El consumo de agua potable cae el 11,4% en Barcelona desde el inicio de la crisis

La necesidad de rebajar la factura de las familias y grandes consumidores aumenta la concienciación en el uso del recurso

El área metropolitana de Barcelona, donde habitan 3,2 millones de personas, consume el 11,4% menos de agua desde el inicio de la crisis. El Colegio de Economistas de Madrid ha analizado a qué se debe el descenso del uso del recurso entre las familias y los grandes consumidores. La necesidad de reducir una factura por una cuestión económica es mayoritaria entre ambos perfiles, aunque coincide con una concienciación social cada vez mayor en municipios “que han alcanzado un alto grado de madurez en el abastecimiento de agua”, indica el informe presentado en la Fundación Aquae.

El Colegio de Economistas considera que, además de la crisis, las campañas de ahorro y consumo responsable han sido claves para sentar las bases de la mayor sostenibilidad del sistema gracias a hábitos de consumo más verdes. Entre ellos, la batalla para que la población cerrara el grifo al lavarse los dientes o la popularización del sistema para rebajar la capacidad de la cisterna del lavabo con un ladrillo.

Más tecnología y tarifas progresivas

A ello se le deben unir las innovaciones técnicas, que provocan que tanto los grifos como los electrodomésticos usen cada vez menos agua, y que la población es cada vez mayor y tiene un “perfil más conservador” en el uso de recursos. “Se puede estimar que una persona en el segmento de más de 65 años consume de promedio un 25% menos que un adulto en el segmento anterior”.

La implementación de tarifas con precios progresivos también fomenta el uso responsable del agua. El estudio señala que el momento en que los municipios han consumido menos agua coincide con la fuerte subida del canon del agua en toda Cataluña a partir de 2012.

Condiciones climáticas

La red de abastecimiento también es más eficiente y cada vez existen más iniciativas para reusar las aguas grises y pluviales. Desde la proliferación de depuradoras biológicas a las cisternas o depósitos que almacenan agua de lluvia para el uso particular.

Con todo, hay otros elementos que quedan fuera del alcance de las instituciones y empresas gestoras del servicio. Uno de los momentos en que más ha bajado el consumo fue durante el primer semestre de 2013. Todas las directrices analizadas por el Colegio de Economistas llevan a la misma conclusión: las fuertes precipitaciones y las temperaturas medias mensuales, inferiores en relación al mismo semestre del año anterior, motivaron que la población usara menos agua.

Economía Digital

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