El coronavirus rompe los presupuestos de Sánchez e Iglesias

El presidente del Gobierno reconoce que va a ser imprescindible ofrecer incentivos fiscales para amortiguar el impacto de la epidemia en la economía

Gobierno, patronal y sindicatos tras la firma del aumento del salario mínimo el 30 de enero pasado. De izquierda a derecha, Yolanda Díaz, Nadia Calviño, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Unai Sordo, Antonio Garamendi, José María Álvarez y Gerarado Cuerva. /E

Gobierno, patronal y sindicatos tras la firma del aumento del salario mínimo el 30 de enero pasado. De izquierda a derecha, Yolanda Díaz, Nadia Calviño, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez, Unai Sordo, Antonio Garamendi, José María Álvarez y Gerarado Cuerva. /E

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Apenas ha pasado un semana desde que el Senado diera luz verde al techo de gasto del gobierno de coalición, después de múltiples maniobras políticas, y cada vez está más claro que 2020 va a ser un ejercicio complicado para que la hoja de ruta pactada entre los socialistas y Unidas-Podemos vea la luz.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dejó claro este jueves que la alerta sanitaria ahora es el eje de la actividad del Ejecutivo. En plena expansión de la epidemia de coronavirus, con el turismo parado, y con la necesidad de poner en marcha medidas drásticas de contención, el choque económico puede ser significativo, pero acotado en el tiempo. «Aunque la escala y la duración del brote son inciertas en esta etapa, Moody’s espera una interrupción temporal del consumo y la producción en todo Madrid», apuntaba este jueves la agencia de calificación. Sin embargo, también precisaba que esperaba «que la región enfrente solo presiones moderadas, dada su sólida economía, su sólido sistema de salud y su buena gestión presupuestaria».

La crisis sanitaria ha obligado a movilizar fondos extra para Sanidad –3.800 millones– y a implementar de forma rápida una serie de medidas fiscales –retraso de las obligaciones fiscales para pymes–, que ya estaría alterando el plan de gastos y de ingresos del ministerio que lidera María Jesús Montero. Y probablemente tendrá mayor impacto.

Pedro Sánchez ya ha anticipado que este paquete de medidas es el primero y que la situación está cambiando de manera muy rápida. Desde la perspectiva económica, tratar de controlar el impacto en el empleo es urgente. España entra ahora mismo en meses críticos para la creación de puestos de trabajo –el gran peso del turismo en el PIB hace que desde Semana Santa en adelante se incremente la creación de empleo–. Sin embargo, la temporada turística está muy cuestionada y va a requerir de un acuerdo entre sindicatos, empresas y administraciones públicas para tratar de limitar o impedir que los efectos del Covid-19 se prolonguen a largo plazo.

El Ejecutivo, que llevaba meses de tira y afloja con las empresas por la posible reversión de la reforma laboral, les ha lanzado un guiño claro ahora para evitar medidas muy duras a nivel laboral. Asume antes el coste de las bajas y cuarentenas por el coronavirus, y también cubrirá el gasto que suponga el tener que reducir jornada por el cuidado de menores o dependientes. Un gasto añadido al que se esperaba hace unos meses para la Seguridad Social.

Con este contexto, Sánchez este jueves reconoció que los Presupuestos, tras la llegada del Covid-19, tenían que ser, no sociales, sino «extra sociales», evitó responder si subiría los impuestos y, por el contrario, insistió en que había que impulsar incentivos fiscales en pro de mantener el ritmo económico. Para ello, volvió a pedir ayuda a los partidos de la oposición. Inés Arrimadas le había tendido previamente la mano para aprobarlos de urgencia dada la situación.

Déficit, pero ocasional 

En paralelo, Nadia Calviño está negociando en Europa una mayor flexibilidad para el déficit y el Eurogrupo podría dar una respuesta el próximo lunes, cuando está prevista una nueva reunión para aprobar un plan para mitigar los efectos del Covid-19. Según El Mundo, la vicepresidenta económica no estaría pensando tanto en programas de gasto público, en la línea de Francia o Italia, sino en una mayor flexibilidad puntual para poder exceder el gasto. Ya era una petición previa al caos sanitario de la última semana, pero que ahora parece más crítica, dado que las previsiones de ingresos –IVA, Sociedades, impuestos especiales, o IRPF– previsiblemente cambiarán por el fuerte frenazo económico de las necesarias medidas de contención.

La crisis del coronavirus ya está repercutiendo negativamente en la prima de riesgo española; encareciendo su deuda de manera relativa respecto al bono alemán. Aunque la estampida de la bolsa está ayudando a mantener contenidos los intereses de la deuda pública, España probablemente tendrá que recurrir al mercado para financiarse si la crisis del coronavirus altera sus previsiones de ingresos y para dotar de recursos rápidos a la economía; por lo que conviene que los intereses sean los menores posibles y que haya demanda. 

Calviño se había comprometido a mantener a raya el endeudamiento tras renunciar a los objetivos previos de déficit y las agencias de rating están pendientes del nivel de deuda de España.

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