Leche Celta exprime su rentabilidad: gana un 161% más pese a su caída en ventas
Leche Celta ha rozado los 9 millones de euros de beneficio en 2024 con el empuje de su marca blanca, que ya aporta un 88% de su facturación

Javier Bretón, nuevo director general de Grupo Leche Celta
Leche Celta se consolida en el club de los 300 millones. La compañía con sede en el municipio coruñés de Pontedeume ha hecho público su Estado de Información No Financiera (EINF) relativo a un ejercicio 2024 al que ha dado carpetazo con una facturación por valor de 300,6 millones de euros.
La cifra representa una caída del 14% respecto a los 342 millones cosechados el año anterior e implica volver a los niveles de 2022. La compañía propiedad del grupo luso Lactogal ha sufrido un recorte en su cifra de negocio, pero, por el contrario, ha disparado su rentabilidad.
No en vano, la firma recalca en su EINF de 2024 que cerró 2024 con un beneficio consolidado de 8,84 millones de euros, frente a los 3,38 millones de euros cosechados el año anterior. “En 2024 la cifra de impuestos sobre beneficios pagados asciende a 924.801 euros”, explica la compañía en el documento, lo que implica triplicar los 290.919 euros de 2023.
El crecimiento de Leche Celta
De esta manera, Leche Celta ha incrementado sus ganancias un 161% en un 2024 en el que logró casi una década después que el Concello de Pontedeume aprobase por unanimidad la modificación puntual del Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) para poder ampliar su planta de Pontedeume. Leche Celta tiene previsto doblar su capacidad de producción en estas instalaciones en las que recibe diariamente 600.000 litros de leche procedente de 250 granjas.
La compañía emplea a 240 personas en esta factoría en la que apuesta por la ampliación tal y como lo hiciera ya en Ávila (creará 35 empleos en este 2025 tras introducir la producción de quesos blancos pasteurizados y fundidos) y como prevé realizar en el futuro en Santander, donde están proyectadas nuevas líneas de envasado.
Leche Celta cerró con estos números un año en el que, además, elevó ligeramente su plantilla de 383 a 385 empleados en sus tres centros de producción. Desde ellos fabrica productos lácteos que comercializa bajo las marcas Celta, La Vaquera y Campobueno. En el grupo también se integra Iberleche, a través de la cual abastece a diferentes cadenas de supermercados.
Iberleche fue impulsada por la compañía gallega en el 2005 para producir leche de marca blanca. Diez años después (en 2015), la asturiana Capsa (dueña de Larsa y Central Lechera Asturiana) compraría un 34%, formando así una alianza a la que en 2017 se incorporaría la gallega Clun tras hacerse con una participación del 13,8%.
La etapa de la cooperativa gallega en el accionariado de Iberleche duraría dos años mientras que Capsa hizo lo propio en 2023, momento en el que vendió su 34%, dejando a Leche Celta como único accionista de esta sociedad. En este sentido, Leche Celta revela en su EINF que el 88% de sus ingresos procede de sus productos de marca blanca.
La apuesta por la sostenibilidad
De esta manera, Leche Celta eleva su rentabilidad mientras acelera en su apuesta por la sostenibilidad. No en vano, la compañía firmó un acuerdo en el año 2022 para garantizar que toda la electricidad que consume en sus factorías sea de origen renovable. Es por ello que su huella de carbono en energía eléctrica ha sido nula también el año pasado.
La firma, que en 2024 celebró su 35 aniversario, recoge la práctica totalidad de su leche de 530 granjas certificadas en Bienestar Animal Welfare por Aenor. La empresa gallega también tiene en marcha un plan estratégico encaminado a la producción de envases sostenibles mediante ecodiseño y valoriza el 99,6% de los residuos generados.