La crisis destruyó 335 empleos por día en Cataluña
La destrucción de trabajo durante los peores años de la crisis se ensaña con los menores de 35 y entre los extranjeros extra comunitarios
Los restos del naufragio que ha dejado la crisis salen a la luz, y muestran que en Cataluña la pérdida de puestos de trabajo se ha cebado con los jóvenes, los extranjeros extra comunitarios y entre los hombres.
La patronal Pimec (Micro, Petita i Mitjana Empresa de Catalunya), revela que en el 2008, cuando la crisis comenzó a sentirse con más impacto, en la comunidad autónoma había 3.581.300 personas empleadas, y cinco años después se había situado en 2.969.000 trabajadores. O sea, se han perdido 122.000 empleos por año, casi 335 por día.
Los menores de 35 años han sido el sector generacional más castigado en esos cinco años de vacas flacas: el 38,5% de estos jóvenes perdieron su empleo, mientras que entre los mayores de esa edad la destrucción de trabajo fue del 3,7%.
Y los que peor la pasaron han sido los menores de 20 años: el empleo cayó un 70,5% en esa franja, seguida por los que tienen entre 20 y 24 años (47,7%) y los de 25 a 34 años (34,6%).
En cuanto al origen de los que han perdido su trabajo, la crisis se ha ensañado con los extra comunitarios, donde el 41,4% se enfrentó al paro. Los extranjeros comunitarios tuvieron un índice de destrucción de empleo del 23,8%, y entre los españoles, esta tasa se ubica en el 12,8%.
Y si se analiza por sexos, los hombres que han visto desaparecer su trabajo (con 22%) duplicaron la tasa de las mujeres (10,8%) que han quedado en el paro.
Las pequeñas empresas, las más castigadas
En cuanto a la tipología de las empresas, las pequeñas son las que más sufrieron el impacto, al reducir el número de empleados en un 22%, seguidas por las medianas (15,5%) y las microempresas 13,7%. Y por sectores, la construcción ha sido el más castigado, con el 54,7% de pérdida de trabajo, lejos de la industria (28,7%), el sector primario (15,8%) y los servicios (6,8%).
Aunque no concentra la mayor tasa de población, la destrucción laboral fue más fuerte en Tarragona (18,2%) que en Barcelona (17,9%), seguidas por Girona (13,8%) y Lleida (10,7%).