Niño Becerra: “En términos económicos España es un lastre para Catalunya”

El economista pronostica junto a Jordi Pujol que habrá islas de dinamismo económico en Europa, como en el siglo XII

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Santiago Niño Becerra ha llegado a ser una marca que transmite con su imagen una idea: el sistema capitalista llega a su fin, deberá cambiar y no sabemos en qué dirección. De formación marxista, Niño Becerra cree en el determinismo histórico, el que combatiera con gran eficacia el filósofo Karl Popper. Pero el economista más agorero, desde el inicio de la crisis, mantiene sus tesis. Y considera que la política debe dejarse de lado. “Yo sólo hablo de economía”, asegura, para añadir, con contundencia que, “en términos económicos España es un lastre para Catalunya”.

El economista ha debatido este lunes, junto con el ex president de la Generalitat, Jordi Pujol, sobre las posibles salidas de la crisis.

Para Niño Becerra, invitado por el Centre d’Estudis Jordi Pujol, de una crisis que ha derivado en un endeudamiento público y privado global, sólo se puede salir “asumiendo la realidad” y en un tiempo razonable, que el economista ha calculado en «diez o doce años”.

Negro presagio

Desde España, a Estados Unidos, pasando por países emergentes como Brasil, o China, todos están sometidos a una dinámica perversa, que es una muestra de un sistema económico “que ya no es capaz de seguir creciendo”.

El futuro pasa por dejar a muchos habitantes del planeta “fuera” del sistema productivo. Es un negro presagio, que caracteriza la visión de Niño Becerra.

A medio y largo plazo, ¿qué es lo que puede ocurrir? Niño Becerra, animado por Jordi Pujol, se ha centrado en España, al entender que muchas zonas del país no generarán riqueza, y que, a partir de ahora, se deberá vigilar cada euro y cada céntimo que se destine para que sea gestionado con eficacia.

Catalunya, en cambio, podría tener viabilidad, porque, según este economista, el resto de España se ha convertido en un “lastre”.

Respecto a Europa, la dinámica española se extenderá. “Si miramos un mapa europeo del siglo XII o XIII, veremos zonas de actividad económica, no países, y eso es lo que puede ocurrir de nuevo”, asegura Niño Becerra, que hace mención a la figura de una banana, que abarcaría el sur de Inglaterra, pasando por el Benelux hasta el norte de Italia. Esa «banana geográfica» seguirá funcionando.

La independencia, un instrumento

¿Y la independencia de Catalunya? Pujol, que sigue esforzándose en justificar su evolución ideológica, que le ha llevado a apostar ahora por la independencia, sigue con atención los argumentos de Niño Becerra en los últimos meses.

Según este economista, lo que le interesa a Catalunya es un pacto fiscal, y si no lo consigue, la independencia se acabará reclamando con fuerza. Pero ésta no es un fin, sino un instrumento para lograr, según él, la autonomía financiera.

Tanto Niño Becerra como Pujol acabaron su particular debate con una aseveración: es necesario un “control demográfico”. El economista defiende el “derecho a inmigrar”, pero “selectivamente”, como practican algunos países, Canadá o Australia.

¿Y quién lo hace bien? Unos pocos países están logrando un equilibrio económico sostenible y razonable: Dinamarca, Inglaterra (no Reino Unido) y Japón. Son los elegidos por Niño Becerra. En el caso de Inglaterra, la justificación es que los ingleses se quieren deshacer de Escocia, porque les cuesta mucho dinero. Siempre provocador.

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