Caixabank se sube al carro del superdividendo (pese al BCE)

El banco pide ayudas al Banco Central Europeo para hacer frente a la volatilidad y los riesgos como las tensiones comerciales o el brexit

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A pesar de que la rentabilidad de la banca no pasa por su mejor momento, Caixabank no piensa trasladar las dudas a los accionistas. La entidad presidida por Jordi Gual recuerda que en 2018 el dividendo alcanzó los 17 céntimos por acción y para el próximo ejercicio augura que el pago «puede alcanzar el 60% de las ganancias» en 2019.

En la junta de accionistas celebrada este viernes en Valencia, la empresa celebró que que la remuneración al accionista representó el 51% del beneficio neto consolidado. «Para 2019, el dividendo se concentrará en un solo pago que, en línea con el plan estratégico, representará entre el 50% y el 60% de las ganancias», añadió Gual.

«La consecución del plan estratégico 2015-2018 se ha traducido en un buen comportamiento de la acción –a pesar de haber caído alrededor del 30%–, con un retorno total, dividendos incluidos, un 13% superior al de los bancos del IBEX en este periodo», zanjó. Para 2019, Caixabank quiere mantener o incluso elevar esta remuneración.

«Caixabank tiene la capacidad de generar resultados a pesar de los tipos bajos», defendió Jordi Gual

La entidad tuvo «una evolución menos favorable en el primer trimestre de 2019», admite en un comunicado. No obstante, Gual defendió «la capacidad de generar resultados en un entorno de tipos bajos».

Caixabank, eso sí, pide que la política de tipos bajos termine. Con el Banco Central Europeo en pleno debate sobre la fecha de una futura subida de los tipos –que pinta para largo–, el ejecutivo pidió terminar con los tipos negativos. «Sería una decisión positiva y alentadora ya que la situación que provocó esta política, cuando se temía una posible deflación, ya ha quedado superada», rememoró.

Las tensiones comerciales, el brexit y las políticas monetarias de los reguladores indican que la volatilidad no se despegará de Caixabank en los próximos meses. Con España y Portugal creciendo por encima de la media europea, Gual pidió ayuda a los gobiernos de ambos países y los alentó a «retomar las reformas» y recortar así la deuda pública e incrementar la competitividad.

El ERE, un golpe «a corto plazo»

La junta de Caixabank estuvo marcada por la protesta sindical previa debido al expediente de regulación de empleo (ERE) planteado para 2.157 personas al estar previsto el cierre del 18% de las oficinas en el marco del nuevo plan estratégico. «Las medidas que estamos tomando tienen un coste a corto plazo», admitió Gual.

No obstante, la empresa se mantiene firme y, a pesar de admitir que «tratará de replantear» la forzosidad del ERE, aseguró que el recorte «reforzará el modelo de negocio y la capacidad de generar valor de forma sostenida tanto en los años del plan como a largo plazo».

Carles Huguet

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