La policía desarticula una trama de estafas por internet en Valencia

Una organización criminal robó cientos de identidades para crear cuentas bancarias y estafar más de 150.000 euros por internet

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

Cae un colosal entramado de estafas por internet que se hizo con más de 150.000 euros por medio de la usurpación de identidades para solicitar microcréditos en plataformas digitales y comprar productos en portales virtuales. La Policía Nacional detuvo a los 20 integrantes de la organización el domingo en Valencia.

Los detenidos son sospechosos de falsicifar los DNI para crear al menos 171 cuentas bancarias con más de 170 identidades e igual número de víctimas hasta la fecha. Con estos documentos consiguió recibir los créditos y estafar a numerosos comercios y entidades financieras por medio del fraude electrónico.

La policía registró el domingo cinco domicilios en Valencia en los que incautó teléfonos móviles, tarjetas y lápices de memoria, documentos de identidas, tarjetas «SIM» y de coordenadas, ordenadores portátiles, tarjetas de crédito y diversa documentación.

En las primeras pesquisas se comprobó que había una víctima a la que usurparon su identidad con la que lograron abrir hasta 57 cuentas bancarias en las que recibían distintos importes de microcréditos, pero las tarjetas eran dirigidas a una dirección de Torrent, en Valencia, informó Efe.

La trama de estafas en Valencia, investigada desde principios de año

Los agentes dieron con los sospechosos tras una investigación que se remonta a prinicipios del año por denuncias procedentes de diferentes puntos de la geografía con un mismo patrón de actuación. Las víctimas se daban cuenta de la estafa al solicitar créditos o tarjetas y ser denegadas por estar listadas como morosas por una deuda.

La organización criminal conseguía la documentación de las víctimas tras publicar en internet falsas ofertas de trabajo. Así falsifican documentos para abrir cuentas bancarias con esos nombres y con domicilios falsos, que solían estar ubicados en aldeas o pueblos pequeños de otras provincias lejos de los estafadores. 

Con estos documentos solicitaban préstamos vía internet y remitían las tarjetas a las direcciones facilitadas por los integrantes de la organización que, cuando recibían las cantidades de los préstamos, enviaban los importes a otra cuenta bancaria, manejada por el jefe de la organización.

Economía Digital

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp