Botín y Oliu pelearán por CatalunyaCaixa en la recta final de la subasta

Los vascos de KutxaBank disponen del capital suficiente para cerrar la operación sin acudir a los mercados

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Dos banqueros se disputarán CatalunyaCaixa. Emilio Botín (Santander) y Josep Oliu (Sabadell) están interesados en integrar la franquicia en sus grupos y son, según el consenso del sector, quienes tienen más posibilidades de lograrlo. Aunque uno de los dos será el nuevo propietario, no están solos.

Ambos disponen, además del interés real, de los mecanismos y la experiencia necesaria para digerir una entidad con un balance de 65.000 millones. Hay un tercer postor con posibilidades relativas: Kutxabank. La fortaleza de los vascos es la disponibilidad de recursos. En un escenario de colapso absoluto de la economía española, les sobrarían 2.188 millones, según las auditorías de Oliver Wyman.

Interés real

La predisposición de estos tres grupos financieros animó al fondo gubernamental Frob a dar luz verde a la fase final de venta. El presidente del organismo, Fernando Restoy, escuchará las ofertas no vinculantes que presenten Banco Santander, Banc Sabadell y la entidad resultante de la fusión de las tres principales cajas vascas.

BBVA, Deustche Bank y el Popular también están en la contienda. Y jugarán sus cartas. De ellos se esperan ofertas de derribo. En todo caso, el cronómetro vuelve a estar en marcha. El gobernador del Banco de España, Luis María Linde, una vez comprobado que hay interés real, quiere culminar la privatización según los plazos.

Sin ayudas

Todos ellos renunciarán a las ayudas públicas. Será la primera subasta que no aceptará ni precios negativos ni esquemas de protección para cubrir pérdidas esperadas. Con ese sistema se han adjudicado la CAM (al Sabadell), Unnim (al BBVA) y Banco de Valencia (a Caixabank).

Hasta ahora, se llevaba el gato al agua quien requiriera menos fondos públicos. En el caso de CatalunyaCaixa, el propietario se designará en base al mayor precio, pero también según la potencia del músculo financiero.

Necesidades de capital

La absorción de la caja supondrá una caída del core capital –el ratio principal de solvencia— del comprador equivalente a unos 2.500 millones. Depende de en qué grupo, la cifra sobrepasaría los 3.000 millones. A ello habría que sumar los previsibles costes de la reestructuración de CatalunyaCaixa y el precio que se pague al Frob por el 100% del capital. Otra coste a asumir son las pérdidas que genere la elevada morosidad de la caja.

Santander y Sabadell tienen los mercados abiertos y una cuota de redundancia de oficinas menor a la de por ejemplo BBVA. Ambos grupos han crecido a golpe de fusión y tienen la experiencia necesaria para pilotar la absorción sin que se indigeste. Fuentes financieras en Madrid recuerdan la mala relación entre BBVA y Banco de España por el plante a la SAREB, el banco malo.

La venta

El asesor de la operación, el banco de inversiones estadounidense Citi, se encargará de actualizar al cuaderno de venta de la caja a partir de la próxima semana para que las entidades hagan sus cálculos. El Frob le ha comunicado este mismo viernes que siga con el calendario programado, que finaliza durante febrero.

Los interesados recibirán la información de CatalunyaCaixa desmenuzada una vez aprobadas las cuentas relativas al ejercicio 2012. Todo apunta a que el negocio financiero arrojará 225 millones en ganancias. A partir de este resultado, Restoy espera que Oliu y Botín construyan sus mejores propuestas.

El consejo de administración de la caja catalana se reunirá la última semana de enero y aprobará los resultados presentados por Adolf Todó, el actual presidente de la institución barcelonesa.

CatalunyaCaixa ha recibido 14.000 millones en conjunto para su saneamiento.

Ismael García Villarejo

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