La resignación del Gobierno: el paro sólo bajará del 20% en 2017

El ministro De Guindos prevé que la ocupación crecerá en los dos próximos años en 600.000 personas

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Existe el convencimiento de que la macroeconomía no está relacionada con el día a día de los ciudadanos. Pero eso es una falsa percepción. Lo apuntó en su día John Kenneth Galbraith, al rechazar que el estudio de la economía se deba dividir entre macro y microeconomía.

Quien ‘inventó’ la macroeconomía fue John Maynard Keynes, al establecer todos los instrumentos que un Gobierno puede utilizar para paliar los efectos del mercado.

Todo esto viene a cuento porque las cifras del cuadro macroeconómico que ha elaborado el Gobierno español son aparentemente buenas. El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha asegurado este miércoles, en la Moncloa, que el crecimiento para este año será del 1,2%, frente al 0,7% estimado previamente. Y que en 2015 el avance será de seis décimas, hasta el 1,8%. Todo el cuadro de cifras se enviará a la Comisión Europea, junto al Plan Nacional de Reformas.

Barrera psicológica

Pero ese crecimiento, que puede ser real, y que es positivo, –por tanto es macro, pero afecta a todos los ciudadanos, porque la situación es mejor que la del año pasado– no es esconde otra realidad. Y es que el crecimiento no podrá absorber con celeridad el paro existente.

De Guindos ha admitido que la barrera psicológica del 20% de paro no bajará hasta 2017. Y ese es el drama que el Gobierno no puede atajar, y que justifica esa distinción entre las cifras macro y la realidad del país. Ese año, entre 2017 y 2018, es también el previsto por el FMI para fijar una salida ya sólida de la crisis.

En el cuadro que ha presentado el Gobierno, la tasa de paro bajará en 2014 al 24,9%, frente al 25,9% que se había previsto. Y, para 2015, se situará en el 23,3%, lo que significa dos puntos y medio inferior a la anterior previsión.

Todo ello provocará, según De Guindos, que la ocupación aumentará en 600.000 personas, aunque el paro se reducirá en 800.000 personas. Eso equivale a un posible descenso de la población activa, lo que no es, precisamente, una buena señal.

El Gobierno quiere ser «prudente»

Ahora, ¿está jugando el Gobierno con las previsiones, desde el convencimiento de que la realidad puede ser más positiva? Según De Guindos “2014 marca un antes y un después en la evolución de la economía española durante la crisis”. El ministro ha afirmado que, efectivamente, la previsión ha querido ser “prudente”. El objetivo, sentencia, es ofrecer “mucha credibilidad a los objetivos de déficit y deuda”.

Una de las grandes incógnitas, sin embargo, es saber si todas esas previsiones permitirán al Gobierno una reducción de impuestos, dentro de la reforma fiscal que se prepara. Francisco de la Torre, fiscalista, jefe de equipo de inspección en Madrid, asegura que las dudas “son serias” sobre esa posible rebaja de impuestos. Porque la economía española “necesita hasta el último ingreso, y lo necesitará durante algún tiempo”.

De Guindos considera que el factor que puede ser decisivo es el aumento del consumo interno, aunque todavía es incipiente. Otro elemento positivo será que en 2015 el sector de la construcción subirá, después de siete años de caídas.

La deuda, por encima del 100% del PIB

Pero las sombras se mantienen. Los expertos llevan meses alertando sobre el exceso de la deuda pública. La financiación es más barata, pero el volumen de la deuda aumenta. El Gobierno ha previsto que la deuda pública supere el 100% del PIB en 2015, llegando al 101,7%; para subir al 105,5% en 2016. Sólo en 2017, como ocurrirá con el paro, comenzará a descender hasta el 98,5%. En 2014, se situará en el 99,5% del PIB, frente al 99,8% previsto. En 2013 la deuda cerró en el 92,9%.

¿Y cómo se financia todo ello? Sin que la opción de las quitas sea todavía una consideración realista, el Gobierno debe hacer frente al pago de los intereses de la deuda. De Guindos ha explicado este miércoles que el Tesoro emitirá 59.000 millones de euros de deuda pública neta en 2014, lo que supone un 9,2% menos respecto a los 65.000 millones de euros que se había previsto.

La vida media de la deuda se alarga

Esa decisión se toma después de comprobar la mejora de la evolución de los costes financieros desde el mes de enero. Y aquí hay se debe recordar, de nuevo, esa falsa dicotomía entre las magnitudes macroeconómicas y los efectos económicos sobre las personas y las empresas. Prueba de ello es que las pequeñas y medianas empresas ya admiten que se financian algo mejor.

El coste medio de emisión de nuevas subastas se ha situado ligeramente por encima del 2% y la vida media de la deuda se ha alargado hasta los 6,3 años. Ello prueba, según De Guindos, que se trata del “indicador más próximo al esfuerzo de consolidación fiscal», que se ha ido reduciendo desde 2012.

¿Cómo se gestiona hasta el 2017?

Lo cierto, efectivamente, es que la emisión neta de deuda pública fue de 97.000 millones de euros en 2012, de 72.000 millones en 2013 y en este 2014 será de 59.000 millones de euros.

Sí, todo son mejoras evidentes que el Gobierno español quiere difundir, pensando también en las elecciones europeas, y en la necesidad de que la sociedad española no dé la espalda al PP. Pero las mejoras más evidentes sólo se podrán concretar a partir de 2017. Un plazo que, en términos políticos y sociales, es difícil de gestionar.

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