La inesperada alianza de Indra y el dueño de Profand en la primera planta de chips fotónicos de España

Lucasiñas, el holding con el que Enrique García Chillón controla la mayor pesquera gallega, mantiene un 5% de Esparc, empresa especializada en la producción de semiconductores fotónicos en la que acaba de irrumpir Indra como primer accionista

Recreación de la fábrica de chips fotónicos que promueve Sparc en Vigo / Sparc

Recreación de la fábrica de chips fotónicos que promueve Sparc en Vigo / Sparc

Indra anunció esta semana la entrada en el capital de la empresa gallega Sparc, especializada en la producción de semiconductores fotónicos. La compañía que dirige Ángel Escribano, inmersa en una oleada de compras para fortalecer su posición en el sector de la defensa desde la llegada del nuevo presidente, se hizo con una participación del 37% del fabricante de chips, convirtiéndose en su principal accionista. La irrupción de Indra en Sparc se produjo en el marco de una ronda de inversión que dio un vuelco al accionariado de la empresa gallega y evidenció el interés que ha despertado el proyecto de construir en el Parque Tecnológico de Valadares (Vigo) la primera planta de fabricación de chips fotónicos de España.

Antes de la puesta en marcha de las instalaciones, cuya entrada en operación está prevista para 2027, Sparc ha congregado en su accionariado a dos grandes grupos: la propia Indra, como mayor accionista, y Lucasiñas, el holding de Enrique García Chillón que controla la mayor pesquera gallega, Profand.

El empresario gallego respaldó el proyecto desde la constitución de Sparc Foundry, en donde Lucasiñas fue consejero desde 2023 y ocupó la presidencia del consejo de administración desde octubre de ese mismo año. Llegó a controlar un 15% del fabricante de chips, aunque la ampliación de capital, con la entrada de Indra y de Sepi Digital, rebajó su participación al 5%, un porcentaje que encaja con el objetivo que se había fijado el propio García Chillón cuando inició su andadura en Sparc. Fuentes próximas al presidente del proveedor de Mercadona explican que aquel 15% era «circunstancial» y se circunscribía al primer impulso a la iniciativa, mientras que el objetivo definido se situaba en el 5% actual.

Por ese motivo, García Chillón no acudió a la ronda de financiación que diluyó su participación en la empresa y que deparó un inesperado encuentro entre Indra, uno de los líderes tecnológicos y del sector de la defensa, y Lucasiñas, el dueño del mayor grupo pesquero español, en la fabricación de microchips.

En el accionariado de Sparc entró también la Sociedad Española para la Transformación Tecnológica (conocida como Sepi Digital) con una inversión de 17,2 millones y una participación del 31,8%. La sociedad de capital riesgo impulsada por el Consorcio de la Zona Franca, Vigo Activo, se queda con un 8% de la empresa. El papel del Consorcio Zona Franca es clave para entender la evolución del proyecto, pues sumó al apoyo económico desde su sociedad de capital riesgo, la licitación para la construcción en sus terrenos de la planta de chips.

El proyecto de Sparc

El proyecto de Sparc nace en 2022 impulsado por el doctor e investigador en fotónica integrada, Francisco Díaz, actual consejero delegado de la empresa. Esta semana, tras materializarse el respaldo de Indra y de Sepi Digital, manifestó que estaban en situación de acelerar la capacidad de producción de la industria fotónica en España y «poner a Vigo en el centro de un ecosistema europeo de innovación y transferencia tecnológica con impacto global». Junto a él, impulsaron también Sparc el catedrático Carlos Mosquera; los doctores en óptica, Francisco Soares y José Pozo, y el experto en planificación financiera, Eladio Crego.

La futura fábrica de Vigo será pionera en la producción de chips basados en nitruro de galio, clave para los sectores de defensa y aeroespacial por sus aplicaciones en radiofrecuencia y radares. Los semiconductores fotónicos tienen también una elevada demanda en la automoción, las comunicaciones ópticas o la biomedicina.

Según la estimaciones de Sparc, la planta generará 200 empleos directos de alta cualificación y 550 indirectos, y promoverá un ecosistema tecnológico de impacto estatal con capacidad para atraer multinacionales interesadas en las capacidades productivas avanzadas.

Acuerdo industrial con Indra

El desembarco de Indra como primer accionista incluye un acuerdo industrial que permite a la empresa de Ángel Escribano garantizarse el suministro de chips de nitruro de galio, de manera que podrá posicionarse en este mercado con capacidades propias de diseño y fabricación. Según manifestó la compañía, «esta tecnología es crítica para el sector de la defensa y para el sector aeroespacial, especialmente por sus aplicaciones en radiofrecuencia y, en concreto, en el desarrollo de radares AESA de barrido electrónico».

Junto al resto de entidades vinculadas al Estado –Consorcio Zona Franca, Sepi Digital y la propia Indra, donde la Sepi es el mayor accionista con el 28% de los títulos–, estará Lucasiñas, un grupo con 690 millones en activos a cierre de 2023, 106 millones de patrimonio y el control del grupo pesquero que destronó a Nueva Pescanova tras superar los 1.000 millones de ingresos en 2024.

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