado definitivo de la red de cobre. Con el despliegue de la fibra óptica prácticamente finalizado, la carga de trabajo se reduce en áreas que históricamente eran intensivas en personal.

La red móvil de 5G, que requiere mucho menos mantenimiento que generaciones anteriores, también reduce la necesidad de técnicos, lo que contribuye a la presión por reestructurar departamentos completos. El tercer factor que empuja al ERE es la fuerte caída de reclamaciones en los últimos meses, fruto de la mejora en la calidad del servicio. Esta evolución positiva, según las fuentes, ha reducido la necesidad de grandes equipos en centros de atención al cliente y call centers.

Telefónica defiende que ya no necesita la misma estructura operativa ni la misma plantilla para dar servicio a un volumen de incidencias mucho menor. La reciente estrategia de desinversión en Latinoamérica —incluida la salida de varias filiales— también ha provocado que la estructura administrativa y de soporte ubicada en España haya quedado sobredimensionada. Con menos países bajo su paraguas, la compañía considera que sobran equipos completos en tareas de coordinación internacional.

Desde el punto de vista sindical, esta reorganización global debería gestionarse con más planificación y menos urgencia, evitando que la plantilla española pague el coste de decisiones estratégicas tomadas fuera del país.

Comenta el artículo
Alba Carbajal

Historias como esta, en su bandeja de entrada cada mañana.

O apúntese a nuestro  canal de Whatsapp

Deja una respuesta