Altri desvela su gran inversión, pendiente de Red Eléctrica y que ampliará con el reciclaje de tejidos

Pendiente de poder captar fondos europeos, la Xunta abre el plazo de alegaciones del impacto ambiental de la fábrica de fibras textiles, que el grupo luso asegura será “moderado”

José Soares Pina, consejero delegado de Altri / Altri

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Más de 900 millones de euros para abordar la primera fase de la macroplanta de fibras textiles que Altri planea poner en marcha en Palas de Rei, en Lugo. Este lunes, la Xunta de Galicia arrancó con el procedimiento de exposición pública de la solicitud de autorización ambiental integrada, el estudio de impacto ambiental y declaración de utilidad pública del proyecto liderado por la compañía lusa. Este proceso, clave para el futuro del negocio, se produce en el tiempo justo cuando distintos colectivos ambientalistas alertan del impacto que generarán en el entorno estas instalaciones; un impacto que, sin embargo, el grupo promotor asegura que será “moderado”.

Consultados por Economía Digital Galicia, la publicación de estos documentos arroja luz sobre muchas de las incógnitas que rodean el macroproyecto de la pastera lusa. Queda claro, por ejemplo, que su ubicación estará en Palas de Rei, concretamente en la Finca de Quintas, en A Vacariza, pero, además, debido a su envergadura, los municipios de Melide y Santiso, en A Coruña, así como el de Agolada, en Pontevedra, también se verán afectados por las infraestructuras precisas.

Las partes del complejo

La planta tendrá una capacidad de producción de 400.000 toneladas métricas de pasta secada al aire anuales (ADt/año) y de 200.000 toneladas de lyocel (tejido artificial y ecológico fabricado a partir de pasta de madera de eucalipto), que se desarrollará en una fase inicial con una producción de 250.000 ADt/año de celulosa y 60.000 toneladas al año de lyocell. Como materia prima básica se usarán 1,2 millones de metros cúbicos anuales de madera de eucalipto. Aseguran que la madera, fundamentalmente, de Galicia.

El complejo de Altri contará, de salir adelante en los términos planteados, con distintas partes: una planta de preparación de madera, una línea de fibra, instalaciones de producción de energía eléctrica, secapastas, plantas de recuperación, de producción de oxígeno y de ozono. Los elementos de combustión contarán con una caldera de recuperación (500 megavatios térmicos), una caldera de biomasa (250 megavatios térmicos), además de turbogeneradores, horno de cal y caldera de emergencia.

Embalse de Portodemouros

Para un proyecto de estas características es precisa una gran cantidad de agua. El proyecto apuesta por un sistema de captación de agua del embalse de Portodemouros, en Agolada, con un caudal de 46.000 metros cúbicos diarios. Aquí está una de las principales quejas de los grupos ambientalistas. La pasada semana, Adega indicaba que la captación de agua solicitada por Altri a Augas de Galicia provocará “problemas de abastecimiento”. Ecoloxistas en Acción, por su parte, asegura que esta iniciativa “ocupará tanto terreno como la extensión de Santiago de Compostela y precisará de un consumo de agua superior a la que emplea toda la población de la provincia de Lugo el mismo día”.

Polígono destinado a las actividades de Altrio que conectará con el embalse de Portodemouros. Fuente: Altri

En su proyecto, Altri contempla también la creación de una estación de bombeo y una estructura flotante y, al margen, prevé captar agua potable de pozos de la Finca de Quintas y del propio río Ulla para el consumo. Sobre los vertidos, se estipula que las aguas residuales generadas se tratarán en una estación de tratamiento de aguas residuales industriales con caudal de vertido de 30.000 metros cúbicos por día.

A la espera de Red Eléctrica

Pero, al margen del trámite de la Xunta, Altri evidencia que está pendiente de Red Eléctrica para garantizar su suministro eléctrico. Y es que la pastera necesita megavatios debido a su gran consumo. Para el suministro eléctrico, está proyectada una línea soterrada de más de 9 kilómetros de longitud, con origen en la subestación de Melide, que transcurre también por Palas y Santiso. Para la fase de obras serán necesarios cerca de 5 MW de energía eléctrica, pero, al margen, la fábrica de fibras textiles será una gran consumidora.

Así, indica que “la planta estará equipada con una subestación eléctrica interna, que servirá como punto de interconexión con la línea de Red Eléctrica Española. Esta subestación se ubicará, en principio, en la zona noroeste de la planta”.

“Aunque la planta es en gran medida autosuficiente en términos energéticos, habrá momentos durante las oscilaciones naturales de operación y los mantenimientos en los que necesitará aproximadamente 110MW. Por lo tanto, desde una perspectiva de seguridad operativa, es esencial contar con una conexión de 110 MW”, explican. “Para lograr esto, se plantea instalar una línea aérea de alta tensión desde la línea de 220 KV de Red Eléctrica, a través de un seccionamiento. Esto implicará una derivación hasta la subestación prevista en la fábrica, con una longitud de alrededor de 3 kilómetros”, expone, para indicar que “este proceso requerirá la aprobación de Red Eléctrica Española y se llevará a cabo de forma independiente al Estudio de Impacto Ambiental presentado”.

“Aunque la subestación interna es parte del proyecto Gama, la tramitación de la línea de 220 kV y de la futura subestación de conexión, que será construida por Red Eléctrica, no están incluidas en este documento”, advierten.

Las partes del macrocomplejo

El complejo de Altri contará con distintas partes diferenciadas. Por ejemplo, para la producción de celulosa, las instalaciones contarán con una planta de procesado de madera donde se procesarán los troncos de eucalipto, a los que se les sacará la corteza. Posteriormente, serán transformados en astillas.

Este producto irá a una planta de cocción, en la que se separarán las fibras y otros componentes de las astillas de madera mediante una reacción química. La pulpa resultante de este proceso pasará, posteriormente, por una serie de lavados y un proceso de “deslignificación” con oxígeno, siendo la siguiente fase la de blanqueo de la pasta resultante y en la que se utiliza ácido sulfúrico.

Ya blanqueada, la pulpa pasará por un proceso de secado para luego ser embalada.

La producción de lyocell o fibra textil se llevará a cabo mezclando la pulpa de celulosa con un agente que disuelve y desintegra la misma dando lugar a una solución viscosa. Tras diversos procesos de hilado y coagulación, se generará una estructura fibrosa que debe ser lavada y secada, antes del enfardado para su comercialización.

Reciclaje de tejidos

Altri asegura que el proceso de producción de fibra textil es considerado “más sostenible” que algunos otros métodos de fabricación de fibras celulósicas, “ya que utiliza disolventes no tóxicos y recicla gran parte del agua y productos químicos involucrados en el proceso”.

No obstante, y en línea con una política de economía circular que podría aproximar el proyecto a fondos europeos, Altri destaca que, su proyecto contará “con una unidad futura de recuperación de fibras textiles provenientes de la recogida selectiva de tejidos, ropa y otros materiales textiles”. “Esta unidad incluirá infraestructuras y equipos de recepción, almacenamiento, procesamiento químico y mecánico, separación de fibra y su envío para la línea de pasta soluble y/o para la planta de lyocell”, añade.

Eso, en cualquier caso, será en la segunda fase de un proyecto que ya habrá invertido unos 900 millones de euros.

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