Alsa y Monbus: divorcio a la vista tras la polémica por la sospecha de cártel

Ya antes de que el TSXG ordenase a Competencia investigar si ambas compañías concentraron ofertas en el principal concurso de transporte de la Xunta, concurrieron por separado al concurso de transporte por carretera de Aragón

Autobus de la compañía Monbus / Monbus

Autobus de la compañía Monbus / Monbus

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El pasado marzo, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ordenó a la Comisión Galega da Competencia, a través de una sentencia, investigar si Monbus y Alsa, dos de las grandes compañías del sector del transporte en España, habían concertado ofertas en el principal concurso de transporte por carretera licitado por la Xunta.

En esa sentencia los magistrados decretan la nulidad de una anterior resolución de la Comisión Galega da Competencia con la que se archivaron denuncias sobre el resultado de la licitación sin que se incoase en ningún momento un expediente sancionador. El Alto Tribunal gallego sostiene que existen “indicios racionales de infracción”. El grupo gallego y el asturiano concurrieron juntos mediante una UTE a cuatro de los de lotes de líneas de transporte de mayor cuantía económica que se licitaban, aunque también se presentaron por separado en otros lotes en los que competían con empresas locales. Un hecho, según el tribunal, “que no puede interpretarse como una casualidad, sino como una causalidad de un acuerdo, previo, para aprovecharse, además, de que los pliegos permiten concurrir a todas las licitaciones”.

No obstante, estas alianzas a través de UTE entre Monbus y Alsa, podrían no repetirse. Así lo aseguran a Economía Digital Galicia fuentes del sector que indican que, tras los problemas detectados por la operativa empleada en este contrato de la Xunta (la licitación se llevó a cabo en 2020 y hubo reclamaciones desde el inicio), ambas firmas habrían separado sus caminos. De hecho, el pasado año ya habrían acudido por separado al concurso de transporte por carretera de Aragón, según destacan esas mismas voces empresariales.

El caso aragonés

El pasado febrero, el consejero de Vertebración del Territorio y Movilidad de Aragón confirmó que se habían adjudicado los primeros 15 contratos del concurso de transporte de pasajeros por carretera por una cantidad cercana a los 10 millones de euros. Monbus fue una de las grandes beneficiadas. Resultó adjudicataria de la explotación de las áreas del Sobrarbe y la Ribagorza con Barbastro, Fraga-Huesca por Monzón y Barbastro, el área de Gúdar Javalambre con Teruel y las áreas de la Comunidad de Calatayud y el Aranda con Zaragoza. Además, gestionará junto con Linecar las áreas del Moncayo y Campo de Borja con Zaragoza.

Alsa, por su parte, se quedó con con la línea Fraga-Zaragoza por el eje del Ebro a través de la sociedad dependiente Agreda Bus.

Monbus presentó sus ofertas a través de las sociedades Agrupación de Automóviles Zaragoza, Alcalá Bus e Hispano Igualadina.

Pero lo cierto es que Monbus ya tuvo problemas durante la tramitación de las ofertas por las distintas empresas con las que se presentaba a los concursos de lotes. Un acta de la mesa de contratación presidida por el jefe de servicio de Planificación e Infraestructuras de Transporte, Dirección General de Transportes, David Sánchez Fraile, pone el foco en la red de sociedades articulada por el grupo gallego para acceder a estos contratos públicos. En concreto, el acta se refiere a Automóviles Zaragoza, La Hispano Igualadina y Alcalá Bus.

Según los asistentes a esta reunión de la mesa de contratación, Monbus habría orquestado una trama «coordinada y única con el fin de conseguir, bajo la falsa apariencia formal de ser licitadoras distintas, copar un mayor número de
lotes en los que se divide el contrato, cuya adjudicación hubiera estado limitada a un máximo de cuatro lotes en caso de se hubiera concurrido bajo una única forma societaria».

El caso gallego

En esencia, el problema detectado, que en este caso no habría llegado a judicializarse sino que habría sido corregido durante el proceso, guarda similitudes con el que tiene que ver con el concurso de transporte escolar de Galicia y en el que, en la última semana, el TSXG ha puesto el foco, anulado la concesión de tres lotes a otras tantas UTE por la posición mayoritaria de Monbus en las mismas.

El motivo de las anulaciones radica en la, indican, posición de dominio de la empresa en más lotes de los que las normas del concurso público permiten. Según la argumentación de la Sala, la compañía tiene una participación muy mayoritaria en las agrupaciones de empresas que ganaron 12 de los lotes en los que se repartía el servicio, cuando el límite fijado en los pliegos de adjudicación estaba en ocho.

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