El Gobierno tapó los agujeros de Navantia con 1.700 millones en préstamos en cinco años

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) concedió 17 préstamos participativos desde 2017 a la empresa pública para cubrir sus pérdidas millonarias

Ricardo Domínguez, presidente de Navantia

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La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) encuentra en Navantia su pozo sin fondo. El ente que preside Belén Gualda (que recaló en el cargo procedente precisamente de la empresa pública) ha inyectado un total de 1.704 millones de euros desde el año 2017 para cubrir sus números rojos.

Así consta en la memoria anual que Navantia ha hecho pública este jueves. De ella se desprende que han sido un total de 17 los préstamos participativos que ha concedido la SEPI a la empresa pública naval desde el año 2017. Los últimos (tres) por valor de 379 millones de euros fueron canalizados en 2022. Navantia justifica en sus cuentas que estas operaciones se efectúan «con el objetivo de reforzar de reforzar la capacidad financiera para afrontar los nuevos contratos destinados a la defensa nacional y a los compromisos internacionales, así como para mantener las capacidades industriales de construcción naval definidas como estratégicas».

Según consta en la memoria anual de Navantia, «todos los préstamos participativos mencionados tienen vencimiento a cinco años, a contar desde la fecha de entrega del importe del capital y devengan un tipo de interés fijo equivalente al Euribor a 12 meses más un diferencial de 100 puntos básicos más un interés variable calculado a un tipo de interés anual aplicado sobre el importe del principal del préstamo de 0,25%, siempre y cuando el resultado neto sea positivo».

En 2018 se incluyó una nueva cláusula en estos contratos por la cual se establecieron un interés variable del 0,25% en el caso de que Navantia facturase entre 1.000 y 1.500 millones de euros y del 0,5% en el caso de que superase el umbral de los 1.500 millones.

El reguero de pérdidas de Navantia

Estos préstamos participativos han permitido fortalecer la posición financiera de Navantia pese a los números rojos que ha encadenado en los últimos años. Son 715,8 los millones de euros que la compañía se ha anotado en pérdidas en los últimos cinco ejercicios. Tras dejarse 225 millones en 2018, Navantia había logrado reducir sus números rojos hasta los 173,7 millones en 2019, los 137,7 millones en 2020 y los 82,5 millones en 2021.

Sin embargo, la compañía ha roto esta tendencia en 2022 tras elevar sus pérdidas hasta los 96,9 millones de euros. La empresa pública con astilleros en la Bahía de Cádiz, la ría de Ferrol y Cartagena sufrió este golpe entre el estancamiento de su cifra de negocio. En concreto, esta se incrementó desde los 1.333 millones de euros cosechados en 2021 hasta los 1.342 millones en 2022.

La firma que preside Ricardo Domínguez ha achacado el aumento de sus pérdidas a tanto a los precios de las materias primas y la energía, así como al aumento de los tipos de interés. Y es que, según figura en su memoria anual, los intereses tuvieron un impacto de 13,9 millones de euros en 2022, cifra superior a los 10,2 millones de euros que figuraban en esta misma rúbrica en las cuentas de 2021.

Navantia echa cuentas

Pese a registrar un tímido avance en sus ingresos en 2022, la empresa pública se ha blindado de cara a los próximos años con la firma de una nueva oleada de contratos por valor de 1.742 millones de euros en 2022. Su cartera de pedidos se eleva ahora hasta los 7.364 millones de euros y la compañía prevé que esta pueda llegar a tocar los 10.000 millones en el periodo 2023-27.

Estos nuevos encargos requerirán la incorporación de unos 1.500 trabajadores, según los cálculos de Navantia, que vaticina que en los próximos años llevará su facturación hasta los 2.000 millones de euros. Será ahí cuando, de acuerdo a su hoja de ruta, alcance el equilibrio en su cuenta de resultados tras años de pérdidas ante los cuales la SEPI (su accionista único) ha tenido que salir al rescate con un reguero de préstamos participativos.

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