La factura del Covid: Arias Infraestructuras entra en pérdidas

El grupo constructor con base en A Coruña tuvo un resultado negativo de más de un millón de euros en 2020, pero redobla su diversificación e irrumpe en el negocio del agua

Riazor

Imagen del estadio de Riazor tras la reforma efectuada por Arias Infraestructuras

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Mario Barcenilla y Antonio Aranzadi lo tienen claro. Arias Infraestructuras “no es una empresa en crisis: atiende sus obligaciones puntualmente y es viable a corto y medio plazo”. Además, “a los efectos de reducción de capital y liquidación de sociedades previstas en la legislación mercantil, su patrimonio neto es positivo y superior al capital social”. Así lo aseguran ambos socios, propietarios y gestores de un grupo constructor que, sin embargo, acusó el golpe del Covid en su cuenta de resultados

En 2020 el importe neto de la cifra de negocio de Arias se situó en 18,2 millones de euros. En 2019 las ventas habían sido de 20,9 millones. “Debido a que el nivel de cartera de obra pendiente de ejecutar ha sido elevado durante todo el año, es obvio que esta bajada del 12,9% se debe no solamente a las paralizaciones obligadas como consecuencia del Covid-19, sino también al menor ritmo de ejecución provocado por la pandemia y los consecuentes problemas logísticos implícitos”, asegura la compañía en su memoria. 

Adiós a la obra de Bolivia 

Tanto el resultado de explotación como el neto fueron negativos el año pasado. Arias presentó unas pérdidas de algo más de un millón, cuando en 2019 el beneficio neto había sido de 897.000 euros. El resultado antes de impuestos en 2020 fue negativo en 1,4 millones. De este importe, explican los administradores, “una pérdida de 1,2 millones de euros corresponde a diferencias negativas de cambio que en el ejercicio anterior figuraban en patrimonio del balance netas de efecto impositivo”.  

Hay un motivo para realizar este ajuste que los propios socios explican. “En el 2020, dichas diferencias de cambio normativamente nos hemos visto obligados a minorarlas del patrimonio neto y pasarlas en su importe bruto por la cuenta de pérdidas y ganancias, debido a que en el ejercicio se consiguió cerrar formalmente y con todos los trámites legales pertinentes el establecimiento permanente de Bolivia, de manera que se garantiza así que no se tendrán más pérdidas derivadas de la obra ejecutada en dicho país”. 

Otro rumbo 

A 31 de diciembre de 2020 el fondo de maniobra negativo de Arias es de 398.370 euros, cuando un año antes se elevaba a 6,5 millones. “La mejora se ha producido fundamentalmente por la firma de pólizas de crédito y préstamos ICO Covid a largo plazo en el importe de 3,7 millones euros y por el incremento neto de préstamos participativos en 0,3 millones”, entre otras operaciones”, explican. 

Los gestores de Arias Infraestructuras destacan el aumento en porcentaje de los niveles de adjudicación con la Administración central, “aunque bien es verdad que se concentra en obras adjudicadas en UTE”. “En el resto de las administraciones, así como en particulares, se han experimentado importantes caídas que hemos de achacar fundamentalmente al efecto de la pandemia”, dicen. Todo esto ha supuesto que la cartera de obra contratada de Arias pendiente de certificar ha pasado de 21,2 millones a los 30,6 millones, lo cual supone un incremento del 44%. 

El negocio del agua y los objetivos  

La compañía ha abierto una nueva línea de negocio, con la licitación de gestión integral de servicios del agua y eficiencia energética a través de la participada Gadessa Gestión Integran de Servicios, constituida en agosto del 2020 y en donde Arias cuenta con un 40% de participación

Entre los objetivos de la compañía se encuentra la intención de “alcanzar un nivel de cifra de negocio cercano a los 21 millones de euros, con un ebitda alrededor del millón de euros”. También lo está “renegociar las líneas de circulante bancarias, que, junto con un nivel alto de cartera, permitirá que la empresa se mantenga sostenidamente con un fondo de maniobra adecuado”. “Las expectativas de contratación de obra por la sociedad son altamente razonables, tanto en su condición de contratista principal como a través de UTEs”.  Además, ambos socios aseguran “estar en disposición de solventar paulatinamente el quebranto económico puntual que ha supuesto la obra de Bolivia”. 

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