Coronavirus: Así están trabajando las 10 mayores empresas de Galicia

Mientras Vegalsa, Calvo o Gadisa intensifican su actividad ante el incremento de demanda, Inditex y PSA coquetean con el ERTE

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Situación dispar la que atraviesan las mayores empresas gallegas ante la pandemia que está poniendo patas arriba la economía europea y ha pulverizado las peores previsiones de la OCDE. El impacto del coronavirus, que pondrá al mundo en recesión y reabrirá las heridas mal cicatrizadas de crisis pasadas, se manifiesta de manera asimétrica tras la primera semana del estado de alarma.

Las empresas ligadas al sector de la alimentación han incrementado su actividad por el avance del consumo de las familias confinadas. Fabricantes como PSA o Inditex han parado o han dejado en mínimos su actividad mientras coquetean con el ERTE.

Los datos facilitados por la Consellería de Economía el pasado viernes indicaban que 4.239 empresas gallegas habían solicitado el ajuste laboral ante el cortocircuito económico y el cierre del turismo y la hostelería.  

 

Inditex. La multinacional de Amancio Ortega está un poco más cerca de aplicar un ERTE para unos 25.000 trabajadores de las tiendas españolas. La compañía decidió aguantar hasta el 15 de abril y presentarlo si continuaba el estado de alarma, que Pedro Sánchez prorrogará durante 15 días más, hasta el 11 de abril.

Cuando el grupo que dirige Pablo Isla presentó resultados el pasado miércoles, más de la mitad de sus tiendas en el mundo estaban cerradas. La actividad continúa en los 13 centros logísticos españoles, que mueven las prendas para abastecer a los establecimientos que siguen operando en mercados internacionales, unos 3.000, así como los pedidos online. Pese a ello, la actividad es muy inferior, debido al descenso en la carga de trabajo y a las medidas de prevención adoptadas por la compañía, que prácticamente ha reducido a la mitad la jornada de la plantilla.

 

PSA. El fabricante francés echó el cierre a su fábrica de Vigo y a todas sus plantas en Europa, lo que ha provocado una cascada de ERTEs en la industria auxiliar que depende de la actividad en Balaídos. PSA planteó inicialmente el cierre de las instalaciones hasta el 27 de marzo, una fecha aparentemente demasiado optimista. El grupo negocia con los sindicatos la fórmula para resolver el parón de la actividad, lo que podría desembocar en un ERTE para toda la plantilla.

 

Gadisa. Las instalaciones del polígono de Piadela, en Betanzos, trabajan a todo gas para abastecer los más de 400 puntos de venta del grupo de la familia Tojeiro. Gadis fue de las primeras cadenas de distribución en Galicia en controlar el aforo de los establecimientos limitando el acceso simultáneo y es de las pocas que ha mantenido los horarios habituales. La compañía, que sufre el coronavirus en otros sectores en los que opera, como el forestal, ha tenido que reforzar la plantilla con nuevas contrataciones ante el repunte de la demanda. Los supermercados se han dotado con guantes de un solo uso, geles de hidroalcohol, mascarillas e incluso señalización en el suelo para facilitar el cumplimiento de la distancia de seguridad.

 

Coren. En el grupo de empresas gallegas que superan los 1.000 millones de facturación está la cooperativa ourensana. Coren mantiene la actividad en sus plantas para abastecer a los supermercados, que están sosteniendo el volumen de pedidos al grupo que dirige Manuel Gómez Franqueira. La empresa creó un protocolo específico para sus instalaciones con las medidas de higiene y seguridad frente al coronavirus. Según comunicó la empresa, instaló dispensadores con desinfectante, entregó mascarillas a la plantilla y reforzó el equipo médico, además de las restricciones de las visitas, los viajes y las reuniones. A través de un comité de seguimiento evalúa el impacto de la pandemia en el grupo y coordina la toma de decisiones.

 

Vegalsa. Como el resto de la distribución alimentaria, tiene que conciliar las medidas de protección contra el coronavirus con el incremento de la demanda en su red de más de 260 puntos de venta. Vegalsa ha reducido el horario, actualmente de 9:00 a las 20:00 horas, y fue de las primeras en limitar el aforo en Galicia ante la crisis sanitaria. De hecho, fue más allá y también limita el número de unidades que puede adquirir una persona para garantizar el suministro. La empresa también ha tenido que reforzar plantilla y flexibilizar horarios para adaptarse al nuevo volumen de trabajo en medio del estado de alarma.

 

Nueva Pescanova. Otra de las empresas que mantiene la actividad para abastecer de producto a los supermercados. La multinacional, con plantas en Vigo y A Coruña, tomó pronto medidas restrictivas para limitar los desplazamiento y las entradas en sus instalaciones.

 

Finsa. La maderera con sede en Santiago, uno de los pilares del sector forestal gallego junto a Ence, ha reducido bruscamente su actividad en las cuatro plantas que tiene en Galicia. El parón derivado de la crisis sanitaria activó las negociaciones con los sindicatos para acordar un ERTE, que no está todavía cerrado. Finsa contaba a cierre de 2018 con una plantilla de 3.347 trabajadores directos, pero es además un motor de actividad en el monte por sus compras de madera.

 

Froiz. La tercera mayor distribuidora alimentaria de Galicia vive momentos similares a las otras dos. La empresa pontevedresa, con 252 puntos de venta y una facturación de 680 millones, ha elevado su actividad para hacer frente al pico de demanda, que llegó a saturar el servicio de entrega a domicilio. La cadena fundada por Magín Froiz redujo el horario al adelantar la hora de cierre a las ocho de la tarde y aplicó medidas de seguridad similares al resto de empresas del sector.

 

Jealsa. La conservera de Boiro ha visto como sus dos principales mercados en Europa, Italia y España, sufrían la sacudida de la pandemia. De hecho, en el país transalpino hubo de habilitar un nuevo almacén en Bolonia para poder abastecer a los clientes de su filial Mare Aperto. La suerte del grupo de Jesús Alonso está muy vinculada a su principal cliente, Mercadona, por lo que mantiene una elevada actividad para surtir a la cadena de Juan Roig.

 

Calvo. Frenética actividad en la planta de la conservera Calvo en Carballo, que acumula horas de la plantilla para poder abastecer al mercado español e italiano, donde opera con la marca Nostromo. Con este objetivo incorporó un nuevo turno de fin de semana en las instalaciones, para lo que contrató a 50 nuevos trabajadores. La compañía que dirige Mané Calvo implantó un protocolo con medidas que incluyen, la limpieza exhaustiva de las zonas de trabajo, entradas escalonadas, distintos turnos de comedor que garantizan la distancia de seguridad entre comensales o tomar a diario el control de temperatura de las personas a la entrada de fábrica.

 

Rosp Corunna e Inveravante

La lista de empresas se elaboró siguiendo la clasificación por ingresos de explotación que realiza el Informe Ardán de 2019, en base a datos del ejercicio 2017. Respecto a ese ranking se han hecho tres modificaciones: se añade a Peugeot Citröen Automóviles España, excluida en la clasificación de Ardán porque el grupo consolidado tiene sede en Francia; y se incorpora a Grupo Calvo, por superar la cifra de negocio de Hijos de Rivera en 2018, la décima empresa por ingresos de explotación en Ardán.

Esta clasificación deja fuera a dos grupos que, por activos, estarían entre los mayores de Galicia. Uno de ellos es Rosp Corunna, el brazo inversor de Sandra Ortega, que está sufriendo el impacto del coronavirus en el área hotelera. Lo más palpable es su inversión en Room Mate, la cadena fundada por Kike Sarasola y de la que controla un 30%.  Sin embargo, el avance de la pandemia en Estados Unidos también puede castigar con dureza sus inversiones inmobiliarias en hoteles del país norteamericano. La hija de Amancio Ortega atesora más de 300 millones de patrimonio en EEUU. 

El otro grupo es Inveravante, el brazo inversor de Manuel Jove. La pandemia coge al empresario apostando nuevamente por la construcción en España, pero se deja notar sobre todo en la división hotelera del grupo, Attica21, que cuenta con siete hoteles y apartahoteles en España. Tanto Sandra Ortega como Manuel Jove están colaborando en la lucha contra el Covid-19 con donaciones o cesiones de hoteles para la sanidad pública

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