Blockchain: operaciones financieras más rápidas que un e-mail

Este sistema apunta a revolucionar desde las grandes transacciones bancarias a las transferencias domésticas. Y acabaría con los intermediarios financieros.

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La palabra clave es blockchain, el nuevo torbellino que está a punto de revolucionar los mercados. Se trata del mismo software de contabilidad digital que sustenta el uso del bitcoin, y que en un futuro nada lejano se aplicará a todo tipo de transacciones bancarias.

Y con la misma inmediatez que el correo electrónico llega de una parte a otra del mundo, se podrán hacer todo tipo de operaciones que ahora tardan dos o tres (o más) días y que, además, necesitan de un control central que las asiente y que de fe de que se han realizado. El blockchain elimina muchos pasos de la estructura del negocio financiero.

Tan importante como Internet

«Hay que estár atento a la tecnología blockchain, que tendrá el mismo impacto [en la banca y en las finanzas en general] que tuvo Internet en los noventa.» Lo decía Blythe Masters en el penúltimo magazine Bloomberg Markets del año pasado. ¿Quién es Masters? A los 28 años, en 1997, era la directora gerente más joven de JP Morgan.

Ahora, a los 46, tras su polémica salida de una compañía para la cual contribuyó a generar 58 billones de dólares con los no injustamente denostados CDS (credit default swap), es la máxima responsable de Digital Asset Holdings, una emergente tecnológica con sede en Nueva York que apuesta por esta revolución. Revolución que está llamado a cambiar el modo del comercio de préstamos, bonos, activos y cualquier otro tipo de producto financiero.

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La apuesta es tan alta que pasado jueves 21, Digital Asset anunció que había captado ya más 50 millones de dólares de entidades como ABN AMRO, Accenture, BNP Paribas, Citi, Deutsche Börse Group, J.P. Morgan y Santander InnoVentures –entre otras– para desarrollar e implantar globalmente esta tecnología. Bancos relacionados entre sí que compartirán datos en cadena evitando tener que remitir cada operación a sus ordenadores centrales para verificarlas.  

Se acaban los intermediarios

El aval, además, no sólo es financiero. El Banco de Inglaterra ha llamado al blockchain como «el primer intento de un Internet de las finanzas». En junio del año pasado, el Foro Económico Mundial decía en una de sus publicaciones que «el protocolo blockchain amenaza con eliminar la intermediación de casi todos los procesos financieros».

Y Santander InnoVentures, el fondo de inversión Fintech del banco español, estimaba en un estudio de mediados de 2015 que blockchain puede ahorrar hasta 20.000 millones de dólares al año en costes de asentamiento, regulatorios y pagos transfronterizos. O sea, se acaba la intermediación. En un contexto en que los costes siguen subiendo, y los beneficios están cayendo desde 2008, argumentos como estos son, como mínimo, llamativos.  

Por si fuera poco, el pasado 19 de enero, el máximo responsable del comité científico que asesora al gobierno de David Cameron, sir Mark Walport, recomendó al Ejecutivo la adopción de la tecnología blockchain para el almacenamiento de datos y la gestión de numerosos servicios públicos del país.

Punto final a los problemas de las transacciones 

Pero en cuanto al mundo concreto de las finanzas, ¿cuál es uno de los problemas actuales de su estructura cuya exposición puede aclarar mejor cómo actúa blockchain? Por ejemplo, cuando los inversores compran y venden préstamos o derivados sindicados, o mueven dinero alrededor del mundo, han de hacer frente a los procesos de back-office, opacos y torpes, que dependen de contratos negociados entre compradores y vendedores.  Además tienen que realizar un montón de llamadas telefónicas e incluso deben intervenir un montón de abogados.

Todavía puede llevar hasta casi veinte días de promedio liquidar las operaciones de préstamos sindicados. Y blockchain puede acabar con todo ello. De una sola tacada se desmonta y actualiza un sistema de pagos que lleva casi tres décadas si apenas sufrir ninguna variación fundamental.

Solución a la verificación de operaciones

Blockchain nace como solución tecnológica al problema que presenta la verificación de que el dinero digital sólo se utilice una vez, algo que no sucede con las monedas o el papel moneda, cuya misma existencia física es la prueba fehaciente de que sólo puede cambiar de una mano a otra nueva, y no de una mano a dos al mismo tiempo.

Dicho de otra forma, blockchain es un libro contable descentralizado en que se registran todos los intercambios de la unidad de cuenta. El registro es compartido por todos los ordenadores participados en la red, utilizando formato P2P. Se soluciona así el problema del doble gasto en un sistema de pagos descentralizado. Nadie puede utilizar el mismo dinero digital dos veces, y se prescinde, a su vez, de la necesidad de tener una entidad central que controle las transacciones.

Un sistema inviolable

Los registros digitales son los códigos —una especie de ADN— que se agrupan en bloques y luego se unen criptográficamente y cronológicamente a una cadena —block chain— a partir de la utilización de complejos algoritmos matemáticos. El proceso de encriptación, conocido como hash, que es irreversible, se lleva a cabo por un montón de equipos diferentes.

Si todos están de acuerdo, cada bloque recibe una firma digital única. No se almacenan detalles de las transacciones, sólo que éstas han tenido lugar. La manipulación o alteración de los datos es prácticamente imposible —deberían alterarse todos los datos en todos los equipos que los contengan al mismo tiempo—, con lo cual el nivel de seguridad es altísimo o inviolable.

Todos se quieren sumar

Además de los bancos ya citados, UBS, Barclays, Goldman Sachs, la Bolsa de Valores de Nueva York, BBVA, RBS, Credit Suisse, BBVA y Commonwealth Bank of Australia, entre otros, apoyan estás innovaciones. La ganancia parece segura y la revolución, inevitable.

De momento, el gran problema está en una de sus principales virtudes, el potencial que tiene y que muchos ven. De hecho, es tanto que diferentes compañías y bancos, a través de filiales o empresas estrictamente tecnológicas, como Digital Asset Holdings, se han lanzado a una loca carrera para desarrollarlo cuanto antes y en las mejores condiciones posibles. Su operatividad, rentabilidad y funcionamiento, sin embargo, depende del principio de compartir de la información. Muchos diferentes blockchains reproducirían la burocracia bancaria actual y se requerirían nuevos protocolos para que lenguaje criptográfico que utiliza cada compañía fuera compatible.  

Economía Digital

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