Altri hace balance: más de 17 millones invertidos y pérdidas de 8 millones desde que inició el proyecto de Palas

Greenfiber, la filial que impulsa las plantas de celulosa y fibras, declara unos números rojos de casi 3 millones en 2024, año en el que presentó fondo de maniobra negativo; las aportaciones de socios acumuladas, contando con Smarttia: 23,6 millones de euros

José Soares de Pina, CEO de Altri

José Soares de Pina, CEO de Altri

Altri hace números y, por ahora, no salen. El proceso de inversión en las plantas de celulosa y fibras textiles de Palas de Rei, por momentos tortuoso en el plano administrativo y político, cumple sus particulares hitos en cuanto al desarrollo del proyecto. En síntesis, más de 17 millones invertidos y pérdidas de casi 8 millones desde que inició el proyecto de Palas. Greenfiber, la filial del grupo luso, declara unos números rojos de casi 3 millones en 2024, año en el que presentó fondo de maniobra negativo. Las aportaciones de socios acumuladas en estos tres años, contando con Smarttia, su aliado: 23,6 millones de euros.

Así se desprende de la cuenta de resultados y el balance aprobados por el consejo de la compañía a finales de marzo, que son las propias de una firma creada como vehículo inversor, que está arrancando con las aportaciones de sus socios, sus recursos, su inmovilizado y el fondo de maniobra, que viene a reflejar la capacidad de una empresa para cubrir sus obligaciones de pago a corto plazo. Desde su creación y primer año de actividad, el 2022, Greenfiber acumula números rojos por 7,7 millones. El año pasado fueron 2,8 millones de pérdidas las que anotó, que se vinieron a sumar a los 3,17 millones en negativo de 2023. Un año antes, en el 22, en total el resultado negativo apuntado había sido de 1,7 millones.

El proyecto y el proceso

Una vez que cuenta con el OK ambiental de la Xunta, la pastera lusa está a la espera de los fondos públicos para levantar el complejo de Palas, que pasa por una celulosa y una planta de fibras textiles, dos fábricas en una. La inversión prevista se va ya hasta los mil millones de euros, para los que la cotizada lusa exige unos 200 millones de fondos públicos. Es Madrid ahora, a través de los encajes en los Pertes y los Next Generation, quien tiene el balón en su campo.

Mientras, los socios de Greenfiber (Altri controla el 75% del capital, y Smarttia, del dueño de Greenalia, el 25% restante) aprobaron en marzo unas cuentas en las que se refleja que las aportaciones de socios acumuladas se van ya a los 17,7 millones para el grupo luso y 5,9 millones la compañía renovable gallega. En 2024 no se realizaron nuevas aportaciones más allá del desembolso conjunto del ejercicio precedente, unos 14,1 millones.

El inmovilizado de Greenfiber

Es en el balance de Greenfiber, por el lado del activo, donde se puede constatar el esfuerzo inversor de estos tres años. El inmovilizado material, es decir, los elementos patrimoniales tangibles y bienes que se utilizarán en la actividad permanente y productiva de la empresa, se sitúa al cierre de 2024 en 17,7 millones de euros. Ese es el importe que Greenfiber dice que “ha activado en los últimos años relacionados con la unidad industrial para la producción de pulpa y fibras textiles sostenibles al considerar que se cumplían los criterios contables para los mismos tales como la existencia de un proyecto específico, siendo los costes directamente atribuibles, y existencia de una rentabilidad económico comercial razonablemente asegurada”, explican los administradores de Greenfiber.

Pocas referencias a las trabas actuales, aunque el grupo desliza algún mensaje en la memoria. “A pesar de las incertidumbres asociadas al proyecto relacionadas con el desarrollo legislativo del mismo”, señalan, “los administradores consideran que el buen fin del proyecto se encuentra razonablemente asegurado y que cuenta con el compromiso de sus accionistas, así como los medios técnicos, financieros y humanos para llevarlo a cabo”.

Fondo de maniobra negativo

Otro de los cambios sustanciales derivado de la inversión es el fondo de maniobra de Greenfiber, que pasó a negativo el año pasado. Este elemento es clave, al mostrar la capacidad que tiene una empresa para poder cumplir con sus pagos y obligaciones a corto plazo. En el caso de Greenfiber, deja claro que la compañía cuenta con el apoyo financiero de su matriz, Altri, pero admite que al cierre de 2024 el fondo de maniobra era negativo en medio millón de euros, mientras que un año antes era positivo en 4,1 millones. Es decir, dio la vuelta. La compañía atribuye esta circunstancia a “responsabilidades contractuales actuales, solo exigibles en el futuro”, sin ofrecer más detalles.

Comenta el artículo
Avatar

Historias como esta, en su bandeja de entrada cada mañana.

O apúntese a nuestro  canal de Whatsapp

Deja una respuesta