Enagás y Red Eléctrica, las apuestas de Amancio Ortega, inmunes a la crisis energética

A pesar de su papel decisivo en el sistema gasista y eléctrico español, tanto Enagás como Red Eléctrica, al igual que la lusa REN, apuestas inversoras del dueño de Inditex, no han notado los impactos del conflicto eléctrico en su cotización

Los negocios inmobiliarios de Amancio Ortega apenas se han visto impactados durante la pandemia

La cartera inmobiliaria y energética de Amancio Ortega gana peso en sus negocios desde la pandemia

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De forma silenciosa, casi como todo lo que acostumbra a hacer en el terreno financiero, Amancio Ortega, el fundador de Inditex, lleva años diversificando sus inversiones al margen de la textil. A través de Pontegadea, su family office, el hombre más rico de España invierte en edificios, preferentemente de oficinas, en zonas prime del globo y con clientes de reconocida solvencia. También lo hace en energía. De hecho, es el segundo accionista de Enagás y de Red Eléctrica, el gestor del sistema gasista español y la operadora eléctrica. Una y otra compañía juegan papeles clave a la hora de tratar de atajar la crisis energética. Al contrario de lo que le ha ocurrido a las grandes eléctricas, al menos en la bolsa, los vaivenes relacionados con la escalada del precio de la energía y con las medidas impulsadas por el Gobierno de Pedro Sánchez para tratar de frenarla, no les han afectado.

El pasado 14 de septiembre, Pedro Sánchez anunció las medidas que impulsaría su Ejecutivo para tratar de frenar el alza del precio de la luz. Una de las más criticadas por el sector eléctrico es la que obliga a las grandes compañías a devolver los beneficios extraordinarios que determinadas instalaciones (nucleares, hidroeléctricas y renovables) están obteniendo como consecuencia de los altos precios del gas, un recurso que no usan para producir electricidad. Esa misma jornada, grupos como Iberdrola o Endesa, los más expuestos a esta normativa, según los analistas, comenzaron a caer en bolsa. La sangría se frenó, al menos momentáneamente, esta semana, concretamente el pasado jueves, cuando la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, indicó que estaba dispuesta a introducir modificaciones en el real decreto si Europa optaba, finalmente, por poner en marcha medidas de carácter comunitario.

La sangría de Iberdrola y Endesa

Los datos son claros: un día antes del anuncio del decretazo eléctrico, Iberdrola, el grupo de Ignacio Sánchez Galán, cotizaba a 10,255 euros en el IBEX. El día antes de que eléctricas y Gobierno llegasen a una suerte de alto el fuego, el título se intercambiaba a 8,79 euros. De esta forma, su particular crisis se saldó con una caída del 14%. No obstante, hay que tener en cuenta que las fluctuaciones del mercado son notables, ya que, en solo dos jornadas, tras el anuncio de armisticio de Ribera, la cotizada ha logrado rebotar un 7,23% y colocar el título en 9,43 euros. Su capitalización bursátil supera los 60.000 millones de euros, lejos todavía de los 74.200 con los que acabó el ejercicio de la pandemia.

La cotización de Endesa, por su parte, también rebotó un 4,91% en los dos últimos días de la semana, después de conocerse la intención del Gobierno de tender puentes con las eléctricas. Sin embargo, desde el anuncio del decretazo hasta ese momento, su cotización había caído más de un 13%. En la actualidad, el valor bursátil de la cotizada se sitúa en unos 18.600 millones de euros, lejos también de los 23.600 millones con los que acabó el año de la pandemia.

Enagás y Red Eléctrica, en calma

Sin embargo, la cotización tanto de Enagás como de Red Eléctrica, a pesar de su papel decisivo también en la situación energética, no se ha visto arrastrada por el baile de las eléctricas. Si nos fijamos en su cotización entre el 14 de septiembre y el 6 de octubre, el periodo en el que se fraguó la sangría de las eléctricas en bolsa, sus títulos rebotaron un 3,3% y un 3,6%, respectivamente.

Los de Beatriz Corredor cerraron la semana en el IBEX con la acción a 17,72 euros y una capitalización de 9.587 millones de euros, frente a los poco más de 9.000 que le otorgaban los inversores a finales del año pasado. Cuando Amancio Ortega se hizo con el 5% de la compañía y se erigió en segundo accionistas, a finales de julio, su participación estaba valorada en 456 millones de euros. Ahora, en 479 millones.

Enagás, el grupo de Antonio Llardén, cerró la sesión este viernes con una subida del 0,7% y la acción en 19,5 euros. Su valor bursátil asciende por encima de los 5.100 millones de euros. A final del año pasado, los inversores le otorgaban un valor de 4.700 millones de euros.

La principal fortuna de España desembarcó en Enagás en diciembre de 2019, en ese momento, no obstante, con una cotización al alza, su participación costaba 280 millones de euros, frente a los 255 millones en los que estaría valorada en la actualidad.

La apuesta portuguesa

En Portugal, tampoco REN, Redes Energéticas Nacionais, parece impactada por la crisis eléctrica a nivel europeo. La compañía lusa, de la que Amancio compró un 12% este verano, cerró la semana con un rebote de un 0,39% y la acción a 2,555 euros. En lo que va de año, sus acciones se han revalorizado cerca de un 7%.

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