Trump veta la compra de la estadounidense Collins Aerospace por la francesa Safran tras aprobarla Bruselas
La Comisión Europea dio luz verde a la operación en abril de 2025
Archivo – El presidente de EEUU, Donald Trump
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha bloqueado la adquisición de la división de actuadores y sistemas de control de vuelo de Collins Aerospace (propiedad de RTX, antes Raytheon Technologies) por parte del grupo francés Safran, a pesar de que la operación había recibido la aprobación condicional de la Comisión Europea y otros reguladores internacionales.
La operación, valorada en 1.800 millones de dólares, pretendía convertir a Safran en líder mundial en sistemas críticos de control y actuación de vuelo, reforzando su posición frente a los grandes fabricantes y consolidando su presencia en los mercados de aviación comercial y militar.
Collins Aerospace, con cerca de 3.700 empleados en ocho centros de Europa y Asia, es un actor clave en la provisión de componentes para aviones de Airbus, Boeing y otros grandes programas internacionales.
Aprobación europea y condiciones
La Comisión Europea dio luz verde a la operación en abril de 2025, tras una investigación en la que se identificaron riesgos de reducción de competencia en el segmento de sistemas de estabilización horizontal (THSA), componentes críticos para la seguridad de vuelo.
Para mitigar estos riesgos, Safran se comprometió a vender su unidad de THSA en Norteamérica, eliminando así el solapamiento con Collins Aerospace en ese nicho de mercado. El regulador británico y el italiano también dieron su aprobación, tras recibir garantías de protección de intereses nacionales y compromisos de desinversión.
El veto de Trump
A pesar del visto bueno europeo, el Departamento de Justicia de EE. UU presentó una demanda civil para bloquear la operación, alegando que la fusión volvería a unir activos que ya habían sido separados en 2018 por motivos de competencia, cuando United Technologies (ahora RTX) adquirió Rockwell Collins.
El gobierno estadounidense argumentó que la concentración de estos activos en manos de Safran reduciría la competencia en el mercado de sistemas de control de vuelo, lo que podría traducirse en precios más altos, menor innovación y peores condiciones para los fabricantes de aviones y, en última instancia, para los pasajeros.
El Departamento de Justicia propuso un acuerdo que permitiría la compra solo si Safran vendía sus operaciones de actuadores en EE.UU, México y Canadá a la empresa estadounidense Woodward, incluyendo propiedad intelectual, contratos y activos operativos.
Sin embargo, la administración Trump decidió finalmente vetar la operación, argumentando la necesidad de proteger la industria nacional y evitar una excesiva concentración de poder en un sector estratégico para la seguridad y la economía estadounidenses.
El veto estadounidense supone un revés significativo para Safran, que veía en esta adquisición una oportunidad única para diversificar su cartera y acceder a nuevos mercados y tecnologías.