Liberbank acelera su plan en solitario ante la indiferencia de Abanca

La entidad que lidera Manuel Menéndez reactiva la venta de activos, el día que marca mínimos anuales en bolsa, tras aflojar la expectativa de una opa

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Liberbank pisa el acelerador en su hoja de ruta en solitario, tras la ruptura de la fusión con Unicaja, y sin ninguna oferta de compra por parte de Abanca sobre la mesa. El banco presidido por Juan Carlos Escotet negó hace unas semanas que se hubiera vuelto a acercar al asturiano con la intención de lanzar una opa, tras el fallido intento de acuerdo con alguno de los accionistas, y eso le ha quitado a Liberbank el ‘plus’ de valor del que ha disfrutado por verse envuelto en rumores corporativos.

El banco marcó este miércoles su mínimo anual en bolsa, comiéndose todo lo que había ganado al calor del posible interés de Abanca, y casi volviendo al precio al que cotizaba antes de que se conociera que estudiaba una fusión con Unicaja el año pasado. Tras este retroceso, su capitalización es inferior a los 1.200 millones, frente a los más de 1.400 que llegó a valer en febrero.

Sin el gancho de la expectativa de opa, el banco está buscando soluciones para retener su cotización dentro de su propia hoja de ruta en solitario. Y el mismo día que marcaba mínimos en bolsa, dio a conocer nuevos sus planes de limpieza de balance. Manuel Menéndez se autoimpuso en los primeros meses del año un objetivo de reducción activos no productivos exigente y ha dado otro paso adelante. Así, espera reducir su ratio por debajo del 5,5% en 2020, frente al 11,4% con el que cerró el primer trimestre de 2019. Para el conjunto de 2019, su meta es que se quede por debajo del 8%.

En esta línea, lanzó este miércoles un nuevo programa con Haya Real Estate de venta de inmuebles para particulares con más del 50% de descuento. Es una cartera de 2.300 inmuebles, 800 de ellos viviendas, que se pueden adquirir por menos de 60.000 euros hasta el 31 de julio. Más de la mitad de los inmuebles se han puesto a la venta en Castilla la Mancha – donde cuenta con una importante exposición, ya que adquirió Banco Castilla La Mancha después de que Liberbank viera la luz con Caja Castilla La Mancha formando parte de ella-. 

En el primer trimestre, Liberbank vendió a minoristas 120 millones de euros en activos adjudicados y un 56% de esas ventas se produjeron en Castilla La Mancha. En el mismo trimestre de 2018, las ventas de activos adjudicatos a este público alcanzó los 140 millones. En los últimos doce meses, el 46% de las ventas de cartera no productiva a minoristas se han producido en el mercado residencial y un 37% han sido colocaciones de suelo.

Con los últimos datos disponibles -a 31 de marzo- la cartera de adjudicados del banco estaba valorada en 1.864 millones; con una cobertura del 56%. El bloque más relevante pendiente de venta sería el de suelo, con un valor en libros bruto superior de 772 millones. El segundo en importancia es el residencial, con una cifra que alcanza los 526 millones.

El factor de la solvencia

A la espera de que cierre alguna venta de cartera adicional -además de activos individuales podría ejecutar alguna venta de cartera en bloque, en línea con las que ha impulsado todo el sector a lo largo de los últimos meses-, el banco está trabajando en reducir su cartera de adjudicados y de activos no productivos para reforzar su ratio de solvencia, que a 31 de marzo de 2016 era del 12,5%.

Esta estrategia, además, le permite mantener el dividendo. El banco propuso a la junta de accionistas el reparto en efectivo de 22 millones y la amortización de acciones en autocartera por 26.

De acuerdo con fuentes financieras, durante las negociaciones de fusión con Unicaja uno de los argumentos que daban un peso mayor al grupo andaluz en la fusión era su mayor solvencia y que contaba con una cobertura de activos más elevada, además de que su volumen de activos era superior. 

El mapa de trabajo sobre el que ambas entidades habrían construido su proyecto de fusión buscaba eludir una ampliación de capital. Las exigencias regulatorias para que la fusionada naciera con el nivel de solvencia más alto de los dos bancos -en este caso era la de Unicaja, cuyo CET 1 Fully Loaded era del 13,5% al cierre de 2018- hubiera obligado a pedir recursos al mercado. Esa posibilidad limitaba el ajuste de la ecuación de canje a favor de Liberbank y en contra de Unicaja. 

Aunque su ROE (rentabilidad sobre el capital) estaría por debajo del 5 por ciento, bastante inferior al nivel mínimo suficiente para cubrir el coste del capital, en paralelo a la reducción de activos problemáticos, está reactivando su actividad bancaria, lo que ha provocado que su cartera de crédito sana ya crezca a buen ritmo. En el primer trimestre mejoró casi un 10%.

No obstante, estos planes pueden chocar con la realidad de los tipos de interés. Con una cifra de beneficios reducida – los analistas anticipan que este año ganará 141,9 millones frente a los 174,9 millones que calculan para Unicaja-, una mejora del precio del dinero, que impulsara sus ingresos, sería muy positiva para reforzar su continuidad como entidad en solitario o para forzar un precio mayor en caso de una oferta de adquisición. Cuanto más caiga, más interés puede volver a despertar en Juan Carlos Escotet.

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