Atalaya Mining bate récords de liquidez pese a la inflación, que recorta sus beneficios

La minera de Touro tiene 86,8 millones en caja, siete veces más que en el primer trimestre del año pasado, pero la inflación y los costes energéticos penalizan los ingresos y la rentabilidad

Alberto Lavandeira, consejero delegado de Atalaya Mining, comprueba el resultado de un sondeo realizado en una finca particular dentro del recinto de Touro

Alberto Lavandeira, consejero delegado de Atalaya Mining, comprueba el resultado de un sondeo realizado en una finca particular dentro del recinto de Touro

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Atalaya Mining ha cerrado el primer trimestre del año con unos ingresos de 86,2 millones de euros, procedentes de la explotación de la mina de cobre de Riotinto, donde extrajo 4 millones de toneladas de mineral. La inflación y los costes de la energía, sumados a la huelga de transporte, pasaron factura al balance e incrementaron los costes operativos un 14%.

Los ingresos cayeron un 11,4% respecto al mismo periodo del año anterior, mientras que el ebitda retrocedió un 43%, hasta los 26,7 millones. En los tres primeros meses del año la compañía logró un beneficio de 18,2 millones.

El CEO de la minera, el gallego Alberto Lavandeira, valoró la capacidad para generar “20 millones de euros en flujo de caja libre durante el trimestre, a pesar de los muchos desafíos externos que enfrentamos. La huelga del sector del transporte en marzo obligó al cierre temporal de nuestra planta de procesamiento, los precios de la electricidad en España siguen siendo extremadamente altos en comparación con las tarifas futuras históricas y esperadas, y la inflación de costos está afectando los precios de muchos consumibles clave”.

A cierre de marzo, Atalaya tenía en caja 86,8 millones, una liquidez siete veces superior a la de marzo de 2021.

El proyecto de Touro

La compañía reafirma en la presentación de resultados la apuesta por desarrollar la mina de cobre de Touro. Señala que “tomó la decisión de abordar los problemas heredados” de la mina antes de presentar la evaluación de impacto ambiental para su nueva propuesta de explotación. “El plan original era construir una planta de tratamiento de agua durante el desarrollo del proyecto, pero la compañía se ha ofrecido como voluntaria para abordar los asuntos heredados antes de la presentación de la EIA como una contribución temprana a la comunidad local y para demostrar que los sistemas operativos han mejorado drásticamente en los últimos 35 años. Años. La planta de tratamiento de agua está casi terminada”, señala.

Otro de los grandes retos que se fijó la minera es rebajar el coste energético, para lo que proyecta una planta solar de 50 megavatios para autoconsumo así como acuerdos a largo plazo (PPA) para cubrir aproximadamente el 30% de sus necesidades energéticas.

Economía Digital Galicia

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