Ferroglobe apaga su último horno en España y recortará su beneficio a una cuarta parte

La dueña de Ferroatlántica ha detenido la producción en el único de los cuatro hornos que permanecía activo en Cantabria ante la crisis energética y la caída de la demanda de ferroaleaciones

Fábrica de Ferroatlántica (Ferroglobe) en Sabón

Fábrica de Ferroatlántica (Ferroglobe) en Sabón

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Ferroatlántica consuma su apagón en España. La filial española de Ferroglobe detuvo este miércoles la producción de su único horno en producción en la factoría cántabra de Boo. Se trataba del único de los cuatro que tenía en marcha desde que acordó su reinicio el pasado mes de enero para producir 2.000 toneladas en ferroaleaciones.

La compañía aprovechó la tregua en los precios de la electricidad para retomar la producción en España. Lo hizo meses después de acordar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) hasta diciembre de 2023 en sus centros de trabajo de Sabón (Arteixo), Monzón (Aragón) y Cantabria. El ERTE afectará a un máximo del 75% de la jornada anual de los trabajadores de estas factorías.

Los números de Ferroglobe

Ferroglobe alegó razones de carácter «productivo y organizativo» para implementar este ERTE de 12 meses que se produjo en un momento marcado por la escalada de los precios de la energía y por la caída de los pedidos. En este sentido, los costes se elevaron un 43%, según revelaron directivos de la compañía en su reunión con representantes de la Xunta a comienzos de año. Además, el descenso en la demanda ya se hizo notar en el último trimestre del año.

Según Ferroglobe, sus ingresos en el último trimestre del año pasado retrocedieron hasta los 424 millones de dólares. La cifra representaba un recorte del 24% respecto a los tres meses anteriores y del 21% en comparación con el primer trimestre de 2022.

Pese a ello, la dueña de Ferroatlántica consiguió cerrar el ejercicio con un beneficio neto por valor de 459 millones de dólares, cortando así una con una racha de números rojos que le había provocado pérdidas de 281 millones de dólares en 2018, 246 millones en 2019 y 111 millones en 2020.

De cara al ejercicio, el consenso de analistas vaticina que esta presión a la baja sobre la demanda continuará y borrará tres cuartas partes de su beneficio neto. En concreto, según los expertos, Ferroglobe ganará 110 millones de euros en un 2023 en el que verá cómo su facturación se verá arrastrada por esta dinámica de mercado.

Tanto es así que las previsiones de los analistas apuntan a que los ingresos de Ferroglobe se situarán en los 1.904 millones de dólares, un 26,7% por debajo de los 2.598 millones cosechados en 2022. La cifra de negocio sí superará, por el contrario, a los 1.779 millones de dólares registrados en 2021, antes de activar un plan de ajuste de producción del cual Sabón, Boo o Monzón se han llevado la peor parte.

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