La cara y cruz del rey de la minería en Galicia

Valoriza Minería, filial de Sacyr, compensa los disgustos de la mina de wolframio de Lousame con un nuevo proyecto en A Gudiña

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Agridulce año para el gigante de la minería que aterrizó en Galicia de la mano de Sacyr, su accionista de referencia, con más expectativas que hechos consumados. Valoriza Minería, que así se llama el brazo del grupo constructor en el sector, tiene en San Finx (Lousame) la cruz a la cara que representa otro de sus proyectos en suelo gallego, el de la explotación de San Juan, en A Gudiña, que comienza a tomar forma.

Valoriza Minería opera en Galicia a través de Tungsten San Finx. Durante el año pasado, según recoge en su memoria, el grupo ha realizado sondeos en la concesión de la explotación de San Juan «que ratifican el potencial del yacimiento y se está abriendo una mina piloto a cielo abierto para realizar pruebas metalúrgicas a escala industrial», explica. También señalan que en el resto del dominio minero «se ha continuado trabajando en labores de investigación para su mantenimiento y desarrollo».

Suspensión de la actividad

Los sinsabores llegan para Tungsten San Finx desde Lousame. La compañía asegura que la autorización del vertido por parte de Aguas de Galicia para la depresión del nivel freático en la mina todavía está pendiente. «Dado que está afectando al desarrollo de la mina, se ha optado por comunicar a final de año a los trabajadores la suspensión temporal de las labores y la realización de un ERE hasta que no se autorice el vertido por parte de la Administración«, concluyen.

San Finx es una histórica y polémica mina que fue abierta por primera vez en 1884, siendo operada por varias compañías hasta el cierre en 1990. En 2009, la mina fue reabierta por Incremento Grupo Inversor, pero debido a la falta de financiación las operaciones terminaron a principios de 2013. Valoriza Minería adquiere la mina en 2015 a través de su filial Tungsten San Finx.

Beneficios de casi cuatro millones

Valoriza Minería, que también tiene intereses repartidos por Extremadura a través de varias concesiones, presentó unos resultados al cierre de 2018 que arrojan un beneficio de explotación, el derivado de su propia actividad, negativo en unos 333.000 euros, frente al resultado positivo del año precedente. Sin embargo, tuvo unos ingresos financieros de 3,7 millones, lo que situó sus beneficios netos en algo más de 3 millones de euros, frente a los 388.000 euros de 2017.

Sus activos suman 22 millones de euros, en parte derivados de las inversiones que ha tenido que realizar en sus filiales a través de créditos. Valoriza juega con una baza, y es la evolución de los precios del wolframio y el estaño, que han sido favorables, al menos a lo largo del año pasado.

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